4.

Maximilian:

Ella permanecía en silencio mientras íbamos en el auto, yo por otro lado me sentía un poco nervioso por llevarla a comer, lo hice por que de verdad estoy agradecido, pero también para conocerla mejor. Aún no podía creer que era aquella chica a la que moje con lodo. 

—¿Como está Erick? 

—Bien, se quedo en casa con mi hermano —ella asintió. 

—Me alegra saber que este bien... Por cierto ¿a dónde iremos?

—Me dijiste que te gustan las hamburguesas ¿no? Iremos a comer hamburguesas a un buen lugar al otro lado de la ciudad, si te parece la idea... 

Me arrepentí de inmediato al empezar a tutearla. 

—Lo siento, debí preguntar si estaba bien tutearte. 

—Estamos fuera del colegio así que esta bien para mi —me sonrio un poco.

Se ve muy linda cuando sonríe. 

—En ese caso, dime Max, solo Max ya que Maximilian es un poco largo. 

—Me gusta mas el Maximilian —dijo mirando sus manos—, suena más formal. 

—Maximilian sera... Llegamos. 

Estacione el auto, maldecí al ver el lugar, era un restaurante de comida rápida con juegos para niños, tonto Alex, quería traerla a un mejor lugar, pero bueno, ya estoy aquí. Baje rapidamente del auto y fui a abrirle la puerta, ella me agradecio y asi, caminamos hacia la entrada del lugar.

Habían juegos para niños del otro lado y mucho ruido, rápidamente busque una mesa para dos, por suerte había una libre justo en la ventana del lugar. La música sonaba al igual que las risas de todos esos niños. 

—Bienvenidos al Rey de las hamburguesas ¿que van a pedir? —una chica vestida al estilo medieval apareció. 

—Yo pedire una hamburguesa sencilla con queso y tomate, que no tenga cebolla —miro la carta—, papas fritas y un batido de fresa. 

La chica me miró, yo me quede algo frío al escucharla ordenar. 

—Yo pediré lo mismo que ella, pero el batido que sea de Melocotón. 

—En seguida traeré su orden —la chica se retiró. 

—Tengo que decirlo, creí que pedirías una ensalada no se.. —rei.

—Ah es que no como esas cosas, tengo un buen metabolismo —sonrio—, ademas de que me gustan mucho las hamburguesas. 

—Yo no suelo comerlas tan seguido, mi trabajo me impide salir a comer a lugares como estos. 

—Cierto que eres médico, en la tarjeta que me diste decía que eres Neurocirujano, eso es impresionante. 

—Si, me gradue hace casi seis años, trabajé duro hasta que me ascendieron hace dos años —ella asintió, me prestaba mucha atención—, ahora soy jefe de neurología. 

—Pues felicidades por ese ascenso. 

—Gracias, se que eres maestra, pero algo me dice que tienes otra carrera. 

—¿Cómo lo sabes? —rio un poco.

—Por las marcas en tus manos, parecen quemaduras —ella se miró las manos. 

—Ah si, estudié gastronomía hace unos años, después que me gradué trabajé un año y medio en el restaurante de mi papá, luego lo deje para dedicarme a mi segunda carrera que es la docencia.

—Entonces eres una chef graduada —asintió—, vaya que es impresionante, ya me lo había imaginado o eso creo —rei—, la galleta que le diste a Erick estaba deliciosa. 

Lo que habíamos pedido había llegado, luego empezamos a comer mientras seguía nuestra conversación. Roxanne es una mujer bastante lista, con los pies bien puestos sobre la tierra, además de que es segura de si misma. 

Ese tipo de mujeres me gustan, por que no dependen de nadie mas que ellas mismas. 

—¿Por qué elegiste ser maestra? 

—Por que me gusta enseñar, además de que adoro a los niños.. Mi mama me enseño a ser bastante creativa de pequeña y creci digamos con ese don para enseñar. Cuando era adolescente trabaje como niñera y enseñaba a los niños que cuidaba y ahi empezo mi amor por la enseñanza. 

—Lo haces bastante bien, no se si los demás padres te lo han dicho, pero has hecho un trabajo excelente, mi hijo ahora ama ir a la escuela todos los dias, como te dije anteriormente, has cambiado la vida de mi hijo. 

—No es nada, simplemente hago lo que me gusta... Y con respecto a Erick, estoy complacida de saber que el ha cambiado, cuando empezó era demasiado tímido, ahora se adapta un poco más a sus compañeros. 

—Erick siempre fue tímido, desde que nació fue un niño un poco retraído debido a su condición, como no hablaba me costaba mucho saber que era lo que sucedia asi que aprendimos a comunicarnos mediante el lenguaje de señas. 

—Es admirable lo que haces, el tiene suerte de tenerte, además de que es un niño demasiado dulce, atento y educado, eso quiere decir que haces un buen trabajo como padre. 

—Hago lo mejor que puedo, siempre le he enseñado a ser alguien respetuoso, amable y honesto a pesar de todo. 

No es sencillo hacerlo pero he podido lograrlo, desde que mi hijo empezó a tener conciencia de las cosas, le he enseñado que debe ser buen chico, siempre ser honesto y amable con los demás. Hasta ahora no he encontrado a algún chico que lo moleste y espero que así siga siendo. 

Confio en que Roxanne va a cuidar de el. 

Me quede viendo como ella se comía la hamburguesa, la había cortado a la mitad para comersela. Me rei ya que Erick también suele hacer eso cuando come una de esas. 

—Esta buena ¿eh?

—Bastante —respondió mientras se limpiaba la boca. 

(...) 

Después de comer, ella me pidió dar un paseo por el parque que está cerca de su casa, no pude negarme, deje el auto estacionado cerca del mismo, fui por un par de cafés para ambos ya que el clima estaba bastante frío. 

—Gracias —lo recibió. 

Empezamos a caminar por el parque que estaba bastante iluminado, debo decir que jamas habia visto esto, a veces odiaba mi trabajo por perderme de estas cosas, ya que no podía salir demasiado por estar de guardia. 

Tendré que salir más seguido con Erick. 

—No quisiera sonar entrometida pero —nos miramos—, quisiera preguntar por la madre de Erick. 

—Oh, bueno..

—Lo siento —se apresuró a decir—, no tienes que contestar. —hizo un ademán con su mano libre.

—No te preocupes.. —le sonreí—, la madre de Erick se fue cuando el tenía un año, lo dejó solo mientras estaba de guardia. 

-Flashback- 

Llegaba a casa después de una larga jornada de trabajo, pero llegar era lo que más me gustaba, para poder ver a mi hijo, hace unas semanas le diagnosticaron algunas cosas y lo que más deseaba era cuidarlo de todo y estar con el. 

Al abrir la puerta, lo primero que escuche fue el fueron los fuertes quejidos de Erick, deje mis cosas sobre el suelo y corrí hacia la habitación, el estaba sentado en el suelo con sus juguetes, lo tomé en mis brazos y empecé a buscar a Margott por toda la casa pero ella no estaba. 

—Demonios Margott —murmure—, ya hijo, estoy aqui. 

Fui a la cocina a buscarle su papilla, la calente y lo senté en su silla, me senté frente a el y limpie su rostro para así empezar a darle de comer, el pecho se me oprimió al verlo comer desesperado ¿cuantas horas habra estado solo en casa? 

¿Donde demonios esta Margott? 

Erick se comió su papilla y le di un baño para que durmiera un poco, lo arrulle en mis brazos mientras trataba de marcarle a Margott, pero ella no contestaba su teléfono. 

Deje a Erick en su cuna y dentro de la misma había una nota: 

"Lo siento Max, pero no puedo, esto es demasiado para mi. Estos no eran mis planes a futuro contigo, no sirvo para ser una enfermera, espero que me perdones por haberme ido asi, pero es algo que esta fuera de mis manos, de nuevo lo siento" 

-Fin del Flashback- 

—No lo puedo creer —susurró atónita—, me dejas helada con lo que me dices. 

—Luego de un par de meses apareció, pero para decirme que renunciaba a todos los derechos sobre Erick, yo estaba tan molesto con ella por habernos abandonado.. Así que accedí, ella no tiene derechos sobre mi hijo, desde entonces no ha aparecido.

Ambos nos sentamos en una banca. 

—Esa mujer no tiene corazon, abandonar así a un pequeño. Eso es inhumano. 

—Lo se, pero no la odio —nos miramos—, no puedo vivir con ese sentimiento, ella no merece que sienta siquiera odio... Ahora estoy feliz y tranquilo con mi hijo. 

—Eres admirable —tomo mi mano y le dio un apreton ligero—, has criado de buena manera a Erick. 

—Gracias —mire nuestras manos. 

Mientras miraba nuestras manos, pude notar que llevaba mi pulsera puesta, sonreí sin poder evitarlo, pensar que esa pulsera me la había dado una señora hace muchos años, diciéndome que eso me llevaría al amor de mi vida. 

—Tu pulsera, me parece algo curiosa. 

—¿Lo crees? —soltó mi mano y me la mostro.

—Si. 

—¿Quieres saber como la consegui? —le asentí—, una noche, descubrí a mi ex con una chica en su departamento, yo ya lo sabia pero queria verlo por mi misma... En ese tiempo tenía veintidós, el caso es que recogí lo que tenía en ese lugar y sali molesta... Luego llovió y toda la cosa —miro la pulsera y luego rió—. Un hombre iba pasando en su auto a toda prisa y me lleno de lodo, se había disculpado conmigo y me entregó un billete de cien dólares y la pulsera. 

Me mostró la funda de su teléfono, como era transparente dentro de este estaba el billete, me sorprende que aún lo conserve. 

—¿Porque no lo gastaste? 

—Por que lo tome como mi amuleto de buena suerte —se encogió de hombros—, últimamente todo me estaba saliendo mal en aquel tiempo, todo —sonrio y suspiro—, desde que tengo estas cosas conmigo, las cosas me han salido bien y pues lo tome como eso, mi par de amuletos. 

—Creo que lo entiendo... Yo no creía en esas cosas —nos volvimos a mirar—, pero empecé a hacerlo cuando te volví a ver.

—No entiendo —frunció un poco el ceño. 

—Veras, soy un hombre bastante honesto, digamos que demasiado honesto... —rei— Lo que quiero decir es que esa pulsera y el billete, te los di yo hace cinco años. 

Ella parpadeó un par de veces supongo que asimilando lo que estaba escuchando, tenía que decírselo, si no, me volvería loco y me gusta ser honesto con las personas que me rodean. 

Se tapó la boca con ambas manos y abrió los ojos más de lo normal, si, está impresionada. 

—No me joda... Digo, lo siento es que.. 

—No te asustes, para mi también fue impresionante verte después de cinco años. 

—Es que no lo creo —murmuró—, bien dice mi mama que el mundo es un pañuelo.. No lo puedo creer, ahora tiene sentido cuando me decía a mi misma que me resultabas familiar, pensé que era por Erick, pero ahora veo que no... ¡Eras tu! —exclamó feliz—, oye.. Me debes un vestido —me señaló.

—Lo siento, es que en ese momento iba muy apurado.. Aquella noche se me había ido la pulsera, la tenia conmigo pero se había roto de mi muñeca y la guarde en mi saco, cuando te di el billete no me fije que iba ahí... Erick nació esa noche. 

—¿De verdad? —asentí— Eso lo hace aún más impresionante.. Vaya. 

—La verdad no pensé que te volvería a ver después de cinco años... —solté un suspiro—, incluso te busque cuando Erick tenía dos años, aquella pulsera era algo valiosa para mi, pero como no supe tu nombre ni nada de eso, me rendi. 

—En ese caso.. 

Se estaba por quitar la pulsera pero la detuve, sostuve sus manos deteniendo su acción. 

—No, quédatela. 

—Pero dijiste que... 

—Si, se lo que dije —la corte—, pero ahora es tuya, además de que me dijiste que te daba buena suerte, no puedo quitarte eso, así que consérvala ¿si? 

—Lo haré —susurro, sus mejillas se pusieron un poco rojas—, yo... Ya debería irme. 

—Te llevo a tu casa. 

—Esta bien pero.. Debes soltarme —apretó sus labios, yo le solté las manos.

—Lo siento... 

Ambos nos pusimos de pie para así empezar a caminar, mientras lo haciamos hacia el auto, pude conocerla mucho más, reafirmo de que es muy lista, además de conversadora, amable y algo divertida. 

Además de hermosa, eso lo tengo que admitir, es la mujer más hermosa que han visto mis ojos, esos ojos oscuros, sus gruesas cejas, esos labios largos y gruesos, pestañas grandes y ese largo cabello castaño con el flequillo, la hace lucir aun mas hermosa. 

Ella es preciosa. 

Me di cuenta de que le gustan los animales, que no tiene una flor favorita, tampoco una comida favorita, que disfruta cocinar aunque lo haga muy poco. Es amante del arte hecho a mano y las películas de todo tipo. 

Hablar con ella fue como una curita al alma, hace tiempo que no me sentia asi, acompañado, comprendido y de que puedo entablar una conversación con alguien de cualquier cosa. Este tipo de cosas me gustan. 

—¿En serio? —ella rio— es algo difícil de creer. 

—No lo es —respondí—, tuve que tomar clases de paternidad y por mas que me esforcé no logre aprender nada, creeme que es más difícil de lo que piensan. Practique mucho, incluso me lleve el muñeco a casa, Erick lloraba por que le tenia miedo. 

—Pobrecillo —hizo un puchero pequeño—, mi papá también tomó clases de paternidad, el si tuvo un poco de suerte y logró aprender. 

—Bien por el, aunque para mi fue mas difícil ya que no tenía a nadie más quien me ayudase con Erick. 

—¿Qué hay de tu hermano? 

—Mi hermano para ese entonces vivía lejos, estaba estudiando y a mi me toco hacer muchas cosas solo, entre ellas, terminar mi maestria, trabajar para poder pagarle a una enfermera que cuidara de Erick mientras lo hacía... Al final, todo dio buenos resultados. 

—Claro que si —sonrio. 

Me quité la chaqueta y se la puse, ella se sorprendió un poco, yo solo le sonreí un poco.

—Hace frío. 

—Si, hace frío. 

Llegamos al auto, le abrí la puerta y ella se subió luego lo hice yo y así arranque para llevarla a su departamento, es impresionante lo cómodo que me pude sentir con ella, se que es alguien a la que puedo confiar ciegamente a Erick. 

Ella lo trata bien y sabe cómo cuidarlo. 

Después de conducir un buen rato, habíamos llegado al edificio en donde vive, ambos bajamos del auto. 

—Gracias por la comida, el café, el paseo y la charla —sonrio—, fue agradable pasar un momento grato contigo. 

—Todo lo contrario, gracias a ti por aceptar cenar conmigo, tu compañía fue muy agradable, también agradecerte todo lo que has hecho por mi hijo, solo mi hermano, su nana y yo, lo hemos tratado bien.. Me alegra que te tenga en su área que es la escuela, eres una buena maestra Roxanne. 

—Hago lo que me gusta que es cuidar y enseñar a los niños... —suspiro— sobre Erick, ese pequeño atrapo mi corazon de inmediato, es muy dulce, sigue asi Maximilian, eres un buen padre. 

Solo le asentí, ella se quito mi chaqueta y me la entregó. 

—Fue bueno verte después de cinco años —le dije—, prometo no portarme como un idiota contigo. 

—Te creo —rió un poco—, buenas noches y conduce con cuidado ¿si? 

—Lo haré, buenas noches. 

Me recargue en el auto y espere a que ella entrara, al hacerlo me subí al auto para ir a mi casa e ir a abrazar a mi hijo, me siento contento y con el corazón cálido, eso debido a ella. 

A Roxanne. 

(...) 

A la mañana siguiente. 

Deje a Erick en la escuela, su nana lo recogeria, yo me encamine hacia el hospital para empezar mi guardia, desde la mañana hasta las dos o tres de la mañana. Al llegar al hospital salude al personal y me dirigí a mi consultorio. 

Hoy no tenía cita con nadie, pero si revisaria a mis pacientes y le daría el recorrido a los residentes de neurología. 

Deje mis cosas sobre mi escritorio, me coloque la bata y el estetoscopio. Al salir me dirigí a la recepción de Neurología. 

—Señoritas, buenos días. 

—Doctor Porter, buenos días —ella me sonrio—, aquí tiene.

—Gracias —mire los papeles—, el señor Morrison amaneció mejor hoy, sus defensas están elevadas, bien para su edad. 

—Pasó la noche mejor doctor —me indico la enfermera—, aunque sabe que desea irse. 

—Es normal, una persona de su edad quiere es estar en casa —la mire y le sonreí—, iré a ver a mis pacientes, tengan una linda mañana. 

—Igual para usted doctor Porter. 

Me dirigí hacia la habitación del señor Morrison, es un señor de sesenta y seis años, con un Alzheimer algo avanzado, estaba ingresado por un pequeño tumor en el lado izquierdo de su cabeza que le estaba causando dolores de cabeza realmente fuertes. 

Hace un par de semanas le hice la cirugía para sacar dicho tumor, afortunadamente está mejor, aunque con su Alzheimer, no se puede hacer nada más ya que es una enfermedad sin cura.

—Buenos días —dije al entrar a la habitación—, señor Morrison ¿como le va? 

—¿Y usted quién es? 

—Papá, el es el doctor Porter, te hizo una cirugía hace dos semanas para aliviarte los dolores de cabeza. 

—¿Tuve una cirugia? —miró a su hija y despues a mi— Hola doctor. 

—Señor Morrison, me alegra que esté bien —le sonreí—, voy a revisarlo ¿esta bien? 

—Hágalo —bufo—, mientras más rápido termine, podré irme. 

Es algo complicado, pero es mi trabajo ser paciente y comprensivo con las personas que tienen ese tipo de condición. Muchos se alteran o pelean. 

(...) 

Entre a mi consultorio para tomarme un par de minutos, eso de estar yendo de un lado a otro en el hospital era agotador, pero solo era momentaneo, solo necesito un par de minutos y estaré bien. 

La puerta de mi consultorio fue abierta, me puse de pie al ver a mi mamá entrar. 

—¿Que haces aqui? 

—Vine a verte y hablar contigo.. Maximilian hijo, yo quiero..

—Mamá no —negué—, no creas que puedes venir a decirme que estas arrepentida por lo que hiciste, por que no te creo. 

—Hablo en serio, yo estoy realmente arrepentida por lo que pasó. 

—Pues no te creo mamá, o se te olvido lo que me hiciste, por que si es asi puedo recordartelo por que yo si me acuerdo perfectamente tus palabras —dije entre dientes. 

—Max, te he dicho que ha sido un error de mi parte, solo quiero ver a mi nieto —sus lágrimas cubrían sus mejillas. 

—Erick dejo de ser tu nieto cuando tu me sugeriste darlo en adopción, tu me diste la espalda mamá ¿sabes lo duro que fue para mi sacar adelante a mi hijo? Era joven e inexperto, necesitaba un apoyo, a mi madre, pero tu... Tu me diste la espalda al igual que Margott, pero eso ya no importa, yo he podido solo, no te necesito y mi hijo menos. 

—Margott me ha llamado, se ha contactado conmigo. 

Mire a mi madre sin poder creerlo. Incluso me tambalee un poco, no es posible esto.

—No me digas que aceptaste verte con ella mamá. 

—Ella quiere ver a Erick...

—¡No! —alce la voz—, ella no puede ver a mi hijo ¿lo entiendes? Erick es mi hijo, solo mio... Ella se puede ir al demonio. 

—Maximilian por Dios es su madre...

—¿Su madre? ¡¿Su madre?! —estaba empezando a alterarme—, ella renunció a los derechos de Erick hace cuatro años mamá, se había ido mientras que estaba de guardia ¿sabes cómo encontré a Erick? —me acerque a ella— Erick tenía solo un año, mi hijo pasó horas llorando por que estaba solo, hambriento e incomodo... Ella se fue sin importarle los peligros que pudo pasar mi hijo.. Aun así tienes el descaro de decirme ¿que ella es la madre de Erick? —negué de nuevo—, el descaro de ustedes es enorme. 

No respondió.

No entiendo que carajos quiere ahora, ella misma renunció a los derecho de Erick, pero sea lo que sea, haré lo que está a mi alcance para que ella no vea a mi hijo, eso no lo pienso permitir. 

—Ya que eres muy amiga de la mujer que abandonó a tu hijo y tu nieto, ve y dile que haga lo que haga o quiera lo que quiera, ella no va a conseguir ver a Erick ¿quedo claro? —fui a abrir la puerta—, vete mamá y no regreses, te recuerdo que ya no te necesito. 

Deje de necesitarla hace años, solo me importa mi hijo y mi hermano, ellos dos son mi verdadera familia. 

A Margott que ni se le ocurra hacer algo contra mi o Erick, ya tengo el dinero y el poder suficiente para hundirla en lo mas profundo del infierno, por mi hijo soy capaz de cualquier cosa. 

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