―Tranquilo mi amor, soy sólo tuya ―sonrió Anna ―Te puedo asegurar que nada ni nadie cambiará lo que siento por ti, ni un Bruno Trent y por supuesto, ningún Gisli Benson ―
― ¿Gisli Benson? ―preguntó Dante arqueando una ceja
―Es atractivo ―dijo Anna encogiéndose de hombros
Al sentir nuevamente esa oleada de celos, la joven soltó una fuerte carcajada.
―Diosa, ¡cómo te amo! ―exclamó divertida antes de volver a besar su mano y colocarla poco después sobre su muslo
―No sé como tomarme el hecho de que me tengas en tus manos ―gruñó Dante antes de apretar su pierna
―Oh, ¿no te agrada? ―preguntó ella con inocencia
―Me fascina ―dijo Dante sonriéndole de lado ―Y para que quede claro, también te amo nena ―
―Háblame más sobre mi presentación como tu Luna ―
Ante la petición, la sonrisa de Dante se ensanchó, por lo que, con entusiasmo, él comenzó a relatarle todo lo que tenía planeado para aquel día. La ceremonia, la fiesta, incluso, la lista de posibles invitados.
A Anna le sorprendió que Dante incl