Todos quedaron en silencio, preguntándose el porqué de su reacción. Todos menos Vlad, quien al escuchar el ruido de la puerta cerrándose de golpe, se sobresaltó.
— Iré a hablar con él.
— Mat está enojado contigo. Si vas a verlo, se enojará más.
— Vlad tiene razón, Aaron. Conozco a mi hijo. Después de un rato se le pasará. Sólo necesita un momento a solas.
Pasaron unos minutos más antes de que los adultos retomaran el tema, como si se volvieran ajenos a lo mal que la estaba pasando Matías. Vlad se sentó en el suelo, abrazando con fuerza el peluche; asimilando las cosas en un segundo: Aaron pasaría a ser su nuevo padre y se lo llevaría lejos. Tendría que alejarse de Mat.
Una lágrima bajó por su mejilla. No se imaginaba cómo sería su vida lejos de él, solamente