- ¡Ha pasado algo, cariño! Joder...
- ¡Dios! ¿Qué está pasando? ¿Puedes explicarme esto? - exijo. Egor se levanta y se sienta normalmente en el sofá, con las piernas abiertas en una postura relajada. Me mira fijamente durante un largo rato, con una mirada tan intensa que me cala hasta los huesos. No me gusta esa mirada tan intensa.—¡Hoy me di cuenta de que el sexo contigo no me ayudó, flor! Pensé que si te follaba, me dejarías en paz... Eres tan increíble, simplemente imposible... mi sueño inalcanzable... Cuando conseguí tu cuerpo, decidí que te follaría hasta que me doliera la polla, para que mi adicción a ti desapareciera, ¡pero no sirvió de nada! ¡Puta! ¡He perdido la cabeza por culpa de este órgano de mierda! Se golpeó el pecho, donde está el corazón.- Hoy me obligué a ir al c