47. Una línea de sangre odiada
CRYSTAL
El día había llegado después de una noche de tormenta; anoche casi no dormimos escuchando ruidos extraños y árboles cayéndose.
Sentía que en cualquier momento entraría la última criatura que quedaba, pero nunca fue así.
Thea estaba cansada, cerrando sus ojos de vez en cuando para dormir un par de minutos antes de que los ronquidos de cuatro chupasangres la volvieran a despertar.
Pobre de las compañeras que le toquen, porque no solo van a tener que soportar eso, sino también las posiciones raras en las que duermen.
Noah es el único en la misma posición, pero Marcus y Demetrio tienen la pierna aquí y la otra allá, y casi están besándose mientras se abrazan.
Ya no sé si reírme o darles un empujón para romper su momento romántico.
«Tenemos que volver, ya es de día. Tenemos una misión que cumplir; Morfeo solo quiere a la criatura y ya la tenemos».
«Cierto, no tiene más sentido quedarnos aquí, Thea».
Se levanta, despertando a todos alterados, sobre todo a Marcus y Demetrio,