BRANDON
La ciudad pasaba fugaz a través de la ventanilla, un mosaico de ruido, luces y promesas rotas. Emilia iba a mi lado, con la mirada fija en el horizonte, los labios apretados en una mueca de concentración. Su sola presencia era el ancla que necesitaba para no perder el control.
El chofer manejaba en silencio mientras yo revisaba mensajes y mails, cuando de pronto el celular vibró con insistencia. Vi el nombre de Adam parpadeando en la pantalla. No era frecuente que él llamara así, temprano y directo.
— ¿Qué pasa? —Preguntó Emilia, notando el cambio en mi expresión.
Negué apenas con la cabeza y contesté, manteniendo la voz controlada.
— Adam.
Su voz sonó grave al otro lado de la línea, con ese acento familiar que, en otra vida, me habría arrancado una sonrisa.
— Brandon, ¿todo bien, hermano? Acabo de enterarme del desmadre que soltó Darkhole. Vi las noticias hace unos minutos ¿Cómo estás? ¿Estás con Emilia?
Me pasé una mano por la mandíbula, respirando hondo. Sentía el peso de l