El fuego todo lo consumía a su alrededor, reduciendo cada vez más y más el espacio seguro donde se encontraban.
— Hey, querida Muerte —el brazo de Sufrimiento se alargó hasta rozar su hombro—, ¿podrías sacarnos de aquí? Ya sabes... hazlo por los momentos que estuviste a nuestro lado.
Muerte se acercó despacio a los chiquillos, ignorando al de ojos esmeralda que parecía desesperado y lleno de angustia por salir de ahí.
— ¿No te parece que es mejor morir a arrastrarse por ayuda? —le preguntó Dolor, tomándole del hombro.
— El problema es que no soy orgulloso y no quiero morir de una forma tan tonta como esa. —desfiguró su rostro en un gesto de nerviosismo, intentando sonreír.
Qué ironía: un dios menor que tendría que morir como un mortal ante una muerte tan dolorosa como lo era el fuego