Léa
No sé por qué, pero algo en mí se ha aligerado. Hay algo liberador en esta decisión, en el hecho de haber aceptado darle esta oportunidad. Sin embargo, no es fácil. No sé si he tomado la decisión correcta, si soy yo o él quien tendrá la fuerza para reconstruirlo todo. Pero creo que la verdadera pregunta no es saber quién tiene razón o quién se equivoca. Es una cuestión de voluntad. De la intensidad de los gestos, de la profundidad de los actos. Ahí es donde todo se va a jugar.
Me levanto lentamente, manteniendo su mirada. Él permanece inmóvil, de rodillas frente a mí. Tengo la impresión de que aún espera una respuesta, una seguridad. Pero no tengo la fuerza para darle palabras llenas de certezas. Quiero que entienda que debe probarme algo, pero de una manera diferente. No en el discurso, sino en el compromiso.
Léa
— No espero promesas, Maxime. Quiero ver lo que haces. Porque de palabras, ya he tenido suficiente. Si quieres estar aquí para mí, demuéstralo con lo que haces, no con l