Capítulo 99.5- Cadenza detrás de Escena

ACTO EXTRA~ EL AULLIDO (ENCORE)

Recuerdo una tarde de lluvia como esta, aunque me gusta el mar detesto ver llover, porque pareciera que el cielo llora. En este momento no solo el cielo está lamentándose, también lo hace una parte de mi corazón.

Creí que era mi primer mejor amigo, me entusiasmé demasiado al pensar que al menos por un momento no me juzgaran por ser un defecto andante. Parece que me equivoqué, he creado a un protagonista que se me ha salido de las manos, lo sé, su naturaleza es de un Alfa. Su forma de hablar también lo es, incluso sus palabras duras sin nada de tacto. En estas historias el Alfa desprecia a su Omega por sus debilidades y también porque no está a la altura de sus expectativas.

Dijo que le gusto, creí que eso significaba que me había aceptado como soy. Fue una torpe ilusión mía porque lo creí, me dejé endulzar con un par de palabras bonitas y volví a creer. Creer en un tonto Alfa prepotente.

Alfa, duque, CEO, un jefe. Da igual su posición en la historia, porque todos ellos son unos protagonistas desalmados que siguen el mismo molde y patrón de altanería.

‘Cadence, estoy segura de que también lo sientes. Estamos conectadas a nuestra pareja, él se arrepiente---‘

¿Acaso eso hace una diferencia? Lo que me dijo fue la cruda verdad, las palabras que lleva añejando desde el primer día y que de verdad siente. Que soy crédula y que siempre he estado sola así que es muy fácil que me engañen.

En ese momento volví a ver la puerta del Averno de Lupus, estaba abierta. Él siempre exige que permanezca cerrada así que entré. No recuerdo lo que sucedió después, pero mi corazón sí que debe recordarlo porque estoy segura de que lo olvidé, Cadence del pasado quiso eliminar ese recuerdo.

Me pregunto si de nuevo olvidaré todo mañana como solía pasar cuando alguna memoria era demasiado pesada para llevarla a cuestas en mi muy inclinada vida.

El rugido de un gran trueno me hace alejarme de mis pensamientos un momento, la lluvia parece no cesar, ya no tengo ninguna lágrima más que derramar aunque me oprime el pecho.

PLOP, PLOP, PLOP

Caen las gotas como si fueran lágrimas. Aquellas que no puedo derramar más.

‘Estoy segura, él se va a disculpar ¿Si lo hace lo perdonarás?’

No.

¿Qué va a disculparse si solo dijo la verdad?

Con una mísera disculpa no podrá borrar las palabras que dijo, aquellas que se han fundido en mi mente como si las hubiera tatuado.

‘Esas palabras a media tinta no son lo que piensa, salieron por la boca de los celos. No las tomes en cuenta’

Es fácil para ti Chiara. A ti no te insultó.

‘Si tan solo supieras, me ha llamado” loca descarriada” incluso una vez le dijo a Cadence “Si un día vas a morirte, vete lejos de la manada para que no apestes y atraigas a los animales carroñeros” esas si fueron palabras duras’

¿De verdad dijo eso?

Yo no recuerdo haber escrito una escena así.

‘Fue antes de que llegaras, Cady. Etzel dijo la verdad, el Alfa que ves frente a ti no es el que era hace unos meses. Él cambió’

Vaya forma de cambiar.

Entonces debo agradecer que no me desee la muerte como a Candace. Faltaba más.

‘Lo que quiero decir, Cady. Es que tú eres diferente para él, tanto que se ha esforzado y se ha medido en muchos de sus actos como Alfa. Poco a poco está dejando de lado su lado como lobo para poder ser un humano para ti’

Lo dudo mucho. Ese Alfa nunca pedirá disculpas ni mucho menos dejará su torpe naturaleza de Macho con tendencias animales. Dejaré un mensaje para Cadence del mañana en caso de que un día “muera” quiero recordar hasta el final que no debo confiar en este Alfa doble cara.

¡BAM!

La puerta se abre de par en par, sé por su olor quien es. No le responderé, no dejaré que vuelva a----

Me envuelve con el calor de sus brazos, su olor, los latidos de su pecho en mi espalda, todo eso me hace olvidar por unos segundos lo que me acabo de prometer.

—Lo siento.

Su voz es suave, un pequeño y muy leve susurro.

— ¿Qué has dicho? —Mis manos han soltado la pluma y todo cuanto tengo alrededor solo se limita a ese momento, siento su corazón latiendo más rápido que el mío.

—Dije que lo siento, esposa.

‘¿Lo ves? Te dije que mi intuición no falla’

Debo haberlo alucinado, él no da nunca el primer paso. Un Alfa no se disculpa porque siempre creerá tener la razón.

No, me niego a caer en sus palabras “bonitas” mañana volverá a ofenderme, dudará de mí o bastará cualquier cosa para que vuelva a molestarse y llamarme crédula.

Ery me abraza con más fuerza y me hunde su nariz en el cuello. Me olfatea, tenía que ser un lobo con instinto animal. No debería sentir algo por este hombre/lobo que no puede estarse tres días sin pelear conmigo, pero mi propio cuerpo me delata y niega cerrarse a sus avances como deseo hacerlo.

—El que puedas creer a pesar de todo lo que te ha pasado es algo que aprecio, Cady. Me gusta cuando eres inocente e ingenua. También cuando eres agresiva. No me agrada que me insultes, no debería, pero me vuelves loco ¿Sabías eso?

Ery toca mi cuello y habla en mi oído de una manera que no sé si ponerle atención al toque de sus dedos o sus palabras que me envuelven como una serpiente.

—Si, eres una crédula. Eso me desespera y a la vez lo agradezco, es parte de tu encanto y también tu maldición. Quiero que tengas confianza y puedas creer, pero no puedo permitir que alguien se aproveche de ello y te haga pasar un mal momento otra vez.

Cierro los ojos, me dejo llevar por sus palabras un poco mientras sus dedos recorren desde mi cuello hasta mis labios. Mi respiración es un aire caliente que emana por todo mi cuerpo.

—Es parte de tu naturaleza, Cady. Como un Alfa es de celoso y desconfiado, tú no puedes evitar continuar luchando contra la adversidad por mucho que te quiera envolver en su oscuridad. —Sus labios besan mi cuello y sus manos toman mi pecho como si fueran mi sosten— Olvidas para poder renacer con más fuerza y vuelves a creer. Es también porque olvidas que puedes caer fácilmente en las redes de aquello que te hace daño otra vez.

No… Debo resistirme a la tentación del demonio lobo… Respiro, inhalo y exhalo con dificultad intentando con todas mis fuerzas mantener mi mente firme con mi decisión de ignorarlo.

—Ery, no soy una tonta…

¿Crees que no puedo intuir al peligro? Tú mismo eres un signo de precaución andante, no porque seas malo sino porque tu naturaleza amenaza con desgarrar todo lo que creí ser.

Tener enfrente al segundo protagonista masculino fue quitarme la venda, porque ahora sé que mis acciones de alguna forma han hecho que dos hermanos sean enemigos. No puedo perdonarme si esa riña por su naturaleza agresiva y celosa provoca una ruptura a sus lazos como familia.

Además, lo que dijo del lobo de fuego, aunque fue poco es algo que me permite buscar desde otro ángulo aquello que está bloqueado en ese libro.

Si no conozco la historia continuaré caminando a ciegas tentando a la suerte.

A su vez, si, me emocioné al saber que tengo a mi primer admirador de mis historias y que este me pidiera consejos para seguir un sueño parecido como escribir una historia.

—Lo dije primero, Cadenza.

Ery me abraza con mayor fuerza y apretuja mis pechos. Si habla mientras me manosea de esa forma es imposible tomarle en serio, rápidamente me libero, luego él me toma por los hombros con sus firmes manos impidiendo que me mueva---

—No solo dije que soy tu primer admirador, si estuviera en tu mundo también sería el primero, el más leal.

Su mano toca mi barbilla y me obliga a verlo a los ojos, en esta posición es un poco difícil. No puedo evitar buscarle con mi mano intentando sentir algo tangible para comprobar si es el mismo Alfa quien me está hablando. Algo se siente distinto en él.

¿Cuándo dijo que es mi admirador?

—La noche de la misión de achisparse. También me dijiste que eres mayor que yo y que si realmente viviera en el mismo mundo que tú, yo sería tu colágeno.

¡Qué vergüenza! ¡¿Cómo pude decirle eso?!

—Incluso si no recuerdas esa noche, yo si recuerdo cada palabra tuya. También el cómo me cautivaste más, me encantas, Cady. Eres divertida y cuando te sientes completamente libre, dejando salir tu verdadero yo, eres aún más fascinante.

Basta…

—Me llena de rabia saber que no supieran apreciarte, que has pasado por tanto y has tenido que tragar tu soledad. Si pudiera estar ahí te defendería con todas mis fuerzas, no dejaría que te hagan llorar.

¿Te escuchas? ¡Tú mismo me heriste con tus palabras hace unas pocas horas!

Alejo mi mirada de la suya y arrebato de nuevo mi espacio alejando sus manos. Ery me lo impide y me hace subir mi cabeza y verlo a los ojos, el cielo nocturno en sus ojos me inquieta, hay algo que me alerta el peligro y calma a la vez.

Conozco esa mirada, aquella que dice “estás jugando con fuego, vas a quemarte y te consumirás pronto”

—Cady, tus historias que no son apreciadas allá, haré que las conozcan todas aquí.

Su mirada es firme, no hay un solo rastro de que sea un juego o una charla casual. La seriedad que refleja me aterra. Promete que no me hará llorar de nuevo pero yo sé que lo que va a decir a continuación me va a derrumbar.

"¡No lo digas!"

—Quédate conmigo para siempre.

No puedo respirar, no quiero pensar en ello. No digas más…

—Ery…—Digo como si su nombre quemara en mi garganta—Yo… no puedo.

Este lugar solo es el destino temporal en este extraño viaje hasta que pueda tocar puerto y regresar al muelle después de haberme perdido en medio de la tormenta. Tengo demasiado que debo hacer, tanto que debo decir a todos ellos.

—No regreses a ese lugar.

¡Debo hacerlo! ¡Solo soy un viajero perdido, un náufrago, pronto todo volverá a su cauce!

—Escribe, la manada escuchará tus historias y… nuestros cachorros también.

En medio del silencio puedo notar que la lluvia ha cesado, sin embargo, hay una fuerte tormenta en mi interior y un gran rayo me atraviesa el pecho, debo evitarlo.

—Cadence yo te---

¡NO LO DIGAS!

Antes, la noche con los fuegos artificiales y también antes de que decidiéramos achisparnos, más de una vez ha estado a punto de decir algo que no debo escuchar nunca. Es por eso que…

Le empujo con fuerza, intento tomarlo como una broma pero sé que esa seriedad es peligrosa.

—Cady te---

—¡De acuerdo, te perdono! —Siento con mis manos aquello que contraria a mis palabras— Tienes razón, tendré más cuidado.

Tendré cuidado, no dejaré que ese fuego me consuma nunca.

—Cady, no he acabado de---

¡NO LO DIGAS!

‘Cadence, deja de mentirte y acepta---‘

¿Aceptar? ¿Qué debo aceptar? Él es quien está confundido… ¡Sí, el vínculo traicionero nos confunde a los dos!

Me invento una excusa, debo cambiar el tema, salir de aquí rápido. Si lo piensa detenidamente sabrá que está en un error, solo nos dejamos llevar por el momento. Por estas circunstancias que nos obligan a convivir y conocernos hasta el punto de depender un poco del otro.

Ery me toma de la muñeca.

No lo digas, no lo digas…

—¿Podemos dormir juntos? —Dice como siempre suele hacerlo. Es un poco diferente, pero qué más da, ese es el Ery que conozco. Un pervertido por naturaleza que tiene la necesidad de abrazarme por las noches.

Suspiro con alivio. Creo que todo ha vuelto a la normalidad hasta que toma mi mano entrelazando sus dedos con los míos, lo ha hecho antes. También besar el dorso de mi mano ¿Por qué se siente diferente? Las descargas que recorren en mi cuerpo queman al pasar por cada lugar de mi cuerpo, me sofoca, me llena de incertidumbre, una alarma de peligro hacia un terreno desconocido al que no quiero adentrarme.

—Te extrañé.

Entonces la barrera entre mis defensas comienza a agrietarse. Solo es un beso en mi mano como cualquier otro, pero hay algo en esas palabras y en la forma que me mira que me aterra y me gusta al mismo tiempo.

—Solo fueron unas cuantas horas, Alfa—Digo intentando mantener el fuego controlado.

Pero él no ríe ni un poco, su mirada penetrante es cada vez más intensa, una fuerza implacable.

—Ery. Llámame Terrence, Gian o como desees. —Sus palabras me confunden aún más, él siempre ha detestado su nombre, ahora quiere que le llame por este, es algo que solo permitiría con la protagonista original hasta avanzar la historia.

—No es necesario que me llames Alfa todo el tiempo.

¿Qué le hicieron a mi protagonista? ¡Es como si fuera otro actor al que cambiaron abruptamente en un programa de televisión!

¿Le habré golpeado con demasiada fuerza? Tal vez por eso actúa tan extraño.

Choco mi frente contra la suya con fuerza ¡Quizá así podamos recuperar la cordura!

—¿Qué haces? —El Alfa me toma las manos y me ve a los ojos con cierta extrañeza.

¡Incluso su forma de verme ha cambiado! ¡Le pegué demasiado fuerte esta tarde! ¿Quizá tenga fiebre? ¿Estará resfriado? Después de todo ha estado lloviendo desde entonces, él estaba empapado cuando entró en la cocina a gritar y pelear no hace mucho.

—Un Alfa debe limitarse demasiado. Ya no quiero más limites contigo, Cady.

Nuevamente siento un rayo justo al pecho. Uno más poderoso al anterior…

—Sin barreras, sin más diferencias, quiero que me veas por lo que soy, por lo que puedo ser… Al crearme detestabas a los Alfa y la historia en tus manos…

Otro rayo, otro latido que no puedo detener. Cada palabra suya agrieta ese gran muro que me protege.

—Quiero acercarme a ti— No lo hagas—Llámame Ery ante todos y cuando estemos a solas... Puedes llamarme Esposo, cariño, mi cielo o también mi am---

¡Debe estar jugando! ¿Cierto? En cualquier momento me dirá que solo me está tomando el pelo… No te confundas, Cadence. Así que uso mi máscara, me rio y le sigo el juego. Un Alfa jamás pediría que le llamen de esa forma tan cursi.

—No me importa que me llames por nombres cursis. Yo también, quiero llamarte de muchas formas.

Mi curiosidad me gana y pregunto cómo quiere llamarme. No debí preguntarle.

—Mi Shätzchen.  

Este último rayo resuena en mis oídos, debo alejarme del peligro, de este fuego que amenaza con calcinar mi existencia entera.

No puedo moverme, debería correr, pero no quiero hacerlo, en este mundo solo existimos él y yo por este breve instante, como si no fuera un Alfa ni yo una escritora atrapada en la historia que lo escribió con sus propias manos, ni siquiera somos humanos, lobos o algo en específico, Solos somos “Terrence Gian Avery” y “Cadence Beckham” nada más importa, no hay nada más en qué pensar.

Sus labios y los míos se unen en silencio, sin palabras, quizá por instinto. Después de ese primer beso le sigue otro, uno más y otro más, no los cuento, son demasiados. Cada uno más duradero y poderoso que el anterior. En algún momento introdujo su lengua y yo le correspondí igual.

Sus manos acarician mi cuello mientras me aferro a su camisa y comienzo a desvestir su torso.

—Quédate conmigo.

Es como si hubiera tomado un hielo y lo hubiera pasado por mi espalda, esa sensación que me deja helada y me devuelve un poco mi propio sentido de la realidad.

—Ery… —Es tan difícil hablarle.

—¿Si…? —Dice robando mi aliento de nuevo con más besos luego tomando posesión de mi cuello y liberando más su ardor en la clavícula.

—Cuando reúna todos los preceptos voy a regresar. —Se detiene un momento y me mira esperando que haya un titubeo de mi parte— Tengo que regresar.

Él también debe tener un baldazo frío de realidad.

—Lo sé.

Vuelve a besarme, yo vuelvo a responderle, firme, aferrándome a ese único hilo de cordura.

—No puedo ser tu Shätzchen.

No soy la protagonista, no soy tu pareja destinada, soy alguien de paso que un día no estará aquí más. Entonces volverá ella, tu verdadero destino.

—Mientras estés aquí—vuelve a besarme—eres mía.

Nos hemos besado tantas veces, él me ha tocado inumerables veces desde que comenzó esto de la “alianza” y ser “amigos” pero nunca antes había sentido que estos besos son tan cercanos y tan íntimos como ahora.

—Incluso si es una hora, un día— Besa y lame mi cuello— O un año.

Mi mano en su pecho no hace más que confirmar en cada uno de sus latidos su sinceridad. Esto no debería ser, no debe…

—Me gustas demasiado, Cady.

Tú también… creo que me gustas mucho.

—Déjame estar contigo hasta que todo esto termine…

Su voz tiembla un poco, aún así es firme, entre un susurro y una súplica. Poco a poco mi muro se desintegra dejando una entrada que no puedo cerrar por más que lo intento, ladrillo a ladrillo él va haciendo su camino mientras me desnuda con sus atrevidas manos.

Ery calla un momento y sonríe, Dios… Esa sonrisa debe ser la de un demonio.

—Esta ropa es demasiado fácil de quitar— Chiara grita en mi interior emocionada—No te resistas.

Abrazo su espalda, nos besamos de nuevo mientras su mano descubre mi pierna y me quita la ropa interior.

Yo también lo desnudé antes, fue algo que hicieron mis manos por si solas como si fueran automatizadas desde la primera vez que comenzamos a abrazar y acariciar al otro.

Beso, caricias, una sola respiración, el mismo deseo, la misma entrega.

Eso es lo que estamos compartiendo en este momento. Sé que debo frenarlo, no lo hago, mis brazos envuelven su cuello mientras mi mente se vuelve una neblina que me evita pensar en el mañana. Unicamente existimoss él y yo, me dejo llevar por el deseo seguirle el paso aunque sé que él no es para mí.

Sus dedos son tentación, una maldición que me lleva entre sus golpes como olas.

Acariciando mi intimidad, no es mi cuerpo pero sí que siento, cada embestida desde la punta de sus dedos, nudillos hasta la raíz. Primero es uno, ya no es suficiente, de inmediato capta mi mensaje en súplica y me introduce el segundo dedo con tal facilidad que, estoy segura, esta noche podrá entrar completo.

El deseo de Ery aumenta cada vez que entra y regresa golpeando con más fuerza dentro de mí.

Mi voz rebota entre las paredes de nuestra habitación, su respiración en sintonía con el movimiento de mi boca que se abre hasta el límite mientras mi interior se aferra a él.

Mis uñas en su piel, su respiración en mi cuello... Ambos cuerpos enredados, buscando al otro deseando unirse como una sola pieza.

Terrence...

Terrence...

Mi interior exclama su nombre hasta que finalmente mi boca se rinde.

—Terr...

Sus dedos se detienen, su respiración se ha vuelto un viento gélido, de inmediato se apartó de mí y yo no hago más que extrañar sus dedos y sus caricias.

—Es... Un enlace mental—Su voz suena temblorosa como si fuera difícil hablar— Beta Milo necesita hablar de algo urgente.

Ah, así que eso sucedió.

Creo en lo que dice, pero sigue sin ponerse la ropa. En su lugar corre hacia el balcón. De inmediato se avienta, ni siquiera pude decirle que aquí lo esperaré cuando termine.

Le llamo asomada desde el balcón, mi ropa está abierta, el faldón sigue enredado en mi cadera y mis pechos descubiertos, aún tengo los vestigios de sus dedos en el lugar pulsante que dejó sin terminar.

Mis piernas pierden su fuerza, me sostengo con la baranda del balcón.

'¿Quieres seguirlo?'

¿Bromeas? No viste desde qué altura acaba de... Además, tiene asuntos que atender.

'Ya has saltado desde una distancia más alta, sé que puedes hacerlo'

Esa vez era un lobo y no estaba muy cuerda que digamos.

'¿Y puedes llamarle cordura a lo que pasa por tu mente en este momento?'

Me vuelve loca. Este sentimiento a medias así como lo que no pudo terminar. Ni siquiera me miró una vez antes de saltar.

'Oye, deberías guardar esa delantera y retaguardia o te verán todos en la manada'

Ni siquiera estaba consciente de que estoy casi desnuda.

Rápidamente acomodo mi ropa y ato el listón en mi pecho.

No llevo ropa interior debajo. Me quitó las bragas.

Ery debió aventarla en algún lugar en la habitación, tal vez esté debajo de la cama o por cómo fue todo de abrupto, atorada en algún lugar del techo.

Suspiro.

De nuevo me ha dejado con las ganas, ni siquiera intentaré terminarlo porque sé que es inútil hacerlo. Nunca es suficiente y la sed solo aumenta dejándome con una sensación de vacío.

No puedo siquiera culparle porque se fue por asuntos que debe atender como Alfa. No es que haya querido dejarme así.

Ery se disculpó, aún no puedo creerlo. Él, un alfa orgulloso cuyo valor está en seguir al pie de la letra lo que lo define como uno, me pidió perdón y me dijo que no lo llame Alfa porque no quiere más diferencias entre nosotros dos.

— ¿Qué me está pasando?

'Si continuas negando que existe, no hará más que crecer hasta que no puedas ocultarlo más.'

Antes de que pueda preguntarle a Chiara, un gran aullido atraviesa en el silencio de la noche.

Al principio me hace sentir algo pesado en el pecho y luego el individuo vuelve a aullar.

Escucho su voz en la lejanía, como un canto que se prolonga en más aullidos.

—Estos lobos y su entusiasmo fetichista por aullarle a la luna.

¿No lo crees, Chiara?

'No tienes idea de lo que dices'

¿Estas molesta?

'No'

Yo creo que sí, te escucho algo seca.

'Molesta no, solo triste'

¿Triste por qué?

'Porque esa hermosa declaración de amor no es para mí'

¿Un lobo está declarando su amor?

'Es el Aullido más hermoso y más triste que existe, Cady... El de un amor no correspondido'

Chiara suspira y su voz se suena entrecortada.

Escucho nuevamente, atenta, concentro mi audición completamente en su tono y en el volumen de su voz. Aunque no sé lo que dice, puedo notar por fin la tristeza de la que habla Chiara y una lágrima cae por la comisura de mi ojo.

Debe ser Chiara quien me transmite su sensibilidad.

Observo la luna llena mientras cubro mis hombros, parece que la noche es más fría hoy.

El suelo también es frío y húmedo debido a la lluvia que no hace mucho dejó de caer.

AAAAAUUUU

Escucho de nuevo aquel aullido doloroso, toco mi pecho, no sé por qué pero comienzo a sentir cierta nostalgia en mi interior. Chiara debe estar también muy triste pues no deja de transmitir su empatía.

Ese lobo debe sentir mucho dolor, su amor parece ser apasionado, aunque no estoy segura de lo que es amar a alguien con esa ferviente devoción ni creo poder hacerlo algún día. Creo entender su dolor.

Es entonces cuando lo escucho fuerte y claro como una melodía resonando como campana en mi interior.

"Te amo"

Su voz me parece familiar. Como si estuviera a un lado mío y me susurrara en el oído cada palabra con todo su ser.

Mi sentido de olfato parece haber aumentado pues puedo sentir su olor por todo mi cuerpo, me envuelve como un manto, es como si aun pudiera sentir su abrazo en mi piel. 

Sentada en la veranda del angosto balcón, a pesar de que el suelo esta mojado, el viento fresco ondeando en mi ropa colandose en mi descubierta entrepierna,  hay algo en el olor de lluvia y tierra unidas que armoniza en un exquisito aroma, me recuerda a algo que me hace feliz. Cierro los ojos y escucho su aullido hasta quedarme dormida.

"Ojalá la Diosa Luna le escuche y le cumpla su deseo de amor"

Es lo último que pienso antes de rendirme a su voz cerrando los ojos hasta que no queda nada más.

En sueños siento mi cuerpo levantarse y me columpio en el aire hasta quedar en un lugar suave y acogedor.

Me acurruco y disfruto de ese maravilloso olor como el mar, madera húmeda y cítricos.

"Te amo, Cadence"

Dice una voz que me gusta mucho y sonrío.

Yo también, una vez sentí algo parecido a eso que llaman amor, más bien fue una Candace que murió a los 18 años llevándose las memorias de aquella persona.

Después conocí a "él" y pensé una vez que si algo se acercaba un poco a lo que tal vez mi pasado muerto sintió un día...

Cuando esa persona habla de libros, cuando sus ojos reflejan en su brillo esos mundos emocionantes creí quererlo un poco, solo un poco. Sentí lo mismo muchas veces, siempre terminando con el corazón roto hasta que logré volverme inmune a él. Fue la mentira que me dije mucho tiempo hasta que nuevamente volvió a confundirme por seis meses en los que fue atento como nunca antes lo había sido conmigo.

No era amor, pero fue algo muy cercano a serlo.

Y ahora, creo volver a sentirlo. Tiene su mismo rostro, su nombre se parece al del hijo que siempre quise tener. Mientras Shawn vendría siendo "Bendecido por Dios", el significado del nombre de ese hombre que me comienza a confundir sería algo como "El bendecido por los Dioses en la tierra" o "Tierra bendecida por Dios" sin embargo, nuevamente, este sentimiento que no quiero que nazca, comienza a germinar por la persona equivocada porque no es para mí. No quiero volver a sentir que me pisotean el corazón.

Además.

Yo no soy una mujer completa y mis actos, aunque fueron cometidos por mis yo pasados, me hacen indigna.

***

Nuevamente al amanecer tiento aún somnolienta con mis manos su lugar frío y vacío. No regresó a nuestra habitación.

Suspiro y me visto con algo apropiado antes de salir. Mi estómago me exige comida así que le haré caso antes de preguntarle a ese lobo reservado cómo estuvo su noche.

—Finalmente has despertado, mi cielo.

Mis pasos se detienen y sin poder reconocer al Alfa parado frente a mí en el umbral del comedor, me tallo los ojos esperando ver desaparecer su espejismo. Él sigue ahí. 

La mesa está repleta de distintos alimentos, sentados en la mesa están Hershey, Gamma Jerome y Beta Milo. Hay cierto ambiente incómodo, seguramente ellos también lo han escuchado decir semejante barbaridad fuera de su papel de Alfa serio.

No es común que él se siente a la mesa con todos ni tampoco es normal que me diga "mi cielo" Oh, por dios... Debo seguir soñando.

— Ven aquí, cariño. No puedo dejar a mi pequeña lobita pasar hambre.

¿Qué c#raj0 le hicieron a mi Alfa? ¿Acaso la Alexia esa le puso un hechizo o algo parecido?

Asiento un poco desconfiada.

—Ven, tu lugar es justo a un lado mío como debe ser, corazóncito de miel.

Es tan cursi que quisiera salir corriendo de aquí.

Trago en mi saliva la misma cantidad de ganas que tengo de que se abra bajo mis pies un hueco para esconderme ahí.

Finalmente me he acercado al asiento de su lado y obediente me acomodo.

El Alfa me mira atento, con un rostro aterradoramente serio y luego, justo cuando no puedo soportarlo más, me sonríe.

—Aunque si por mí fuera te quiero sobre mis piernas, con el c*ño abierto por mi p** mientras te hago jadear haciendo ******

¡Todo lo que dice es aún más atrevido y vulgar que antes! ¡Tanto que apenas puedo procesarlo pues mis oídos están a punto de estallar por la ebullición formada en mis mejillas! Si pudiera verme en un espejo seguro estaría mi cara tan roja que haría camuflaje con los cabellos de Candace.

Mi corazón da un vuelco y los poros de mi piel se levantan como si fuera piel de gallina desplumada. Veo a todos sentados en la mesa y aunque intentan aparentar tranquilidad exclaman, en la privacidad de nuestro grupo dentro de mi enlace mental, un gran y poderoso "¡Auxilio! ¡Creo que el Alfa enloqueció!"

¿"Creo"? ¡Está demente!

Maika Maese

El joven Alfa que ya no quiere ser llamado "Alfa" por ella, actúa de manera extraña. Cadence, confundida, se pregunta que magia oscura lo habrá hechizado sin saber que ella es la razón de su repentina actitud descarada y atrevida que por fin ha liberado. ---Esta semana tal vez me exploten laboralmente porque hay inauguración en el nuevo lugar del changarro así que adelantaré varios de los capítulos entre hoy y el miércoles. Claro, eso si la cochina vida de responsabilidad adulta me da un poco de tiempo para revisar y corregir el texto. En todo caso me disculpo si salen por ahí algunos horrores ortográficos, los corregiré en cuanto pueda.--- Ya falta muy poco para regresar a la escena del inicio de temporada. La manoseada de Ery no es nada comparado con lo que viene en los siguientes capítulos, se pondrá más ardiente esto.

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