Después de llegar al trabajo, Valeria se sumergió en sus tareas hasta el punto de olvidar que Mauricio le había dicho que se iría de viaje a Costadulce.
No fue sino hasta la noche, cuando regresó a casa y no encontró a Mauricio, que recordó su partida.
Al concluir su baño nocturno, Valeria sintió que su habitación estaba vacía y abrumadoramente silenciosa sin él.
Colocó a su muñeco Gato Ramen en una pose y le tomó una foto, enviándosela.
Aproximadamente cinco minutos después, Mauricio le respondió: [¿Qué pasa?]
Valeria tecleó: [Desearía ser este gatito, un simple juguete sin pensamientos, así no te extrañaría.]
Mauricio le contestó: [Regresaré el miércoles.]
Ella respondió con un emoji triste: [Pero hoy es lunes, el miércoles parece tan lejano.]
Valeria: [Tío, cuéntame un cuento para dormir. Y no cambies la historia esta vez; tu versión de Caperucita Roja me dio pesadillas durante días.]
Después de enviar el mensaje, Valeria observó que Mauricio estaba escribiendo.
Unos momentos despué