44. La necesito en mi vida
EZRA
Han pasado tres meses desde que ella abandonó por completo mis tierras y simplemente se esfumó en el aire.
Al principio, pensé que eso era lo mejor; todo el desastre que causó ese día me tenía al borde de una rabia desmedida en la que sabía que podría hacer algo de lo que me arrepintiera.
Mi manada original intentó poner al resto en mi contra, por lo que tuve que aislarlos de todos los demás.
No iba a permitir una rebelión porque, aunque ellos sean lo único que queda de mi pasado, no toleraré por mucho tiempo cosas así.
Me paso una mano por el cabello, frustrado, sentado al borde de su habitación, donde su olor aún prevalece, pero poco a poco se va desvaneciendo.
No debería estar aquí, no debería desear su presencia; sin embargo, aquí estoy, aferrándome a lo poco de ella porque no puedo sacarla de mi cabeza.
De alguna forma, termino en esta habitación vacía y sin vida, porque todo lo que le daba ese toque de color era ella.
Me levanto, tomando la vasija para echarle agua