En la mesa, ambos se quedaron mirando por un momento.
El hombre que traía la comida lucía indiferente. Después de dejar el plato, apenas dijo nada. Tomó una servilleta y se disponía a irse.
Fue Susana quien reaccionó primero. Levantó la mano y le dio un golpe a Emiliano en la cadera, diciendo: —¿No