—¿Fuiste tú quien entregó la comida equivocada de señorita Juliana? ¿Y ahora te niegas a irte? ¡Sal de aquí, no me hagas echarte a la fuerza! —le espetó a la camarera con furia.
Se sentía indignado porque la comida equivocada había terminado en manos de Emiliano en lugar de en las de él.
Ni siquiera