"Un millón de pensamientos pasan por mi cabeza, ¿Debería dejar que mi corazón siga escuchando?"
Fumiko Ibars
Oshin estaba acostado en la cama, aún sumido en el sueño. Yo, en cambio, no lograba encontrar descanso. Mi mente seguía dando vueltas a todo lo que había sucedido, abrumada por la maraña de emociones y preocupaciones que no dejaban de atormentarme.
Había pasado toda la madrugada sentada en el balcón, observando el cielo que comenzaba a iluminarse con los primeros rayos de sol. El aire fresco me acariciaba la piel, y mientras lo hacía, mis dedos jugaban nerviosos con el pequeño dije de la cadena que me había regalado Oshin unas horas atrás. La ansiedad y la tristeza se mezclaban en mí, y no sabía si debía hablar con él sobre Ai y la pérdida de su sobrino.
- Pequeña - me llamó Oshin, interrumpiendo mis pensamientos. Su voz rasposa me hizo dar un respingo y soltar la cadena. Miré hacia atrás, y lo vi sentado detrás de mí, sus brazos me envolvían con cariño mientras dejaba un suave