Los ojos del chico perdieron ese brillo rojizo de golpe, ante la mirada de Control. Sus facciones volvieron a ser las mismas al igual que sus dientes, al tiempo que se giraba al ver al pelinegro.
Su corazón pareció detenerse al verlo con las ropas manchadas de sangre y llorando. Por un momento, incluso, se olvidó del atacante a quien quería matar. Se olvidó de absolutamente todo y corrió a su lado, dejando a Control con un gesto de impresión.
Le era increíble que con una sola palabra del pequeño que tanto odiaba se controlara y se enfureciera. Era increíble lo tan bien controlado que Amor lo tenía. Y, al pensarlo... al caer en cuenta que lo había perdido por completo antes de reencontrarse; al darse cuenta que nunca tuvo oportunidad de tenerlo de regreso, enfureció más. Se puso de pie en un salto, sobreponiéndose al dolor que los golpes de Celos le habían cau