Epílogo.
Maximilian:
Tres años después:
—¡Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, cumpleaños Erick, cumpleaños feliz!
Al terminar de cantar todos aplaudieron, mi hijo cerró sus ojos y pidió un deseo para luego soplar la vela.
—Feliz cumpleaños mi niño —le dijo Roxanne y le dió un beso en la mejilla.
—Gracias mamá.
—Bien, picaremos el pastel, pueden ir a jugar —anunció Roxanne.
Erick junto a sus compañeros se fueron hacia el jardín de la casa. Yo ayudé a mi esposa a ordenar la mesa y así cortar el pastel para repartirlo.
Erick estaba cumpliendo ocho años. El tiempo ha pasado rápido para nosotros ya que nuestro hijo ha estado creciendo muy rápido y no hemos querido aceptarlo. Pero me siento orgulloso del hijo que tengo, porque es dulce, educado, amoroso y muy listo.
Ahora Erick habla muy bien, aunque sigue usando su aparato auditivo debido a su condición, en estos tres años mejoró mucho su habla, a veces habla poco y otras sin parar, eso me tiene muy contento porque después de creer que jamás lo esc