YUSLEVI
Las lágrimas seguían saliendo de mis ojos al igual que los sollozos, estaba tan furiosa conmigo, con él, con todo; me dejé arrastrar. Dejé que por un momento el me hiciera sentir una basura insignificante.
—Bueno ahora si es definitivo, ya no tengo trabajo. —mi cabeza dolía de solo volver a empezar a buscar otro trabajo.
Estaba harta de todo, me quité la ropa y me puse algo más cómodo, solo quería un gran tarro de Nutella y helado, encerrarme en mi cuarto y estar sola el resto del día ya después me pensaría en qué hacer. Hoy era para llorar y asimilar todo lo que había pasado.
Él me había besado, aun podía sentir el calor de su cuerpo, el cómo me llevo al cielo y al infierno en pocos segundos, cerraba los ojos y veía sus ojos sobre mí, su mirada casi glacial. Ahora me doy cuenta que estoy realmente jodida, mi jefe me enamoró y duele porque sé que él nunca podrá ser mío y yo nunca seré importante para él. Mi teléfono empezó a sonar y contesté al leer el nombre del colombiano.