Entusiasmado, Eros asintió antes de transformarse para guiar a los soldados. Aníketos, por su parte, dio la orden de dejar pasar a los salvajes.
Si bien al principio el cambio causó confusión, nadie se atrevió a desobedecer, por lo que pronto, los salvajes que ya no peleaban con los aliados comenzaron a retirarse.
Rezando por no haber tomado la decisión equivocada, Aníketos pasó de su forma híbrida a su forma lobuna para unirse a Eros y a su propia gente.
Con él, Eros, Cole y Neilan a la cabeza, pronto gran parte de la calle se vio despejada, sin embargo, el caos en el corazón de Altalune no daba tregua.
― “¿Qué tan lejos está mi padre?” ―le preguntó Alastor a Eros
― “Dijo que estaba cerca, sin embargo, también dijo que gracias a que la batalla se había extendido, estaban teniendo complicaciones para avanzar, sobre todo, por la falta de experiencia en combate de la loba de su alteza” ―
Ante las palabras de Eros, Aníketos rugió con rabia.
Mientras que a él le habían arruinado su infanc