Capítulo 128.
Los sonidos, las voces y los flashazos de luz que atraviesan sus pupilas son desesperantes.
“Necesito salir de aquí, necesito alejarme, malditos, ¡desgraciados todos!, mal nacidos”— decía ella desesperada.
En medio de su dolor infernal, ese que sentía como si le taladraran en una mitad del cerebro sabía una sola cosa.
“El humano que veía frente a ella era el culpable”
De forma visceral, un odio incontrolable había comenzado a inundarla desde el primer instante en que lo había visto.
Después otro humano se acercaba, esos impuros esos malditos y le colocó algo en su colmillo.
Por más que se resistió fue en vano.
“¿Qué es esto? ¿Qué es? ¡Ah qué horrible sabe!” pensaba ella desesperada por controlar sus movimientos, sus pensamientos.
Todo era inútil, sus ojos comenzaron a ver aún más borrosos como si un halo de luz rodeará cada figura que trataba de ver, después simplemente todo se volvía oscuro, pero esa luz desesperante ya no regresaba.
“¡¿Qué me hicieron? ¿Qué me hicieron?!” gritaba una