Capítulo 458: ¿Cómo Podía Ser que sus Hijos Fueran Tan Difíciles?
Valeria le explicó a Fiorella que era importante moderar la práctica del violín; si esa noche seguía aferrándose al instrumento, al día siguiente no podría volver a tocarlo.

Entonces, Fiorella dejó el violín a regañadientes y, tomada de la mano de su padre, bajó las escaleras.

Eufemio quiso invitar a Valeria a cenar, pero ella declinó la oferta. Sin insistir más, Eufemio la acompañó hasta la salida, agradeciéndole profusamente:

—Señorita Ramírez, estoy realmente agradecido por su ayuda. Decidir traerla fue la decisión correcta. Un día con usted y mi hija ya ha cambiado tanto...

» Hace unos días, ella no me hablaba porque una empleada movió sus muñecas en su habitación. Hoy, al oírla llamarme «papá», no sabe cuánto me emocionó.

—Yo también tengo hijos, así que entiendo perfectamente cómo se siente, —dijo Valeria—. Este jueves tengo que ir a Buenos Aires para una conferencia de inversión en cine, así que probablemente no podré venir.

—Atienda primero sus asuntos, —Eufemio rápidamente res
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