5. LA MUJER.
El motor del coche deportivo de Dominico ruge con una furia contenida, rompiendo el silencio de la calle lujosa.
Él llega tarde a la fiesta de compromiso de Mikkel, y su rostro es ahora una máscara de descontento puro y de rabia.
Sus padres, Alexander y Verónica, lo regañaron por más de una hora, criticando su estilo de vida sin control alguno.
—Tienes que ser más responsable, Dominico. Ya eres un hombre adulto, y tu reputación te persigue —le dice Verónica con una gran frustración en su dulce voz.
—Deja de usar tu apellido para conseguir a todas las mujeres que deseas, porque no es digno de un Dixon —le advierte Alexander, su padre biológico, con firmeza.
Dominico, sin embargo, no escucha, solo piensa en la hipocresía de sus padres y sus tonterías.
Él sale del coche con un portazo violento y camina hacia la entrada de la gran mansión Bennet, ignorando a todos.
El aire denso de la fiesta lo golpea, una mezcla de perfumes caros, alcohol fino y música clásica que lo agobia.
Dominico cr