El resto de la semana transcurre rápido y así finalmente llega el sábado.
Sin embargo mi abuela ha insistido todo ese tiempo en que vaya a su casa e invitar al señor Collins. Sé perfectamente que mi abuela lo ve como un prospecto para mí, a cada oportunidad menciona la buena pareja que haríamos los dos y que es “un buen hombre” quisiera ver lo mismo que ella sin embargo, mis vellos se erizan de solo tenerlo cerca. No he podido superar mi fobia hacia los hombres desde los 18 años y nunca supe por qué. El señor Bingley cree que debió pasar un evento de acoso o quizá abuso para que me sienta de esa forma, sin embargo mis recuerdos permanecen bloqueados como si tuviera una gran neblina en ese pedazo de mi mente y si intento forzarlo me mareo hasta querer vomitar. Creí que mejoraría sin embargo a los 19 mi fobia se hizo mayor durante el mes de Mayo así que solo puedo convivir con pocos hombres que me inspiran confianza. Curiosamente aunque nos llevamos de una manera explosiva y atenta contra mi paciencia, solo con esa persona mi cuerpo se relaja.
"Él" tomó mi mano y no sentí desconfianza. Quizá fueron tantos los años que lo tuve cerca que no me afecta ni me da aversión por la costumbre.
La cita con el señor Collins es bastante tranquila, no hay peleas, no me critica a grados que me sienta ofendida, es comprensivo y amable.
—Cadenza es un nombre muy bonito pero es algo que te identifica con tu abuela. ¿Puedo llamarte Candy?
Mis vellos se erizan y mi piel siente escalofríos con ese nombre.
—Prefiero que me llames Ca… Beckham.
Al señor Eardwulf le dije que me llamara “Cady” no entiendo por qué con el señor Collins no quiero que sea cercano ni en la base de nombres propios.
— ¿Por qué? Me parece un nombre muy bonito, dulce como tú.
—Mi padre me llamaba así.
—Lo sé—Dice sin dejar de mirarme y sonreír—De hecho te conocí por primera vez en el casino, no nos habían presentado y fuiste allá a recoger a tu padre quien estaba demasiado tomado como para saber lo que pasaba a su alrededor…
Precisamente son momentos como esos los que no recuerdo, la niebla en mi cabeza es espesa cuando hablo del casino.
Recuerdo que fui varias veces a sacarlo de ese lugar antes de que apostara hasta el alma de mi abuela y la mía.
—Cuando te vi por primera vez pensé que eras como un pequeño conejo.
—Creo que es la primera vez que alguien me dice eso, señor Collins. Nunca me he identificado con uno.
—Los conejos son criaturas encantadoras. Hermosamente frágiles e indefensos, cuando se sienten acorralados tienen un pequeño mecanismo interno que los hace tener un espasmo muscular y perder el conocimiento. Una vez termina todo vuelven como si nada.
—Definitivamente no soy como un conejo entonces.
—Es una lástima que ningún conejo tenga el color de tus ojos. De un tono ámbar como el oro o la dulce y pegajosa miel.
En mi sueño tuve una situación similar, “Él” me hablaba de números y sus significados. A pesar de que me sentía incómoda frente a un lobo feroz que se llamaba a sí mismo Alfa, no sentí escalofríos.
En cambio frente a este hombre que apenas conozco, un aire gélido me rodea y su mirada más que la de un lobo en cacería parece un cazador furtivo de especies en peligro de extinción.
—Señor Collins, creo que ya es momento de que regrese.
—Por supuesto, querida Candy.
Todo el camino siento mis vellos erizarse sin embargo me reprocho por ello, este hombre es amable nunca ha hecho algo para incomodarme sin embargo, no puedo dejar de escuchar como si mi interior gritara o más bien exclamara como una gran alerta sísmica.
—Muchas gracias por la cena, Señor Collins.
—Llámame Harvey, Candy.
—Harv…— cierro la boca, no sé por qué se me cierra la garganta con ese nombre.
—Descuida, ya podrás hacerlo después. Hasta luego, querida Candy.
En cuanto su automóvil se aleja, me doy la vuelta para entrar a mi departamento cuando una mano me sostiene de la muñeca.
— ¿Ese es el hombre con el que saliste hoy?
—Qué te importa…
—Me importa y mucho, podría aceptar que salgas con cualquiera menos él.
— ¿Qué te pasa?
—Él no es una buena persona, Cady. —Me insiste con la misma firmeza que el agarre de su mano.
—Suéltame. Es mucho mejor hombre de lo que puedes ser tú… Maldito lobo.
Me intento zafar de su agarre pero me jala con más fuerza.
—Ese de ahí no es un lobo, es un coyote, un embustero… o pensándolo bien es una horrible rata asquerosa.
—Seguro te muerdes la lengua---
—No, Cady. Es un ser peligroso, no sabes en el horrible nicho al que te está arrastrando.
—De acuerdo, digamos que te creo, sobre todo las faltas de respeto tuyas durante esos años. Pensándolo bien, no creo que sea peor que tú.
Logro zafarme y camino a pasos rápidos.
—Dijiste que nunca he leído siquiera una sola línea de tus historias. Las leí todas, letra por letra.
Me paro un momento procesando sus palabras y el hecho que con él no me siento como si estuviera en constante peligro a pesar de que es un maldito lobo feroz.
— ¿Puedes aceptar mi propuesta? — Me abraza por detrás y lo empujo— ¿Acaso ese golpe en la cabeza te ha cambiado tanto? ¡Solo una loca rechazaría la propuesta de un hombre tan codiciado como yo--!
— ¿No será Eren Eardwulf el verdadero loco?
—Quizá— Vuelve a acercarse a mí y me acorrala con el brazo contra la pared—Estoy loco por ti, entiéndelo.
— ¿Loco? ¡Ja! ¡Más bien demente! Estás bien estúpido si crees que me voy a tragar ese cuento…—Me toma por la barbilla y veo frialdad en la mirada, una que se evita mostrar sentimientos.
—Me gustaron tus historias, me gustan mucho, me he vuelto tu admirador número uno…
¡¿Por qué le cuesta tanto entender?!
— ¡Ya suéltame!
— ¡No! ¡Te soltaré hasta que me escuches!
— ¡No quiero escucharte, no deseo nada de ti, entiende de buena vez…!
— ¡Tú eres quien debe entender! —Cierro los ojos y me muerdo el labio cuando me levanta la voz, luego él vuele a su tono suave y serio— Sé que no lo hice bien en ese tiempo, aunque no lo supe transmitir, tú me gustas y me gustaste más después de leer tus historias.
Ni siquiera sabe cómo me quema esas palabras, viniendo de la misma boca que me llamó tantas veces “escritora de cuarta” y “mediocre” al punto que ya he perdido la maldita cuenta. Entonces me rio, es una risa tétrica que no sabía que guardaba en mi interior.
—Parece que mis historias mediocres de cuarta son tan malas que han provocado que mi ex editor alucine.
—Cady…
—Escribir es una pérdida de tiempo y yo ya no puedo perder más tiempo.
Mis palabras son tan afiladas como las suyas pues finalmente me suelta y logro correr hacia la entrada del edificio.
— ¡Si me lo pides te daré lo que quieras! ¡No hay nadie mejor que yo para ti, lo sabes perfectamente! —Me dice casi como si fuera un grito.
—Lo que sé perfectamente es que prefiero a cualquiera menos a ti. Mi verdadera condena sería estar con alguien como tú a quien solo le intereso porque ha perdido el control sobre su marioneta de la que podía controlar sus hilos a su antojo.
Con esas últimas palabras cierro la puerta de vidrio y le dejo con lo que sea que quisiera responder después.
— ¡CADENCE!
En cuanto cierro la puerta y escucho su voz como un aullido, siento un gran dolor en mi pecho, me desplomo en el suelo apoyando mi espalda a la fría pared, me estoy ahí un momento hasta que escucho sus pasos como pisotones y la puerta de Ben cerrarse con fuerza, logro tranquilizarme finalmente cuando escucho el motor encenderse y el automóvil alejarse.
—Cadence, debes elegir a un buen hombre. —Me digo a mi misma mientras abrazo mis piernas.
***
Ha pasado un mes desde entonces, Él no volvió a insistirme, he salido con Harvey Collins todos estos días. Parece un hombre comprensivo y mi abuela lo estima mucho, nunca la había visto tan entusiasmada en su vida por un hombre.
Todos los días aquel hombre viene con regalos y me lleva a visitar a mi abuela quien continúa insistiendo lo buen hombre que es. Últimamente ella me menciona con más frecuencia su deseo de verme casada y conocer a su primer bisnieto.
Por supuesto, piensa en el señor Collins como el padre de ese nieto imaginario. Dice que es confiable, amable y que tengo suerte de que un hombre como él haya aparecido en nuestras vidas.
Recuperó la casa de mi abuela, se ha hecho cargo de algunos gastos e incluso me ayudó a conseguir empleo en el banco.
Que hablando de eso, trabajar aquí es un poco complicado y de lo más cansino. Todos los días voy a la ventanilla a contar tanto dinero como nunca lo tuve en mis manos en mi sueño ni en todos estos años.
—Quiero hacer un retiro de 10,000…
—Si me permite su identificación---
— ¿Cady?
Su voz hace saltar mi corazón unos segundos.
— ¿Qué haces trabajando en algo que no es de tu área?
—Estimado cliente, por políticas de la empresa no responderé a preguntas personales. —Respondo evitando que sepa lo mucho que me ha sorprendido la coincidencia tan extraña de que me tocara atenderlo entre más de 18 cajas para servicio al cliente y transacciones.
— ¿Te trajo aquí Collins?
—Estimado cliente---
— ¡Deja de hablar como grabadora y responde!
—….Si puede darme su identificación y tarjeta para verificar su identidad para el retiro en efectivo---
—Hagas lo que hagas ten cuidado con lo que recibes y no apartes la mirada de tu propia caja.
—Estimado, cliente cuentahabiente…
—Cady… —Dice apretando el puño. Sabe que le ignoraré así que acaba resignándose.
Después de que se va siento un vacío en mi interior. No sé por qué dice eso.
El resto del turno pienso solo en lo perra que es la vida y cómo se empeña en dejarlo a él frente a mí por más que deseo apartarlo.
— ¿Tuviste dificultades con ese cuenta-habiente de la caja 8?
El señor Collins dice que tiene un casino sin embargo también trabaja en el banco donde me refirió.
—Fue por la verificación de huella.
— ¿De verdad…?
También el señor Collins se molesta cuando me encuentro por casualidad con él.
—Es un hombre peligroso, Candy.
¿De verdad? Lo creo mujeriego, nefasto y con una forma de hablar que provoca querer pegarle un puñetazo en la cara. Jamás pensé en él como alguien peligroso.
—Ven, te llevaré a tu departamento.
Todo el trayecto evito hablar.
Antes de bajar, el señor Collins me toma por la mejilla. Mi sentido de alerta se activa provocándome un mareo cuando acerca su rostro al mío. Cierro los ojos, sé que va a besarme, entre la oscuridad y la niebla veo el rostro de esa persona insistiendo hablar desde la ventanilla. También una versión un poco mayor de él como en mi sueño, ambos detrás de una puerta actuando como si fuéramos lobos de una novela. Avery… era su apellido.
Una versión mucho más joven que él sonríe en mi mente.
“Me gustas, Cady”
Sus ropas no parecen las que llevamos sino una mezcla entre ropa medieval y un duque. Mi corazón late con fuerza y siento como si estuviera traicionando a alguien.
— ¡No! —Digo empujándolo y notando demasiado tarde que le he rechazado.
El señor Collins suspira y me dice que esperará a que me sienta preparada.
Pero yo no creo sentirme preparada ni hoy ni nunca. Abro rápido pero cautelosa y le agradezco traerme a casa, no me gusta estar encerrada en un espacio reducido con esta persona.
Una vez bajo del automóvil, verifico que no esté el hombre insistente en el que pensé. En cuanto compruebo su ausencia en la calle despejada, me despido del señor Collins y entro deprisa a mi departamento.
¿Acaso espero encontrarlo aquí? Me regaño a mí misma por dejar que mi mente me confunda y juegue con esas visiones falsas “todo eso fue un sueño” me repito una y otra vez esperando a que mi interior se calme.
Cuando llego al departamento me tiemblan las manos y me asomo por la ventana. Creí ver a “Ben” y a un hombre de cabello oscuro mirando hacia la ventana. No, eso es imposible. Sacudo mi cabeza y respiro hondo, cuando vuelvo a ver hacia el mismo lugar, la calle está vacía.
El ruido sordo del “clic” en el seguro de la puerta me recuerda que estoy en casa y dejo mis preocupaciones de lado. Todo está en penumbra, al parecer Sarah no ha regresado. Enciendo el interruptor y ahí está ella.
Sarah no me abraza con entusiasmo como siempre, en su lugar come helado en el sillón y dejó de preocuparse por su aspecto.
—Sherezarah, al menos enciende el interruptor cuando anochezca que parece cueva aquí a falta de luz.
Ella no me responde, aunque no me lo dice sé que es por Josh Bury.
En mi sueño una versión de ella en lobo estaba felizmente unida a su pareja y esperaban un hijo. Me desgarra verla así…
Si ellos estuvieran juntos tendrían un hijo con Sarah de 24 años o 20 como en ese mundo de… ¿Cómo se llamaba? Bueno, eso no es lo importante sino su felicidad que ahora parece nula.
—Si quieres puedo pedirle que acepte verte y hablarlo.
—….Ya pasó la página igual que yo.
—No, no has pasado de página---
— ¡¿Puedes sermonearme cuando tú haces algo peor con Eardwulf?!
Después de un silencio largo e incómodo por fin puedo responder.
—Él y yo no somos nada, ni siquiera es mi Ex.
—Por supuesto que es tú ex, Cady. Ex jefe, ex editor y Ex primer amor.
— ¿Amor? Por Dios… ¡No!
— ¿Ves? Al menos yo si acepté que lo quería una vez. Hago lo mismo que tú, evadirlo hasta que no recuerde que lo necesito.
Suspiro y me dirijo a mi habitación.
—Josh dijo que tus evasivas eran molestas, que me preocupaba demasiado y debería dejar que te autodestruyeras mejor. No puedo regresar con alguien que llamó una carga a alguien que considero como una hermana. Por supuesto que lo mandé al cuerno.
Detengo mi mano en el pomo de la puerta y corro a la sala para abrazar a Sarah.
Ella llora en mi hombro mientras me pregunto cómo es posible que alguien que fue capaz de dar su vida forcejeando con un hombre armado para salvar a la amiga de alguien que ya ni era su novia fuera a decir algo así después.
Hablaré con él, debo saber qué fue lo que sucedió realmente.
Sin embargo, antes de poder hacer algo, una llamada me desconcierta.
— ¡Candy! ¡Tu abuela, ella…está en el hospital! —Dice Collins preocupado. Siento como si el mundo se me viniera abajo y olvido lo que sea que estuviera planeando antes.
****
Veo desde la ventana del hospital y recuerdo el mismo dolor que tuve en mi sueño cuando la vi recaer por primera vez.
—Cadenza…
— ¡Abuela!
—Solo me caí, no es nada grave…
Abrazo con fuerza a la frágil anciana, ella siempre mentía que estaba bien. Sin embargo el reloj de arena caía gránulo por gránulo sin detenerse. Un día ni siquiera pudo salir del hospital debido a lo delicada que estaba por su enfermedad.
—Estoy bien, aunque… Me preocupa un poco que un día pueda irme repentinamente de este mundo. Cadenza ¿Podrías cumplir el último deseo de esta anciana?
—Lo que quieras abuela, solo pídelo.
—Sabes que no quiero irme sin verte casada con un buen hombre…
Los pasos secos y pesados de alguien resuenan en el silencio de la habitación del hospital como si fuera la marcha fúnebre.
A pesar de que es un buen hombre no deseo estar aquí, mucho menos cuando este de la nada saca un estuche y lo abre, mostrando un anillo.
—Candy, me harías un hombre muy feliz si aceptas ser mi esposa.
Espera, ¿no va esto demasiado rápido?
Además de que es de muy mal gusto una propuesta de este tipo en un hospital y enfrente de una mujer anciana que acaba de tener una contusión en el tobillo.
Viro mi cabeza, veo a mi abuela, me mira con una gran sonrisa y asiente en respuesta. Entonces alargo mi mano y dejo que me ponga el anillo sin responderle mientras mi abuela aplaude con emoción.
Cuando suelta mi mano y llevo esta hacia mí para contemplar el anillo. Siento como si ese pequeño objeto y su diamante pesaran más de 25 kilogramos en mi dedo anular izquierdo.
Cady acepta la propuesta de matrimonio presionada por el tiempo y los deseos de su abuela...
Me encuentro en mi trabajo en el banco, sin embargo mi mente está en blanco. No he podido pensar en nada, me siento como un alma perdida quien sabe en dónde.Sarah y su depresión, mi abuela pidiendo que deje la universidad para dedicarme a mi esposo, Collins quien no me deja sola a sol ni sombra salvo para trabajar o cuando debe ocuparse del casino. Como hoy.El cliente se retira de la ventanilla y presiono en automático el botón para llamar al siguiente turno.223-8 aparece en la pantalla de turnos mientras me siento un robot con actos predeterminados.¡BAM!Una mano con gran fuerza me pone debajo de la ventanilla una invitación. — ¿Se puede saber qué es esto?Un par de oscuros ojos azules me miran alto y afilado como si quisieran atravesar el vidrio.—Es algo que no le incumbe.— ¡Claro que me incumbe! —Se percata de que subió el tono de voz y se modera más— Si enviaste esas invitaciones es porque esperabas que me enterara y viniera hasta aquí a pedirte que no lo hagas.—Estimado c
La luna llena brilla intensa, como el misticismo mismo que conlleva el ritual más sagrado y más esperado entre los lobos de la manada de Silivia Crescent Lake. Se llama así la manada pues se ubica cerca de un lago que parece reflejar a la luna creciente brillante como la plata sin importar la fase lunar que se encuentre en el firmamento del oscuro cielo. No importa si es de día o de noche, una luna cresciente se asomará en el cuerpo de agua.Se dice que entre sus claras aguas se puede escuchar los aullidos de los lobos antepasados y los cantos armoniosos de sus almas gemelas que ha unido la Diosa de la Luna y creado perfectamente para cada uno. En su cumpleaños número 19, finalmente, una loba de cabellos largos y cálidos como el fuego se aproxima a la celebración anual de la cosecha vestida con sus mejores ropas.Preparada y anticipada con emoción para descubrir la identidad de su pareja destinada, aquel que fue hecho solo para ella y ella para él, su otra parte del alma que complem
—Voy a escribir esa novela de licántropos que quiere.Cada palabra me quema en la garganta por el orgullo, o tal vez sea la bendita cerveza, no lo sé… quizá sea una mezcla de ambas.—Vaya, creí que habías dicho que tu decisión es firme.— ¿Lo toma o lo deja?—Debería ser yo quien diga eso, señorita Beckham.—….—De acuerdo, lo tomo.Su voz suena tan confiada que siento como si me fuera a dar una úlcera gástrica.—Bien, pero tengo una condición.— ¿Cuál condición?—….Aunque tengo algo de alcohol en mis venas aún siento vergüenza por lo que voy a decir.—…Adelanto.— ¿Eh?— ¿Me pueden adelantar algo de la paga por este nuevo libro?—Los libros se pagan cuando el primer capítulo esté listo, no hay excepciones.—Por favor, en realidad necesito pagar unas cosas para… eh… material de investigación, ya sabe referencias y esas cosas.—Soy mayor que tú por lo menos cinco años, no me chupo el dedo.—….Entonces supongo que es un no.Cuando escucho su suspiro sordo por el teléfono cierro los oj
BRRR BRRRRAlargo mi mano y apago el despertador en la mesita al lado de mi cama y me acurruco de nuevo.BRRRR BRRRRQue extraño, no puse una alarma ahora que lo pienso.BRRR BRRRMe levanto de un solo movimiento y miro mi teléfono.[10 llamadas perdidas]¡En la torre!No tengo que revisar ni devolver la llamada, de inmediato al no responderle, aquel ser despreciable me vuelve a llamar con insistencia.— ¿Buen…?— ¿Por qué no respondes?¡Agh, qué altanero es!—Estaba…—Olvídalo. Tengo prisa así que te diré los detalles rápido.—….—Vamos a discutir los detalles de lo que has enviado hasta ahora.— ¿Y qué tal estuvo? ¿Lo hice bien?—Necesito discutir contigo algunos detalles de los personajes y también sobre el enfoque al público al que va dirigido.Me rasco debajo la axila y luego la cara, después siento comezón en la nariz y mis ojos semi cerrados tratan de mantenerse abiertos en armonía.—De acuerdo, entonces el martes puedo…—Ahora mismo.¡Aaaagh, si tan solo pudiera tener la form
DUUUUN DUUUN{El número que usted marcó no está disponible, se encuentra apagado o fuera de un área de servicio}—Sigue sin contestar.Acurrucada sobre el sofá, hecha bolita abrazada de mis piernas marco tres veces más sin obtener un resultado diferente. En la pantalla de mi teléfono veo a mi mejor amiga en una versión más joven de ella, es la fotografía que nos tomamos estando en secundaria.Por ese tiempo solíamos juntarnos sin preocupaciones por los temores del presente ni por el futuro de la vida adulta que pronto nos alcanzaría. Éramos simples adolescentes preocupadas sobre una sola cosa en la vida sobrevivir/sexo.Mi mejor amiga Sarah era bastante precoz para su edad y solía mirar a los chicos soñando con hacerse de un novio. Yo por mi lado tenía más la preocupación de llegar temprano a casa y no hacer enfadar a mi padre. Sarah solía decirme que fuera fuerte y me animaba a que recién cumplidos los 17 pidiera emanciparme de mi progenitor. Aunque no me parecía una mala opción dada
¿Edward….Eardwulf? Su nombre de algún lugar me parece familiar, nunca había conocido al hermano de mi Editor ni siquiera le había visto por la oficina.—Entonces ya que me he presentado ¿Aceptaría acompañarme por un café?Aunque algo en mi interior trata de resonar su nombre su sonrisa amable me da confianza como para aceptar seguirle.—Es un café muy popular dentro del centro comercial. Puede elegir lo que más le guste, yo invito.Vaya, hasta es más formal que su hermano mayor llamándome con propiedad.—Oh, puedes llamarme de manera informal. De todos modos tenemos casi la misma edad al parecer.—Oh, tengo 25 años.—Vaya, casi un año de diferencia.— ¿Tienes 24?—No, todavía falta un poco para el 19 de Noviembre.— ¿Cumples años el mismo día internacional del hombre?— ¿Puedes creer mi suerte?— ¡Ja, ja, ja! Entonces eres Escorpio.—Sí, muchos dicen que no lo parezco.En cuanto llegan nuestros respectivos cafés tomo un sorbo encantada con el sabor.— ¡Está muy bueno!— ¿Verdad?—Veo
[Edw2238: ¿Cómo te encuentras?][Edw2238: Perdona, sé que aunque somos como amigos aún no me tienes tanta confianza para platicar más seguido contigo. ¿Cómo vas con la escena que se te dificulta escribir? ]Ah es cierto, le había contado que no logro entender como alguien puede querer a alguien tan irritante que solo la trata como basura, es imposible que alguien sufra y se desviva por alguien así.[CAD-ENCE@AUTOR: Prueba superada, ya tengo hecho el capítulo y me siento más satisfecha con el resultado][Edw2238: Te escribí hace como seis horas ¿qué te pasó?][CAD-ENCE@AUTOR: Discutí con mi editor sobre el capítulo, en lugar de explicarme directamente que le faltaba más sentimientos reales a la escena, me acorraló contra una puerta y me dijo que actuara toda la escena][¿Solo eso pasó?][Si, solo eso][¿Entonces estuvieron interpretando la historia como si fuera un guion seis horas sin parar?][¡No, para nada aguantaría a ese tipo seis horas en mi departamento! Ya quería que se largara
“Cady Cad ¿Qué crees? ¡Hoy perdí la virginidad con Josh Bury!”Frente a mi está la escena más grotesca que he visto en mi vida, una horrenda película NOPOR carente de sentido e historia, solo hay mete y saca, punto. No es que sea mojigata o la madre teresa pero madre mía, esto no me calienta ni medio pelo.“Ay, Cady Cad no sabes de lo que te pierdes”No, definitivamente no sé qué tiene de atractivo una tipa infiel montándole los cuernos al marido con el tipo más feo en turno que le hace chantaje.No podía ver XXX de personas reales porque hasta verles el p**** es demasiado para mis ojos. Así que puse una animación japonesa y me arrepiento horrores. ¿Cómo puedo eliminar eso que acabo de ver de mi memoria?—Piensa en el dinero extra, piensa en el dinero extra…Veo un poco más y no puedo aguantarme más.Tal vez si me leo una de esas novelas atrevidas de las autoras top que mi editor se plancha...“Cuando los lobos se calientan” de Goldess EndypitLeo unas pocas páginas y no siento absolut