Capítulo 97.3- Ery Avery en Escena Parte 20 3/3

Acto III ~No puede ser más ciego. 

Mis planes dieron el giro esperado, lo que no anticipaba era lo increíblemente buena que es para narrar y meterse de lleno en una historia una vez toma confianza.

El movimiento de sus manos, la forma en que imita a los personajes, la pasión y entrega que pone en lo que hace. Es atractiva. No solo yo he notado ese cambio, mi Beta también se ha quedado callado y absorto, todos en la manada parecen hipnotizados con su historia.

Si, la he leído y he corregido ese texto. Ya me había vuelto su admirador, pero al escuchar la historia desde su boca vuelve todo mucho más emocionante.

Cuando finalmente llega a la parte donde revela la identidad del asesino juro que me ha puesto la piel chinita. Se le dan las historias siniestras. Por suerte somos lobos y esos ambientes siniestros nos encantan.

Ha terminado, sigo parado incapaz de moverme por un momento. Quiero continuar con el plan, es mi mirada la que no puede apartarse de ella hasta que nuevamente parece estar llena de pánico.

¡CLAP, CLAP, CLAP!

El primero en aplaudir no fui yo, es Alfa Sieg. Olvidé que lo hice asistir para discutir los detalles de su trato conmigo. Es perfecto, una debilidad a cambio de otra debilidad y temores. Cadence esto es por ti.

Lo que hago no es lo que se espera de un Alfa, estoy rompiendo algunas normas y anunciando una nueva. Todo por esta mujer que me ha cambiado completamente.

Después del anuncio revelo mi siguiente parte del plan, me acerco a su oído y suelto mi dulce trampa para que olvide por completo a ese hombre.  “¿Puedo ser tu editor?” Ella comienza a llorar y asiente. Oh, Diosa, creo que logré conmoverla un poco.

¿Te sorprendí?

— ¡Terrence Gian Avery, por poco se me sale el alma por el pecho y muero!

Me ha llamado por ese nombre prohibido, debería molestarme pero no me incomoda. Se lo debo por el pequeño susto que le hice pasar con eso del “castigo” y por orillarla a la duda cuando sin explicarle mi plan le dejé los papeles falsos para el discurso.

¿Qué te parece, Cady? Acabo de llenar de buenos momentos a uno de tus peores temores. Si yo hubiera estado ahí ese día, no me quedaría de brazos cruzados y luego de salvarte de esa situación no te insultaría. Probablemente yo también llamaría a mi abuelo por el nuevo nombre que le habrás puesto por accidente. ¿Cómo llamarías al gran Remery Avery? ¿Revery? ¡Seguro que sería más ingenioso que eso!

Ella me mira pálida y con gran asombro.

—Oh por… ¿Acaso eso también te lo conté…?

Lo siento Cady, eso es mi secreto.

No puedo contarte lo que vi en mis sueños porque me dejaría en desventaja en esta gran balanza.

Ella sola me cambia la conversación y de alguna manera termina coqueteándome descaradamente. Si, puedo notar su tono juguetón y no puedo evitar responderle de la misma forma.

—Solo contigo me permito ser un poco bobo. —Esas palabras se escapan por mi boca sin poder evitarlas.

De verdad soy un bobo… Acabo de mostrarme débil y me llamé a mi mismo bobo frente a ella. Tal vez él y yo si somos demasiado iguales.

—No hay comparación, eres el mejor. Querido editor.  

La forma en que me mira confirma que lo ha dicho en serio.

¿Soy el mejor?

—Adelante, si quieres besarme puedes hacerlo.

¡Maldición, dime que no dije eso!

— ¡¿Quién te dijo que quiero…?!

Su linda reacción solo hace que quiera molestarla un poco, yo no era así, jamás jugaría con una mujer de esta manera ni dejaría que me llamen bobo o me digan que no soy atractivo. Solo con ella.

—En realidad si eres atractivo— Mi corazón casi salta del pecho cuando lo dice.

Por supuesto que lo soy, la Diosa misma no supo los límites cuando me hizo con este rostro, no solo eso, me ha dado un gran cuerpo ¿Quieres probarlos?

—Terrence Gian Avery, eres demasiado pretencioso.

Ah, de nuevo estoy actuando como un tonto, ella me provoca decirle tonterías para ver sus reacciones graciosas. Me llamó por segunda vez por ese nombre prohibido y en lugar de molestarme acabo de sentir como late mi pecho como loco.

—Llámame como desees…

Si viene de ti y lo haces para dirigirte solo a mí ya no me importa si lo haces ni cómo me llames. Veme a mí, solo a mí.

—Si me das permiso deja de ser divertido.

¡Condenada traviesa! ¡Es tan audaz como cuando está bajo efectos del alcohol! Espera… No ha tomado… ¿O sí?

—Estoy completamente sobria.

¡Menos mal! Los dos reímos, por este breve momento no me siento un Alfa ni hay un rango que nos diferencie, soy un joven libremente coqueteando con una mujer que me interesa. Ella comienza a tomar uno de sus mechones y le da vuelta, por un momento veo sus ojos volverse ámbar mientras abre la boca para decir algo.

Sus labios se mueven y en ese mismo instante un gran disparo de luz cubre sus palabras al estallar contra el cielo. Quisiera pedirle que lo repita, pero ese asombro que muestra mientras ve maravillada al cielo me hace olvidar lo que iba a decirle.

— ¿Eso? Es por la magia de Alexia.

Finalmente ha llegado, solo esa bruja está lo suficientemente loca como para ver en aquello que es invisible fuera de los límites físicos. Si quiero respuestas ella seguramente se acercará a conseguirlas. Además, tengo otros planes para ella.  

***

Los fuegos mágicos que iluminan en el cielo son como las explosiones que siento en mi interior.

Aunque ha tomado mi mano ya no es suficiente, quisiera a esa mujer completa, con su cabello castaño medio el cual quisiera poder acariciar y sentir cada hebra como si mis dedos fueran un cepillo.

Apuesto a que sería suave y sedoso.

Seguramente el tacto de su mano también lo sea.

Si pudiera estar ahí la buscaré en esa banca, ella estará leyendo sin notar mi presencia y cuando menos lo espere envolveré mis brazos y le daré la sorpresa. Seguramente ella se asustará un poco, luego, verá al dueño de esos brazos y me sonreirá diciendo “Te esperé, mi am---“

— ¿Ery? Creo que ya terminaron los fuegos artificiales.

Su voz interrumpe mis pensamientos. La envolví en mis brazos de manera involuntaria.

—Ah ¿así se llaman en tu mundo?

Ella asiente, finalmente puedo quitarme esa imagen de su espíritu destrozado. Una sonrisa le queda mejor, quiero que siempre sonría y que mejor si es por algo que yo haya hecho.

Cadence, yo por mucho que quisiera estar en ese mundo y ser tu escudo no puedo. Por eso quédate aquí, te protegeré, estaré a tu lado y nunca más estarás sola.

Por favor, quédate aquí, conmigo. Seamos una pareja, quiero que seas mi esposa completamente. Prometo que seré tuyo, yo nunca me acostaré con otras mujeres, jamás, eres la única para mí.

Pero ella fue clara, quiere regresar. Es su deseo contra el mío, quiere regresar no solo a su lado, quiere resolver los temas pendientes y la respeto por eso.

Si le dijera que se quede, sé cuál sería su respuesta...

— ¿Te ha gustado?

— ¿Hm?

—Aquí en la manada tus historias son del gusto y aprecio de todos, serás un autor reconocido en poco tiempo.

—No creo que suceda rápido, pero...

—Lo harás — Afirmo sin dejar de mirarla a los ojos, su mano parece pequeña entre las mías cuando apretujo con cuidado sus dedos.

—Gracias—Su mano responde a mi apretón—Nunca alguien había hecho algo tan hermoso por mí.

Si antes había creído que su sonrisa era hermosa y que no podría ser más bella... Me equivoqué.

Su sonrisa de agradecimiento supera a todas las demás.

'Si quieres besarla, adelante. Te lo has ganado'

No, si nos besamos debe ser porque ella también lo desea.

Incluso si es mi pareja destinada, toda su vida ha seguido las órdenes de alguien más. No quiero ser como ese hombre, no me impondré ni tampoco voy a ofenderme porque no me salen las cosas como deseo.

Quiero verla sonreír y que sea ella quien me diga que quiere besarme.

— ¿Ery? ¿Estás bien?

—Sí, pensé en como mi vida se volvió toda una emocionante aventura desde que llegaste.

Ella se ruboriza y solo así puedo darme cuenta de lo que se ha resbalado por mi lengua.

—Tú también, has hecho que todo aquí sea mejor cada día. Contigo todo parece más emocionante.

Sus palabras son como esos fuegos artificiales, una a una explotan en mi interior como golpeteos en mi pecho.

— ¿De verdad lo crees?

—Si, Ery, tú eres el mejor.

¿Soy el mejor?

Cady, crees que soy el mejor... Eso me hace tan---

—Eres mi mejor amigo.

Todo ese calor en mi pecho, cada uno de esos fuegos se han enfriado. Solo me queda una sensación incomoda llena de vacío.

La inocencia en sus palabras sinceras no hace más que desesperarme más.

"¡Yo no quiero ser tu amigo!"

Las palabras queman hasta lo más hondo de mi garganta en un deseo por salir.

Cada segundo que veo esa sonrisa dirigida a un "amigo" son dagas que atraviesan en mi pecho, una a una, puñaladas que me impide respirar hasta sentir arder mis ojos.

Quiero más, mucho más.

No quiero ser tu amigo, quiero ser tuyo, tu pareja, tu compañero para nada platónico, tu todo.

No me llames tu amigo, a un amigo no se le desea como yo te deseo. ¡Los amigos no tienen intimidad, los amigos no pueden ser pareja!

No solo quiero tu cuerpo, el sexo no es lo que quiero de ti. Si, quiero hacerlo, también deseo que seas mía. Me refiero a algo que vas más allá de lo físico. Quisiera que tú alma y la mía estén conectadas como una sola ¡Eres mi otra mitad!

¿Por qué no puede entenderlo? ¿Tan difícil le es verme de la forma en que yo lo hago?

— ¿Dije algo malo?

No, no es malo pero tampoco es bueno.

No lo has dicho para molestarme pero me incomoda demasiado.

— ¿vamos a dormir, Alfa?

Ella me ha pedido que pase la noche a su lado, una completa tortura.

‘Creí que te gustaba dormir abrazado a mi madre’

¡Que no es tu madre---! ¡Eso era antes! ¡Antes de que sus palabras me parezcan tan irritantes!

La he llevado hasta la habitación. Mis dientes arden por reclamar a mi pareja, quisiera morder su cuello y marcarla. Que sea mía y que no quede ninguna duda de que es mía. Quiero besarla hasta dejarla sin aliento, llevarla a la cama y adentrarme en ella, escucharla gemir mi nombre hasta olvidarse incluso de sí misma y de ese otro mundo.

La deseo, maldita sea, quisiera empujarla contra la pared y meter mi miembro hasta que este vacío desaparezca.

¿Amigo? ¡¡Dime si un amigo puede penetrarte como yo lo haré!!

¡No, si hago eso solo seré un imbécil más!

Si muerdo su cuello ella no será más mía de lo que es ahora, solo estaré marcando a Candace, su cuerpo está allá en ese lugar que nunca podré alcanzar.

Solo me queda conformarme con lo que hay de su alma, Pero no quiero asustarla. Quiero que me desee, que ella me pida a gritos que lo haga.

Aquella noche que me llamó su editor estuve a punto de perder mi propio control, la asusté, ella temblaba debajo de mí y por muy poco casi la marqué.

¡Maldita sea! ¡La deseo hasta el punto que es insoportable!

— ¿Ery?

Ella me ve confundida, claro, es normal pues solo me he comportado como un lujurioso todo este tiempo.

El hecho que esta noche no desee tocarla debe confundirle o hacerle creer que algo está mal conmigo.

Si, deseo abrir su piernas y entrar ahí, quiero penetrarla porque sería lo más cerca que pudiera estar de tocar su alma. Pero eso no es suficiente ¿Qué me pasa? Solo me ha bastado que me llame su mejor amigo para que pierda el control de esta forma.

A un amigo se le puede querer pero yo no deseo que solo me quiera. Quiero ser más...

¿Qué más deseo?

‘Tú sabes lo que deseas, Ery’

—Ven, Alfa. Extraño el calor de tus brazos por la noche.

¡No digas eso si no lo sientes de verdad!

—Te extrañé, amigo mío.

¡Deja de llamarme así!

La tomé por la muñeca, su rostro lleno de lágrimas detiene mi enojo.

—Yo… ¿No soy agradecida? ¿Hice algo malo, Ery?

Niego con la cabeza y la abrazo con todas mis fuerzas. Me quedaré, incluso si esta sensación de incomodidad es demasiado grande, es peor verte llorar y culparte por algo que no haces con mala intención.

Abrazarla es algo hermoso y mortífero a la vez, siento calidez y al mismo un frío inexplicable, me siento lleno, vacío, nuevamente lleno. Es como si estuviera algo incompleto en mi interior. Cada vez que ella se aferra a mi camiseta y acurruca su cabeza en mi pecho siento como si agonizara algo dentro de mí. No es suficiente.

Más…

Cadence Beckham, dame algo más…

Si así te comportas con un amigo, entonces… ¿Cómo serías con tu novio?

Esa pregunta me deja helado.

¿Novio?

No, a ella le desagradan la mayoría de los hombres así que nunca tendrá un novio ¿Cierto? Cuando regrese a su mundo yo no estaré ahí, alguien más podrá estar a su lado.

¿Le llamará su “amigo” también?

***

¿Qué me está pasando?

 Antes habría dado lo que fuera por estar cerca de ella de esta forma. Ahora siento como si tuviera un gran hueco en mi estómago.

 En cuanto se ha dormido no puedo más con esta sensación inquieta, la reacomodo con cuidado y cubro su cuerpo con una manta. Ella se acurruca sonriente haciendo que mi corazón se estruje.

 La sensación de hambre, sed, deseo, todas ellas se agolpan como olas en mi interior golpeando una tras otra cada vez con más fuerza. Sé que si lo hago solo me estoy condenando más pero ignoro todas esas señales y beso su frente. Si, algo dentro de mí quisiera gritar algo aunque no estoy seguro de que sea.

El camino de la habitación hasta mi oficina parece demasiado largo, mis pasos son por instinto porque creo que mi cabeza se ha perdido en algún lugar remoto. Cuando giro el pomo de la puerta y llego a la oficina me desplomo automáticamente contra la pared y cubro mi cabeza con las manos.

¿Qué me está pasando?

 — ¿Alfa?

Milo se asoma por la puerta cauteloso y me alumbra con una vela.

— Creí que estaría mi Alfa encantado recibiendo una gran recompensa en agradecimiento de su hembra por lo que hizo hoy.

Luego murmura algo de que incluso pensaba darme uno o dos días para que disfrutara de mi “victoria” a lo cual suspiro.

— Ella está más que agradecida, Milo.

— ¿Entonces por qué pareciera que te han absorbido de toda energía? Estás pálido como un vampiro, Ery.

 —Estoy bien. Solo estoy un poco cansado...

 — ¿Cansado? ¿Lo dice el Alfa que pudo pelear más de tres días sin cerrar los ojos para dormir una sola vez? ¿El mismo alfa cuyo libido es insaciable?

 —No me hables de libido en este momento, Milo. Sabes que desde que me casé no...

 —Por la diosa... Esa abstinencia está matándote entonces.

 —No es la abstinencia, Milo. Es ella, solo tengo la mitad. Creí que si conocía todo sobre ella podría sentirme satisfecho.

 — ¿Y no estás satisfecho de saberlo?

 —Satisfizo mi curiosidad y ahora que conozco más sobre ella... Quiero más. Creo poder acercarme un poco para descubrir el gran abismo que hay para alcanzarla.

 —Creo que te falta tener sexo hasta el final. —Milo abre una de las gavetas y me sirve café mientras Shawn se alborota diciendo que no le haga caso—Una vez logres eso tal vez tu ansiedad desaparezca. Después de todo dices que sientes un fuerte deseo.

¿Deseo? ¡Ojalá fuera tan sencillo como eso!

 —No, Milo. No se trata de un deseo de ese tipo. Lo que deseo es a ella... En cuerpo y alma, completa.

 —Pero ella solo estará de manera temporal.

 —Exacto.

 —Entonces dile lo que sientes.

 — ¿Bromeas? Milo, ella no me ve como su pareja, tal vez me quiera un poco pero solo le gusto, le agrado... Cómo amigo.

 — ¿Incluso después de ese inmenso acto frente a la manada sigue pensando que son solo amigos? Milo se desploma en el sillón y me ve desde ahí, derrotado con el trasero en el suelo— Creo que hay algo que no me has contado como para comprender mejor la situación. Ery ¿qué fue lo que te contó sobre ella misma esa vez que se escaparon a beber?

***

Le he contado todo, incluso mencioné casi todo el sueño con las memorias de Eardwulf. Es mucha información pero el rostro de Milo permanece firme. Ya no le sorprende nada desde que le revelé que existen seres humanos iguales a nosotros en otro mundo.

— ¿Y bien? —Digo con impaciencia pues se ha quedado callado por demasiado rato y eso no me sirve de nada.

—No te lo diré.

 ¿Por qué no?

—Porque estás más ocupado pensando en lo mucho que te afecta ser considerado un “amigo” que en la razón de ello, te quejas de tu rival pero son exactamente igual de cerrados, egoístas, poco empáticos.

—Pero si he pensado demasiado en la razón por la que me preocupa algo que no debería ser tan importante.

—No me refiero a tus razones para sentirte de ese modo. Me refiero a las razones que tiene esa mujer humana.

— ¿Y cuáles son esas razones?

Milo frunce el ceño unos segundos y suspira.

—Si no eres capaz de razonarlo no podrás entenderlo nunca, Alfa. Mientras no lo hagas seguirás caminando y buscando a oscuras. Te quejas de alguien que ha seguido exactamente los mismos pasos que tú.

—Entonces ilumíname el camino para que entienda ¡Es tu deber como Beta!

—En realidad ya sabes la respuesta. Solo que en tu negativa por aceptar la evidente tensión sexual que hay entre ese otro macho y ella, cierras los ojos a la realidad.

Esas palabras son suficientes para que me levante de golpe y le tome del cuello.

— ¡¿Cuál realidad?! ¡Ella misma me aseguró que no lo quiere y aunque fuera lo contrario ella está segura de que no hay nada!

Milo no cambia la expresión seria de su rostro y en su lugar aleja mis manos acomodando de nuevo su ropa.

 —Pero tú sabes que no es así, además su respuesta es una evidente evasión ¿Sabes lo que es la biblioteca de Alejandría?

Después de que me he quedado en silencio intentando saber la respuesta suspira de nuevo.

 —Es una de las bibliotecas más grandes del mundo. O más bien lo era, te dije que el mundo se ha reiniciado tanto que se han perdido y añadido nuevos lugares. Es evidente que algunas situaciones con ese otro macho y otros tantos problemas en el camino le hayan cerrado por completo su mente para ver más allá de algo con posibilidades románticas.

—Habla de manera que pueda entenderte, deja de darle vuelta.

Milo gruñe y vuelve a suspirar.

—A ella le gustan los misterios, la biblioteca se incendió. Nadie sabe los hechos reales, es un gran misterio. Además, entre lo que se quemó estaban libros únicos en el mundo. Para resumirlo, le fascina su misterio y cree que en ese hombre están las respuestas a su propio enigma.

El aire se ha tornado gélido. Aun así, vi lo que él hizo, escuché sus pensamientos, vi sus actos egoístas. Aún tengo mis piezas en el tablero, estoy listo para contra atacar.

 Incluso si así lo fuera, dijo que yo también soy como---

 —Exacto. Y también dijo que por suerte eres su amigo.

¿Eso en qué me afecta? Significa que... Quiere evitarse cualquier relación afectiva que pueda repetir lo que vivió con mi rival.

— Felicidades, Alfa Ery. Además de que no eres un bobo, no le eres indiferente ni por un pelo a tu pequeño enigma de otro mundo. Sin embargo, nunca aceptará ese hecho.

¡¿Por qué no?!

— Ery, hace poco creías que naciste como un error. Ella no cree que nació como un error, ella es un gran error de principio a fin.

 Fue lo mismo que me dijo Chiara.

— Tú no aceptas errores, Pero ella se considera a sí misma defectuosa.

 Incluso si comenzaron a conocer sus historias, es alguien que es igual a ti quien se encargó de echar más leña sobre esa inseguridad y auto desprecio.

 Lo complicado de eso no es solo que eres igual a él sino lo que ese hombre le representa. Incluso si quisiera, no puede verte como le llegó a ver a él porque le hirió profundamente aquello que comenzó a sentir por él.

 ¿Entonces qué debo hacer para que me crea?

 —Solo se paciente, no le juzgues ni presiones a que cambie. Con el tiempo podrá adquirir confianza en si misma y quizá abra su corazón de nuevo.

¡Pero tiempo es lo que menos tenemos! Cada vez que aparece un precepto está más cerca la despedida. Debo convencerla de quedarse aquí antes de que eso pase.

—Alfa, se enamoró de ella ¿No es así?  Incluso si no responde o si intenta mostrar una cara dura. Soy la mano derecha y mejor amigo de mi Alfa, además, mi lobo Roshard no es tonto, puede sentir el dolor de su Alfa. Incluso tu pequeño enigma comenzó a sentir la ansiedad que tienes.

‘¡Ery, responde a tu Beta!’

— ¿Y bien, Alfa?

 —No la amo...

 —No creo haberlo escuchado con una voz tan pequeña.

— ¡NO LA AMO!

—No escuchó nada de lo que dije después de esa palabra ¿verdad?

Me levanto de golpe ¡Esa palabra desagradable de nuevo amenaza con fastidiar mi existencia!

 —Nunca voy a enamorarme, Milo. Ese sentimiento es por demás inútil y un distractor lleno de fantasías inventadas por perdedores.

—Entonces ¿En qué te afecta si te llama su amigo? ¿Por qué te empeñas en querer hacer que te mire distinto?

 —No solo me estaría dejando debilitar, sería por la única mujer que no puede amarme ni ser mía. No, no es amor es algo diferente.

—Si así quieres que sea eso será. — Milo me ve como si acabara de probar un sabor desagradable en su taza y murmura algo como “De verdad será bobo”

Así es, ese sentimiento es bobo, insulso, absurdo.

¡Amor!

Qué clase de mente absurda creería que yo, un Alfa con una inteligencia superior como la mía, ¿puede equivocarse de esa forma y caer en algo tan inútil y destructivo como lo es el amor? ¡Peor aún, ser tan tonto como para caer por alguien que un día se irá lejos de aquí!

***

No puedo regresar a la habitación, tampoco a mi oficina para verle la careta a mi Beta quien no hace más que llenarme de más dudas que respuestas.

Lo único que puedo hacer es observar al maldito lago donde siempre se refleja una luna creciente sea día o noche.

Diosa Luna ¿Por qué has complicado tanto mi existencia al emparejarme con alguien como ella?

— Veo por el rostro que pone este Alfa testarudo que finalmente comenzó a caer.

Alexia aparece detrás de mi espalda, estuve pensativo por demasiado rato pues ni siquiera noté su presencia.

— ¿Caer? ¿A dónde, bruja loca? Estoy completamente de pie.

—Incluso si lo niegas, entre más quiere un Alfa tapar al sol con el dedo, mayor es la quemadura y su caída será tan dura que no podrá levantarse de nuevo.

¿Acaso nadie entiende que quiero estar solo?

—No te hice venir hasta aquí para que pretendas indagar en mi alma y meterme tus metáforas estúpidas.

—Lo único estúpido aquí es tu necedad de negar algo que sabes perfectamente que ya sucedió.

—Digamos que tienes "razón" y estoy "negando" algo que es evidente. Dame la maldita respuesta y dime qué es eso que supuestamente estoy negando.

—Por todo dios existente... Me cuesta creer que seas tan ciego. —Alexia sacude la cabeza y murmura a regañadientes—Acaso se puede ser más...

— ¿Qué es? Déjate de tanta vuelta y dímelo.

—Si el Alfa no puede ver algo que está en su misma cara entonces no está preparado para aceptarlo.

¡Es lo mismo que dicen Shawn y Milo!

— ¡¿Por qué nadie me lo quiere decir?! ¡¿Acaso es tan insignificante que no puedo verlo?!

—Si te lo digo no lo verás de todos modos.

— ¡Dime! ¡Yo mismo decido si merece mi atención o no!

—No. Es algo que debes descubrir tú mismo, no haré tu tarea ni me pondré a abrirte los ojos señalando algo tan malditamente evidente, Giancito.

— ¡SOY ERY, DEJA DE LLAMARME GIAN!

— ¡Es tu nombre, acéptalo, trágalo y deja de derramar bilis por un jodido nombre!

— ¡Ahora suenas como ella! ¿Acaso nadie entiende que quiero estar tranquilo, aunque sea un momento?

— ¿Quieres saber por qué te llamo Giancito, Alfa bobito?

Gruño y evito verla a los ojos antes de que me ganen las ganas de aventarme sobre esa bruja descarada hasta sacarle de la garganta ese atrevimiento.

—Gian, el bendecido por Dios. Pensé que sería un honor llamar al Alfa como alguien que tiene a los Dioses pendientes de él.

¿Cómo ha dicho?

—Pero es tal tu necedad y orgullo que ni siquiera puedes ser agradecido.

Aunque ya he recibido mi paga, prometo que haré mi trabajo, pero eso será después. Volveré, cuando finalmente el Alfa pueda entender cuál es su lugar y misión en este mundo.

— ¿Misión? Alexia Andría Harper ¡Repite eso!

Aunque he volteado en el momento en que escuché la palabra "misión" esa bruja loca se ha ido. Cómo si se hubiera desvanecido.

— ¡Pues que todos se vayan al c4raj0!

<<Nueva misión desbloqueada--->>

¡¿También tú?! ¡No podrías ser más inoportuno! ¡Ya déjame en paz!

<<Ve lo evidente, tienes 24 horas para descubrirlo. Penalización: Todos tus recuerdos>>

¡¿Qué demonios?!

¡Debe ser divertido jugar con mi tiempo ¿no?!

¡Entonces llévatelos todos! ¡Me da igual!

<<No he terminado. Los recuerdos que tenga el huésped de ti>>

Un aire gélido me recorre desde la cabeza trazando su amenazadora y frívola presencia hasta la punta de mis pies.

"Cada vez que olvido sé que una parte de mí murió."

Ella lo último que desearía en su vida es olvidar. Y si me olvida, esa sonrisa, ese cambio que ha tenido en estos meses desde que nos conocimos...

¡No te atrevas a dañarla!

— ¡Bien, haz ganado maldito Dios Schadenfraude! ¡¿Cuál es tu maldita misión?! ¡Sé específico!

<<La misión es sencilla, Joven Alfa. Debes decir unas palabras. Unas simples y muy sencillas palabras. Deben ser completamente sinceras y consciente de que las has dicho>>

¿Qué palabras?

<<Es tu misión descubrirlo>>

<<Si no las dices en 24 horas, bloquearé los recuerdos del huésped. De todos modos, no vale la pena que recuerde a un Alfa ciego que falla como aliado>>

¡¿Quién te crees para juzgar si merezco ser un aliado o no?!

¡Adelante! ¡Voy a descubrir esas palabras y las diré! ¡Vas a arrepentirte de provocarme!

Maika Maese

Ery, quien hace ojos ciegos ante lo que es evidente, no puede ver mas allá de su propio ego. La luz del reflector ilumina hacia otro lado, se abre el telón revelando la continuación en escena de "ese" hombre...

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