Lucas se volvió a mirar a Janette, con los ojos llenos de dolor. Cuando ella le dijo que tenía un prometido, pensó que era solo una excusa para que la dejara en paz, ya que estaba enojada con él. No podía creer que realmente tuviera un prometido.
Janette lo miró con una expresión indescifrable. Bueno… eso le servía de lección. De todos modos, tenía que saber cuál era su lugar.
—Jane —la llamó él, con la voz baja e inestable—. ¿Es verdad? Dime que está bromeando. —Miró a Liam, quien tenía una sonrisa burlona en el rostro.
—¿Y por qué necesitas saber si es verdad o no? ¿No es obvio? —Liam caminó hasta donde Janette estaba y le rodeó los hombros con el brazo—. Ella será mi esposa pronto. Estamos planeando nuestra boda… muy pronto.
Lucas ignoró a Liam y se centró en Janette. —Dímelo tú, Janette. Dime que no es verdad —intentó tocarla, pero ella se apartó.
Entrelazó sus dedos con los de Liam y miró a Lucas. —Es verdad, Lucas. Liam y yo pronto nos casaremos.
Lucas sintió como si mil agujas