—Riu… —lo llamé cuando lo vi pasando, esquivando a algunas personas mientras sostenía con fuerza mi vestido para poder avanzar hacia él. Al escuchar mi voz, volteó hacia mí, y me dedicó una sonrisa cálida antes de acercarse, caminando con paso firme, su presencia siempre tan segura. Me abrazó con fuerza y yo reí, devolviéndole el gesto. Recuerdo que alguna vez me había dicho que mi nombre significaba "gran belleza", y por eso me llamaba así, con esa dulzura que solo él lograba transmitir.
—Bonita —me dijo, mientras sus brazos me rodeaban en un abrazo reconfortante. Me separó de él con suavidad, y mi mente no pudo evitar pensar en el apodo que le había dado yo en respuesta: "Dragón", por el significado de su nombre. Siempre me había parecido un apodo tan acorde a su carácter fuerte y decidido.
—¿Entonces tú lo sabías? —pregunté, curiosa. Él asintió lentamente, y luego tomó mi mano, tocando la marca que tenía sobre ella con una delicadeza extraña, como si al tocarla estuviera señalando