" — Papá ha estado molestando con lo mismo — me quejé, algo molesto, mientras Ai jugaba distraída con mi cabello. Ella siempre tenía una manera especial de hacerlo, suave y relajante, lo que me ayudaba a calmarme un poco. — No quiero atar a nadie, esperaré a mi Luna como se debe ser, y no atraeré a ningún niño o niña a que esté conmigo por si acaso. — seguí, suspirando y cerrando los ojos, tratando de despejar mi mente de todo lo que estaba pasando.
Ai, como siempre, me entendía más que nadie, y cuando se dio cuenta de lo que decía, giró su rostro hacia el mío con una mirada seria pero cariñosa.
— Mamá no lo dejará, lo sabes bien... Ella se niega a aceptarlo si tú no quieres — dijo ella, dándome todo su apoyo. Sonreí levemente y abrí los ojos para mirarla directamente.
— Eres la mejor melliza del universo — dije, con una sonrisa sincera. Ai, aunque siempre tímida, asintió con modestia, pero una pequeña sonrisa se asomó en su rostro.
— Lo sé — dijo con una sonrisa burlona, haciendo