Sonia no cabía en el departamento. No sabía como le había hecho para dejar a Levi aquella noche, ni siquiera sabía como le había hecho para llegar hasta su casa. Caminaba de un lado a otro sin parar.

No había podido hablar con sus amigas, no había podido ni contactar a Verónica, Helena solo le había respondido unos cuantos mensajes antes de desconectarse. ¿Qué habia hecho? ¡Y al aire libre!

Su celular vibró en su mano, asustandola. Concentrada en sus pensamientos, observó que lo había invocado. ¿Cómo sabe Levi siempre en que momento debe aparecer?

— ¿Dime? —Sonia intentó sonar normal, pero su voz salió mas grave que de costumbre.

— ¿Vamos a adelantar la boda?

— No.

— ¿Por qué? Te he dado lo que tanto has pedido, Sonia.

Sonia abrió los ojos sorprendida. ¿Aquel hombre ha insinuado que ella era una fácil o algo parecido?

— ¿Lo que yo he pedido? ¡En ningún momento te lo pedí, pedazo de imbécil!

Sonia recordó entonces que aunque hubiesen compartido aquel momento,