Mundo ficciónIniciar sesiónActo I- Desde la mira de un lobo Parte 1
“Candace sintió el ardor de las llamas de su propio fuego, dolían bastante, pero le dolía más el corazón. El Alfa Ery fue muy cruel, quería usar su vida para prolongar la suya. Esa fue la razón por la que se acercó a ella.
¿Entonces por qué? ¿Por qué le hizo creer cruelmente que sentía celos de verla con otros lobos? ¿Por qué la llenó de atenciones si solo era un mero juego? Candace al no tener nada por lo que quedarse, le habría entregado gustosa su vida al Alfa pues sabría usar sabiamente esta para el bien de la manada.
Sin embargo, fue tan cruel que le hizo sentir su “afecto” tomando sus primeras veces y le mostró lo que es el placer de chocar sus cuerpos deseando su calor.
¿No sería mejor si la hubiera dejado morir sola? Así no sentiría el dolor de perder algo que fingió que sería suyo.
El Alfa es un gran mentiroso, dijo que era hermosa y le abrazó con suavidad, la besó con lo que creyó ser ternura y le hizo el “amor” sin embargo todo fue parte de su plan. Ery nunca creyó que Candace fuera atractiva a sus ojos mucho menos que fuera una mujer, sin embargo, cuando la profecía fue conveniente para él, finalmente le dio un poco de su atención.
— ¿Quieres mi vida? —Dijo Candace con una mirada sin luz ni esperanza—Entonces por favor tómala toda y mis recuerdos también. Arráncame tus caricias de la piel para no volver a sentirlas más.”
Mi respiración se agita como un mar tempestuoso, esto no es una genérica historia de lobos. Soy editor, sé leer entre líneas y lo que hay debajo de esas palabras no me gusta para nada…
— ¿Qué es esto, Cadence?
Conozco de corazón los capítulos que me mostró y ninguno se parece en lo más mínimo, es como si hubiera cambiado de parecer a último minuto toda la historia y el argumento principal. Lo peor de todo es que la historia es intrigante y está escrita de una forma muy cuidadosa. Estoy seguro, este es un mensaje dirigido a mí. No porque desee que esté en sus pensamientos, no de esta forma.
¿Qué pasó? No lo entiendo, si bien Candace Var Sansa tiene un grado de locura latente y Alfa Ery es alguien preocupado por su manada hasta el punto de no poder elegir a su pareja destinada porque no le conviene, la Candace de esta historia tiene una actitud más destructiva y Ery es un completo pedazo de borde.
¿Es esto lo que cree de mí?
***
Hace un mes y tres días.
En cuanto abrazo su cuerpo tembloroso siento como si toda mi ansiedad desapareciera con el solo olor de su cabello debajo de mi barbilla. Ahora lo sé, estoy en casa.
Nunca más voy a dejarte sola, lo prometo.
Decidido a que ella es el futuro que quiero tener a mi lado para siempre, tomo sus mejillas calientes y llorosas. Beso su lagrimal, su mejilla, la punta de su nariz y finalmente choco con fervor mis labios con los suyos. Las chispas que recorren como fuegos artificiales por mis venas son más gloriosas que las de aquella breve noche de Abril sobre mi Ben.
¿El casi beso en el hotel y bañarnos juntos? ¿Entregarnos por mensajes obscenos en una aplicación? ¡Bah! Nada de eso se compara al glorioso momento en que Eren Eardwulf besó enamorado los labios de Cadence Beckham.
Aunque su beso me es reciproco tanto en lo físico como espiritualmente, algo me hace detenerme. Cadence dejó de sostenerme y ha caído sobre mí. Sus mejillas no están calientes de tanto llorar… Siento mejor su calor corporal y descubro para mi horror que su piel está ardiendo.
— ¡CADENCE!
Sacudo su cuerpo intentando que despierte, está inconsciente, probablemente por la fiebre.
Con un temor que nunca había experimentado antes, mis dedos tiemblan mientras digito el número de mi médico familiar. Su voz apenas es audible para mí mientras me da instrucciones de cuidados. Para empezar debo revisar cual es la temperatura exacta si es fiebre o febrícula. Luego intentar bajar lo más posible la fiebre… Cada instrucción la aprendo de corazón aunque apenas puedo procesar todo lo que sucede a mí alrededor.
—Cadence… aguanta un poco, voy por unas compresas frías y todo lo necesario para que… estés bien.
Ella toma mi mano débilmente y me mira asintiendo.
Esta vez no hay alcohol que le evite recordar quién está realmente con ella justo ahora. Cuando haya bajado la fiebre y esté más saludable hablaremos adecuadamente. Esto no va a quedarse así, no dejaré que el desgraciado quede impune. Pero en este momento solo tengo una prioridad y esa es cuidar de ella hasta que baje esa maldita fiebre.
—Señora Potvin
— ¿Qué ocurrió? ¿Se encuentra bien?
— ¿Tiene un termómetro a la mano?
—Sí, lo tengo.
—Perfecto, entre ahí y tome su temperatura, en cuanto tenga los resultados hágamelo saber. Cadence parece tener fiebre…
—Por supuesto que lo haré.
En cuanto corro a la farmacia del tipo 24/7 solo me atienden por una pequeña compuerta que parece una pequeña ventana. Les digo la temperatura de Cadence y me dan todo tipo de remedios para bajar la fiebre. Tomo todos y pido al asistente de mi abuelo que me consiga hielos. Liam se encuentra ocupado buscando a la maldita rata que le he encomendado cazar a toda costa.
Llamo al médico familiar y este me dice que puede ir al domicilio, no importa el precio quiero que esté ahí cuanto antes.
***
—Todo va a estar bien, Cady Cad—Le digo para tranquilizarla cuando la veo temblar.
—Sarah… —Me llama por el nombre de su amiga por la familiaridad del apodo.
Su mejor amiga estaba ahí a su lado siempre para protegerla, egoístamente para que no le revelara a Cadence sobre lo que pasó la noche del “Sugar Daddy” me aseguré de que estuviera incomunicada un buen tiempo como para no poder contarle lo que vio. En aquel momento solo quería asegurarme de mi propia seguridad, en parte también se entremezcló un deje de venganza por obligarme a ir a su boda y llevarle un regalo “caro muy lujoso” no pensé en nada más.
En todo este tiempo Cadence estuvo pasando por cada uno de sus problemas sola, es lógico que Edw2238 fuera una compañía imprescindible, me aproveché de eso y cuando sepa lo que hice me temo su reacción al respecto. Por ahora solo puedo tomar su mano, lamentarme por mis actos egoístas y rezar para que esa maldita fiebre baje cuanto antes.
Cuando el Doctor Hayes llega al complejo departamental le agradezco y le muestro que estuve cambiando los paños húmedos con hielos. Su fiebre no ha bajado ni un grado y eso me preocupa.
El señor Hayes, mi médico de toda la vida desde que tengo memoria, es el único medico varón en el que puedo confiar. Sé que soy un animal por ser celoso y no querer que otro hombre toque a Cadence, no puedo evitarlo…
En cuanto levanta un poco la camisa de dormir de mi chica salta mi lado protector, sin embargo todo eso se evapora cuando veo en el rostro del Doctor Hayes un semblante serio que me recuerda al que mostró con mi madre la tarde de mi quinto cumpleaños.
—Joven Eardwulf ¿Puede retirarse un momento?
No respondo, obedezco sus indicaciones y salgo de su departamento con las piernas a punto de desplomarme.
Si algo le sucede… no me voy a conformar con repetirle físicamente lo mismo que le hizo ese hombre a Cadence, lo haré 10 veces peor.
El tiempo me parece una eternidad mientras hago llamadas y amenazo gente tratando de buscar a la rata.
¿Por qué se les dificulta tanto buscar a ese hombre?
La puerta del departamento se abre, el Doctor Hayes me mira con un semblante serio y un poco desesperanzador.
— ¿Y bien? —Le pregunto al Doctor Hayes— ¿Qué tan grave es?
—La fiebre es mi menor preocupación dado la situación en la que se encuentra la paciente.
— ¿Qué situación?
—La fiebre es causada más por estrés y como una reacción traumática. Tiene varios golpes en el cuerpo y lo que parecen ser patadas. Además, tiene en una parte de su cuerpo quemaduras probablemente causadas por un cigarrillo.
—Maldito, hijo de…
— ¿Joven Eardwulf, dijo algo?
—No, no es nada— En mi cabeza solo estoy pensando en cómo me voy a cobrar todo lo que le hizo por diez veces— Por favor asegúrese de que no queden golpes permanentes ni cicatrices en caso de…
—Puedo asegurarle que está en buenas manos.
— ¿A dónde va, Señor Eardwulf? —Pregunta la vecina chism…Potvin mientras sostiene la mano de Cadence— ¿No va a quedarse con su…?
—Por favor cuida de mi novia, vigila que no llegue ningún intruso indeseable, y si lo ves retenlo hasta que yo llegue.
***
Son ya las 5 de la mañana, no he pegado el ojo ningún segundo, me niego a dormir hasta dar con esa maldita rata. Se lo advertí una vez, nadie se mete con lo que es mío sin recibir serias consecuencias. Mucho menos un maldito alcohólico violento.
—Tienes una hora para encontrarlo.
Amenazo a varias personas por el teléfono desde asistentes personales hasta un detective privado. Voy a encontrar su madriguera, lo voy a aplastar como la maldita cucaracha que es. Y si tengo que voltear todo ese club de alimañas apostadoras entonces que así sea.
¿Por qué es tan difícil encontrarlo? No creo que sea tan inteligente como para ocultarse.
Tal vez si llamo a Sarah…
Espera, dijo que Cadence se emancipó ¿Cierto? Entonces no sería algo ilógico si para protegerse de cualquier percance con ese desgraciado también pidiera cambio de apellido.
—Investiga el nombre de registro de Cadence Beckham.
Con esa información Liam logra dar más fácil con el desgraciado mal nacido ese. Menos mal que mi asistente es también mi mejor amigo de años y él reconoció de corazón el apellido de esa niña de vestido y adorno de fresas.
En menos de dos horas logro por fin dar con el engendro de ponzoña. Como es el progenitor de Cadence me propongo moderarme con las ganas de sacarle las tripas como en tortura medieval. Ella no me lo perdonará si soy demasiado agresivo.
—Donovan Dawson.
En una base de mala muerte cerca del muelle, como esas que se usan para hacer cosas turbias, por fin veo la cara de la maldita rata. En cuanto descubrí su apellido fue más sencilla la cacería. Sin embargo, mis ganas de retorcerle el cuello se hicieron mayores al encontrar en la misma casa de apuestas una rata gorda a la que hace tiempo no le veía su asquerosa cara, este aseguraba que ese hijo de su p*rro padre le había prometido a Cadence. Por supuesto llovió sangre en ese lugar y mandé a destruir ese jodido lugar. Me alegra tener bien ejercitados los músculos porque gracias a todos mis años en el gimnasio levantando pesas, le pude romper los dientes cuando el desgraciado asqueroso pedazo de ponzoña mencionó que tiene todas las posesiones de Cadence incluida la casa de su abuela y que al pedirle recuperar su candelabro…
No pude contenerme, le golpee con todas mis fuerzas, si me medí por nuestra amistad esa vez que hizo algo similar en el casino con aquella joven de 18 años, esta vez no tuve piedad alguna. Liam tuvo que detenerme antes de acabar de darle el remate.
Me aseguró que acabaríamos con ese pedazo de basura y que las manos que tocaron aunque fuera por un roce a mi chica quedarían imposibilitadas de por vida.
Así que no solo la golpeaste, se la ibas a entregar a un tipo y si no fuera porque Cadence se defendió con el candelabro que recuperó dejando que le tocara ese cerdo…
Solo pensar en ello me retuerce el estómago.
Mi asistente me acerca la silla y con una sonrisa seca me dirijo a mi suegro. Es hora de que conozca por qué me llaman Eden Wolf.
Y cuando me dicen “El Lobo del Eden” es porque les espera el infierno.
— ¿Cuánto pides por nunca más volver a la vida de mi chica?
— ¿Tu chica? ¿No eres muy mayor para…? ¡AAAAGHH!
Uno de mis hombres a mi señal le propina una patada.
—Las preguntas las hago yo, limítate a responder o tendré que tomar otras medidas.
— ¿Puedo pedir lo que sea?
—Estoy de humor y soy generoso—Llevo mi mano a la barbilla— nombra tu precio y lárgate de la vida de Cadence.
— ¿Puedo pedir un millón?
—Tic, Toc, Tic, Toc…—señalo mi reloj— El tiempo de mi paciencia se termina, Donovan.
— ¡Dos millones entonces, dame dos millones y me alejaré de mi hija para siempre!
—Vaya rata más ambiciosa… De acuerdo, te daré lo que pides—Hago señas a Liam y trueno los dedos, él deja un gran fajo de papeles frente a nosotros mientras saco una pluma que golpeo con fuerza contra la primera página— Firma y lárgate.
— ¿Firmar?
—Un acuerdo donde juras no volver a acercarte a Cadence y si no lo haces…
Nuevamente a mi señal otro de mis hombres le quema la mano con un cigarro.
— ¡AAAGH!
—Ahora firma y llévate el dinero o hazme perder la paciencia, de igual modo me aseguraré de que no vuelvas a ver un solo cabello de mi chica así tenga que dejarte ciego, romperte las piernas o enterrarte 20 metros bajo tierra.
— ¡Firmaré! ¡Firmaré, por favor!
Con las manos temblorosas entre el miedo y por las quemaduras acaba por firmar.
—Bien— Me dirijo a Liam quien en silencio recibe todo y guarda los papeles en un portafolio, mi asistente me entrega un pañuelo para limpiarme las manos—Ya sabes qué hacer con esos papeles.
—Sí, Wolf.
— ¿Y el dinero me lo darán en cheque o en efectivo?
— ¿Disculpa? —Dejo un momento de atender la limpieza de mis manos.
—Dijo que me daría dos millones y…
—Si algo he de aplaudir es que la hija supo florecer lejos de tan mala hierba y no seguir sus pasos…
El hombre me ve sin poder entender nada de lo que quiero decir. Sonrío satisfecho con la mira de un lobo contra su presa.
—Quiero decir que tu hija no comete la misma estupidez tuya de firmar papeles sin leerlos primero.
— ¡¿Qué diantres dice en esos papeles?!
—En primera instancia que cumplo mis promesas, podrás ver ese dinero… Cuando hayas cumplido con ciertas condiciones.
— ¿Cuáles cond--?
— ¡Liam! ¿Quieres leer en voz alta lo que esta rata ambiciosa acaba de firmar?
—Sí, Wolf “Yo, Donovan Dawson, autorizo ser internado de inmediato en un hospital psiquiátrico intensivo para curar adicciones. En plenas facultades mentales y estando consciente de mis actos, es mi deseo rehabilitarme y no poner un pie fuera hasta estar completamente limpio y libre de posibles recaídas. También autorizo para que se haga efectiva la terapia intensiva sin importar la clase de métodos que se usen por muy dolorosos que sean--”
—¡¡Eso nunca lo acordamos!!
—Pues lo has firmado y así como yo voy a cumplir con mi parte del trato, tú no recibirás ni un centavo hasta que hayas cumplido con todos los requisitos, de lo contrario puedes pensar en ese hospital psiquiátrico como tu hogar permanente. Incluso si intentas escapar te seguiré, te atraparé como mi presa y te desgarraré.
— ¡Eres un monstruo!
—No, Donovan. Un monstruo es aquel que golpea a un hijo, le pega patadas, toma su dinero, chantajea, se aprovecha de su bondad y por medio de engaños le hace firmar un préstamo bancario coludido con un banquero para sacarle mucho más dinero al hacerle creer que es para devolverle la propiedad de alguien muy apreciada por ella, añadir papeles, falsificar su firma y acorralarle para entregarse a ese mismo hombre asqueroso haciéndole creer que es una deuda que le pertenece. No bastando, ofrece a su propia sangre como prenda a un degenerado conocido por sus gustos retorcidos… ¡UN MONSTRUO, ESO LO QUE DONOVAN DAWSON ES! ¿Y yo? Digamos que yo solo soy el gran lobo feroz con el que tuviste la mala suerte de cruzarte en su camino por hacerle daño a lo más importante en su vida.
El hombre me mira asombrado y aterrado por mi devoción a Cadence. Ni siquiera yo me esperaba que fuera a decir tales cosas y entre más salen por mi boca, más tomo por hecho aquello que ignoraba hasta ahora…
— ¡¿Quieres que me aleje de ella?! ¡No necesito dinero, juro que jamás voy a acercarme! ¡Será como si yo no existo…! ¡AAAGH! —Esta vez quien le golpea con fuerza soy yo.
— ¡¿Crees que voy a dejarte ir después de ver a MI CADENCE allá debatiéndose entre la vida y la muerte por tus estupideces?! ¡Elije, rata! Te vas como has firmado o te vas de una peor manera, recibiendo 10 veces todo lo que le has hecho, ¡Absolutamente todo! Sin importar que tanto tiempo haya pasado desde el primer agravio, por cada año, cada mes y cada segundo de maltrato, con los términos de un lobo feroz malo y muy molesto que quiere ver sangre derramarse hasta que supliques que acabe con tu sufrimiento.
Tiene suerte ese animal que sea padre de mi mujer, solo por eso se ha salvado de que lo mande directo al averno del que vino. El Lobo del Eden se está conteniendo por ella. Mi Ángel.
El hombre golpea la mesa y tembloroso se resigna a la primera opción “benévola” que le he ofrecido.
Ni creas que solo te van a encerrar ahí, no, el "Eden" que tengo reservado para ti es todo un programa de dolor, serás como una rata de laboratorio y voy a autorizar que investiguen contigo diferentes productos para controlar tu adicción enferma de apostador y bebedor, cuando quieras protestar vas a recibir descargas eléctricas. Has elegido mal, tu víctima tiene a un hombre que ama la buena literatura. Naranja mecánica. Me aseguraré de que no puedas respirar ni un minuto de paz y en tu peor momento recordarás lo que hiciste, suplicarás su perdón y nadie estará ahí para defenderte, tal como ella esperó en soledad temiendo cerrar los ojos y no despertar.
Si, sé que parezco un mafioso y mis métodos son cuestionables, nadie quiere ver mi peor cara así que me respetan. Decidí retirarme al igual que mi abuelo y pasar mis días pacíficos lejos de ese mundo de violencia. Nadie provoca al gran lobo desde entonces y me he prometido estar tranquilo, pero esa escoria se metió con lo más preciado para mí, haré que todos respeten a Cadence.
Voy a cazar a todos esos desgraciados, haré caer esa casa de apuestas y la haré trizas.
***
Al terminar con ese desagradable asunto, fui de regreso al edificio, mi Cadence aún sigue durmiendo.
—Lo peor ya pasó. Solo resta dejar que descanse y recupere fuerzas.
—Gracias, Doctor Hayes.
— ¿Puedo preguntar algo?
—Si quieres saber quién es ella, es mí…
—No preguntaba por su relación con ella, es más que obvio. En todos mis años como doctor de la familia Eardwulf nunca había visto que el hijo mayor se preocupara tanto por alguien.
— ¿Entonces que iba a preguntar?
— ¿Por qué deja que su novia viva en un lugar como este?
—Ah…—rasco mi cabeza— Ella insistió en que quiere ser independiente. Apenas deja que la ayude en algo y rara vez va a pedirme que…
—Tiene anemia— El silencio que le sigue confirma la gravedad de la situación— Las condiciones de humedad en el departamento son malas para su recuperación, sugiero que la cambie de lugar.
—Entiendo. Se lo haré saber.
—Ah, y joven Eardwulf… No olviden invitarme ese día.
— ¿Invitar ese…?
Cuando al fin capto el mensaje, el Doctor Hayes se ha largado dejándome con la pregunta en la lengua.
—¿Llegará ese día para empezar?
Pero la única respuesta que recibo es un gran chiflón de aire en el pasillo debido a la ventana que ha quedado abierta.
Me dirijo al fondo del departamento, justo cerca de la cocina detrás de una cortina. Cadence descansa en un pequeño colchón. Si la sacara de aquí y la llevara a mi departamento aparte de que me llamaría de cosas por interferir sin su permiso, también notará los números “2238” en la placa, de verdad que me he metido en un buen lío. Aún no sé ni cómo abordar ese tema sin temer lo que sucederá cuando lo sepa.
Acaricio su cabeza y pongo mi mano en su frente, aún está algo caliente.
—Frío… Tengo frío—Dice entre sueños mi muy preciosa Cadence temblando un poco.
—Perdona, lobita. Queremos que tu temperatura baje y si te abrazo no sería bueno, soy como un globo de aire caliente a punto de estallar.
Acaricio su cabeza sentado en una cama donde a duras penas puedo acomodarme en la orilla, ella me sonríe sin abrir los ojos y se acurruca en posición fetal hacia mi lado. Continúo acariciando su cabello con una mano, disfrutando de su suavidad hasta que su respiración se tranquiliza. Una vez se ha quedado dormida beso su frente y me dirijo a su sofá. No es el más cómodo del mundo pero parece incluso mejor que ese colchón delgado tan diminuto en el que está Cadence.
BRRRR BRRRR
Mi teléfono vibra unas 10 veces sin que lo responda, fue una noche larga, muy agotadora y todavía estuve toda la madrugada rastreando a ese tipo. Son las 11 de la mañana, creo que aguanté despierto demasiado tiempo. Finalmente cierro los ojos, poco a poco… sin despegar la mirada de la cortina abierta.
Cuando abro los ojos de nuevo son aproximadamente las 7 de la tarde, unos ojos color ámbar me miran con curiosidad y algo de sorpresa. Al parecer no recuerda (de nuevo) lo que sucedió en todas estas horas, probablemente ni siquiera recuerda que la besé. Antes de que escape la agarro con cuidado y la siento en mi pierna. Aún sigo somnoliento y apenas puedo abrir bien los ojos. Creo que sonrío un poco al verla saludable de nuevo, aunque me decepciona un poco que tenga memoria selectiva por su trauma, solo puedo sentirme aliviado de que ella está a salvo, justo a mi lado.
La acurruco cerca de mí a pesar de que el sillón es reducido en espacio y por mi tamaño de más de metro y setenta que apenas cabe, pero Cadence tiene el tamaño perfecto para encajar conmigo. Envuelvo mis brazos como si fuera una suave almohada y finalmente caigo en los brazos de Morfeo con una sonrisa.
***
Luego de eso, al despertar mi Cadence ya no está abrazada a mí, rápidamente la busco, se encuentra sentada en el suelo escribiendo en su computador haciendo muecas graciosas. Parece estar muy adentrada en lo que escribe, es tan linda que quiero abrazarla de nuevo… Un momento, ni siquiera hemos hablado apropiadamente. Para empezar ni siquiera hemos definido que somos, para mi ella ya es mía pero falta que Cadence me acepte o mínimo le dé un nombre a nuestra relación.
— ¿Qué hora es?
—¡¡Ah, señor Eardwulf!! —Cadence asombrada salta y me tapa la pantalla de la computadora personal—Bu-buenos días… Son las ocho y media de la mañana.
—¡¡Ocho y media!!
Veo el reloj de mi muñeca y en efecto son las 8:30, ayer por primera vez en mi vida me tomé el día libre de trabajo. Ahora estoy cerca de llegar tarde.
— ¿Cuántos días me quedé dormido?
—Solo uno, señor Eardwulf.
¡No me llames señor que yo te haré mi señora!
Estoy a punto de reprocharle su falta de cercanía a mí cuando noto algo nuevo en su mirada además de un pequeño rubor en sus mejillas mientras se me queda viendo como si estuviera frente a un sueño.
— ¿Tan interesante es verme, lobita?
—¡….!
—Si me miras así me provocarás querer comerte…
BRRRRR BRRRRR
— ¿Diga…?
—¡¡¡EREN GRANT MUJERIEGO EARDWULF ¿DÓNDE TE HAS METIDO, CONDENADO LOBO HARAGAN?!!
Es mi abuelo y suena muy molesto.
—Sí, sí, ya voy…
— ¡¡¿POR QUÉ SUENA COMO SI TE HUBIERAS DESVELADO?!! ¡¡MAS TE VALE NO TRAER RESACA!! ¡Y SI LA TIENES DE IGUAL MANERA VIENES AQUÍ!
—…. ¿No puedo tomar un día de mis vaca---?
—¡¡VACACIONES LAS QUE TU DIFUNTA ABUELA TIENE!! ¡VEN AQUÍ YA MISMO!
Antes de poder decir algo más mi abuelo cuelga, no es la versión amable que me regaña y no tomo en cuenta (Ermenwulf) sino Ermenrich Eardwulf, el temido en los negocios (retirado del bajo mundo) del que tengo parte de la personalidad cruel cuando me hacen enfadar.
—Me va a colgar de los…
—….—Es tan linda incluso cuando se queda sin habla.
—Te pediré algo de comer. ¿Quieres algo en especial?
—Eso no es necesario…
—Pídeme lo que quieras, Cadence.
—¡….!
—Piensa en qué quieres y lo pediré para ti, aliméntate bien y entonces, hablaremos después… no hoy porque estoy muy cansado, pero mañana sin falta.
Acaricio sus mejillas como si fuera un pequeño, muy adorable hámster y antes de poder besar su frente, el infernal teléfono vuelve a sonar como si fuera el soundtrack del infierno.
—Sí, sí, ya voy…
Contesto el teléfono al mismo tiempo que me pongo los zapatos. Observo una última vez a Cadence y guiño mi ojo, ella me responde con una explosión de rubor en sus mejillas mientras se toma del cachete que acabo de pellizcarle como si no se creyera el sueño en el que está.
¡Y me verás más confundida cuando te cuente todo declarando mi eterna devoción!
Eso si todavía vivo después de decirle a mi Abu Ermenwulf que acabo de romper una promesa y dormí con la mujer más maravillosa del mundo… que sí, es una escritora en la empresa, le prometí que no me acostaría ni me metería con otra de ellas, Me va a golpear con 100 carpetas pero acabará por aceptar.
Estoy seguro que le encantará darle la bienvenida a la familia, él ya le tiene alta estima.
En cuanto llego al edificio de Publicaciones Eardwulf me escabullo por la puerta hasta llegar a mi oficina.
— ¡ERENCE GRANT MUJERIEGO EARDWULF!
Cuando mi abuelo usa el apellido de mi madre (El cual también es mi segundo nombre) como un juego de palabras para decir “GRAN” seguido de “MUJERIEGO” sé que viene el lado duro y aterrador de Ermenrich. Pero soy lo suficientemente listo para no mostrarme intimidado, el primero en demostrar debilidad pierde la partida.
— ¿Sí, Abu Ermenwulf? —Mi voz aunque somnolienta, suena con un tono risueño.
— ¡No me digas Abu ni mucho menos Ermenwulf! ¡¿Qué diantres hiciste en la casa de apuestas usando nuestro apellido?!
—Quería cazar a una rata y me encontré a otra, fue de lo más desagradable así que lo aplasté y como se escabulló como el asqueroso roedor que es, tuve que destruir su inmunda madriguera.
—¡¡Y lo dices con ese cinismo, muchacho idiota!!
—Esas casas de apuestas le deben a la familia Eardwulf ¿no? Entonces prácticamente me deben a mí ese favor---
— ¡¿Cuál favor?! ¡Muchacho revoltoso! ¡Volteaste toda la casa de apuestas mandaste a mis hombres a tirar las mesas y causar todo un alboroto! ¡Está en todas las noticias! ¡Los bomberos apenas pudieron apagar el incendio!
—Y lo volveré a hacer si vuelven a meterse con mi chica.
— Tu… ¿Chica…?
— ¿Sabías que aceptaron como prenda a una de nuestras escritoras? Prácticamente se iban a llevar a Cadence. Me aseguré de que no se atrevan a meterse con lo que es mío.
— ¿Tuyo…?—Se lleva la mano a la cabeza— ¡¿Acaso te escuchas, Eren?!
—Sí, y entre más me escucho más me convenzo de ello.
— ¡Cadence Beckham! ¡Me prometiste que no tocarías a ninguna otra de las mentes creativas de la editorial!
—No la toqué…—Paso la mano por el cabello en mi cabeza con una ligera sonrisa que no puedo evitar— No en el sentido que crees.
Mi abuelo me mira atento y extrañado, jala hacia él una silla y se sienta en silencio mientras me sincero y le digo las palabras que nunca creí que diría.
—Abu Ermenwulf—Digo sin dejar de sonreir mientras le muestro el libro que comenzó todo— ¿Recuerdas cuando me mencionaste que debajo de lo que parece una gema de fantasía puede haber un gran diamante?
En mi escritorio engalana la dedicatoria con un mensaje que he escrito en respuesta pegado en una nota amarilla justo debajo de ella. Mi abuelo lee todo sin dejar de parecer asombrado por el relato del Gran lobo del Eden que encontró el paraiso en un pequeño ángel escurridizo.
Ahora que lo encontré pienso cumplir mi promesa y nunca más perderlo.Eardwulf abre con el primer acto uno de los capítulos más intensos de la obra, con otra verdad que ignora Cady quien, en su corazón atormentado y lleno de heridas profundas, continúa en la negación de sus verdaderos sentimientos. La siguiente parte se verá más adelante, no es error de salida así va el orden pues hay algo más que revelar pero aun no es el momento. Eren Eardwulf, el llamado Lobo del Eden por enviar al otro lado a sus enemigos, retoma aquel lado sanguinario y despiadado por esa noche infernal cazando como presas uno a uno a sus enemigos. Con su sed de venganza aplacada, él pensó que lo único que restaba eran días felices al lado de esa persona que le hizo cambiar... La primera persona en escuchar su confesión fue su abuelo quien maravillado pone atención en cada una de sus palabras.







