Capítulo 127.
En la habitación concentra cada uno de los sueños y deseos que ha tenido ese hombre durante tantos años, que está a punto de tocar el cielo con los dedos.
Sólo era cuestión de convencerla de hacer lo correcto.
Miel jadea, comprende sus sentimientos porque ella se siente igual, el lazo que los une es tan fuerte que a pesar de tener años sin hablar con él, sin verlo cuando lo miró por primera vez sintió como su alma finalmente revivía.
Pero tenía prioridades en su vida y para Miel la principal era jamás conformarse con menos de lo que merece, no quería que su hijo se sintiera menos merecedor de amor que los demás.
— Lo que pasa aquí— dice Miel sintiendo que la garganta le quema con cada palabra al sentirse envuelta por esos fuertes y cálidos brazos— es que necesitas un heredero.
Al decir esas últimas palabras el cuerpo de Roy se tensó confirmando sus palabras.
Miel pone ambas manos en el pecho fuerte y cálido de Roy y se aleja dos pasos de él, haciendo uso de todo su autocontrol.
—No dej