Luciano se detuvo frente a ellas. Rosa le sonrió y él asintió con la cabeza. Ella carraspeó.
"Eh... los dejaré a solas." Se alejó rápidamente antes de que Juana pudiera pedirle que se quedara.
Juana cerró los ojos con fuerza y se llevó la mano a la frente.
"¿Qué haces aquí, Luciano?" preguntó, con un tono más suave de lo que pretendía.
Luciano sonrió y se sentó frente a ella.
"¿Lo has olvidado, doctora?" preguntó, con un tono formal que hizo que Juana arquease una ceja. "Tengo una tía en tu hospital. Vine a verla. Está maravillosamente bien, y quería agradecer a la doctora genial que hizo que eso fuera posible."
Juana no tenía idea de por qué él estaba siendo tan formal con ella. Sabía que debía alegrarse de que al menos se comportara así, pero no entendía por qué se sentía tan rara y confundida cuando lo hacía. Rosa no podía tener razón, ¿verdad?
Con un suspiro, miró a Luciano, quien le sonrió.
"No debiste molestarte, señor Harry," dijo, con una sonrisa jugando en sus labios al ver s