CAPÍTULO 20. ¿LA BUSCAS A ELLA?
— ¡Auch! —exclamaron ambos tomando distancia, tocando su frente.
En ese momento fue inevitable que se vieran a los ojos, y sonrieron.
—Lo lamento —expresó ella avergonzada.
—Es mi culpa, no fue mi intención asustarte —refirió con serenidad. — ¿Te duele mucho? —indagó retirando la mano de su rostro.
—No, no es para tanto —contestó inclinando su mirada.
— ¿Te gustó el almuerzo? —preguntó intentando mantener aquel ambiente armonioso que se sentía.
—Sí, muchas gracias, lo disfruté mucho —confesó con sinceridad.
—Me hubiera gustado que me acompañaras a almorzar —indicó mientras recogía aquellos papeles del suelo.
—Lo siento, deseaba avanzar lo más rápido posible. —Camino hacia la sala y tomó asiento.
—¿Me vas a decir lo que te ocurre? —cuestionó acercándose a ella—, desde que salí de la junta, estás actuando muy rara conmigo, me gustaría saber ¿qué es lo que te ocurre? —Se sentó sobre la mesa de centro para mirarla a los ojos.
Isabella se aclaró la garganta, para poder hablar, su varonil a