Capítulo 7.2: Bienvenida a la manada.
Por primera vez desde que lo conocía, Anna sintió todo el poder del aura de su abuelo sobre sus hombros. Era pesada, imponente. Provocaba que, hasta respirar, fuera algo difícil.
Por instinto, tanto Jared como Sophie se colocaron sobre una de sus rodillas e inclinaron ligeramente su cuello desnudándolo ante su rey. Bruno, si bien no se arrodilló, realizó la más profunda de las reverencias, la cual mantuvo durante unos segundos.
Incluso, para sorpresa de Anna, Dante se inclinó ligeramente.
“Esto demuestra que ser rey es más que un título” ―le gruñó Amara
Vestido con un traje gris claro que hacía juego con su cabello violeta entre cano, el rey se detuvo brevemente en el umbral, observando a cada uno de los presentes con suma atención.
Si bien su mirada afilada se suavizó al encontrarse con los ojos grises de su nieta, Máximus mantuvo la compostura, dando a entender que, en ese momento, no estaba como abuelo, si no como el rey licántropo que era.
―Es bueno que estén ya todos reunidos, as