Capítulo 2.4: Ya está.
Completamente boquiabierto, Basil observó a Alastor y después a Máximus, quien, sin dudar, le dedicó un pequeño asentimiento.
―Será todo un honor muchacho ―dijo Basil abrazándolo con fuerza, olvidándose por completo el decoro y las apariencias, algo que hizo reír a Alastor ―Supongo que aún nos queda mucho trabajo por delante ¿eh? ―
―Así es ―respondió Alastor ―Además, creo que a ti no te sienta nada bien el retiro ―masculló con la voz ligeramente temblorosa
―No llores Alastor ―le susurró Basil antes de apretarlo ligeramente ―No quiero que tengas la imagen de un blandengue ―
Ante sus palabras, Alastor soltó una suave risa antes de separarse de Basil para poder mirarlo.
―Gracias por cuidarme ―le dijo en voz queda ―Odio que seas igual que mi padre Adriano, debiste ser presentado como parte de la familia real ―
―Con que tú lo tengas presente es más que suficiente ―
Sin más, Alastor lo abrazó una última vez, se acercó nuevamente al podio y presentó a su futuro consejero, provocando que las