Capítulo 4.3: La antigua reina.
Gracias al recorrido previo que habían hecho antes, Anna sabía que debía dirigirse directamente a la oficina de Arioch, el único lugar que tenía una línea telefónica intacta. Por lo que, con el corazón latiendo en la garganta debido a los nervios, la joven princesa subió las largas escaleras hasta el segundo piso.
Con cada paso que daba, Anna sentía como la emoción recorría sus venas.
Iba a hablar con los antiguos reyes y no sólo eso, ¡iba a ser ella quien los convocaría!
―Vaya, aún huele a sangre… ―susurró Anna al entrar a la oficina de Arioch
“Pobre doctor” ―gruñó Amara
―Debió ser horrible el desangrarse hasta la muerte ―masculló Anna al inclinarse sobre la alfombra, en la cual, aún podían verse algunas manchas del símbolo que Samael había dibujado con la sangre derramada del doctor Einar
“Sobre todo, al enterarse que fue sacrificado para invocar a un demonio”
―Cierto… ―susurró Anna, quien, tras soltar un suspiro, se dirigió al escritorio de Arioch, donde, tantas veces, lo había vis