Theron se levantó del suelo varias horas después. Lo observé mientras se incorporaba. Se sacudió un poco el pasto de la ropa, lento, sin apuro… como si aún no estuviera listo para volver al mundo. Y cuando se giró, nuestras miradas se cruzaron por un segundo que se sintió larguísimo.
No dijo nada. Tampoco lo hice yo. Pero esta vez, él no pareció molesto. Solo resignado, como si aceptara que yo estuviera ahí. Que ya no iba a dejarlo solo.Así que lo seguí. Esta vez, más de cerca. No hacía falta ocultarme. Iba justo detrás de él, casi rozando sus pasos, con una sonrisa tonta que no podía ocultar. Me sentía… ligera. Como si algo dentro de mí se hubiera asentado. Como si el mundo se hubiera aflojado un poquito.Cuando llegamos a la academia, las clases casi habían terminado. Faltaba una hora para el final, y los pasillos estaban extrañamente en calma, casi como si también descansaran."¿Ya puedo hablar?" pregunté, conteniendo una risita, traviesa.