Capítulo 28.
Elisa sintió los brazos de Braham rodeándola con fuerza y por más que intentaba zafarse no conseguía tener más fuerza que él.
Hasta que la desesperación hizo de ella su casa.
— ¡Suéltame! — Gritó desesperada sorprendiendo a Alfa Braham por su actitud, solo la estaba abrazando, ¿era demasiado fuerte para su frágil cuerpo? Pensó confundido.
Él se incorporó de inmediato de la cama, molesto por el grito.
— ¿Qué te pasa Elisa?
— Lo sé todo. — Fue lo único que dijo ella girándose para verlo directamente al rostro, cansada de siempre ser utilizada, desde el principio de los tiempos y la comprensión llegó a él.
— ¿Qué acabas de decir?
— Lo que oyes, no quiero que me toques, todo esto se suponía que era parte del destino, lo que me explicó Lita fue que tú y yo tendríamos una relación fuerte e inquebrantable y decidí confiar en eso…
Elisa se quedó en silencio un momento para continuar, y poder reducir esa necesidad asfixiante de soltar el llanto que la estaba ahogando por dentro.
Aun así esta