Diez minutos después.
Ysabelle se encontraba hablando por teléfono con una amiga del trabajo y no se había dado cuenta de que él la estaba observando.
Christopher estaba serio.
—Ysabelle.
Ysabelle mirando a donde se encontraba él.
—Adiós, nos vemos mañana en el trabajo —dijo cortando—. Lo siento, mi amor, era una amiga del trabajo.
—Sí lo sé —dijo Christopher haciéndole burla y acostándose en la cama.
Ysabelle lo miró detenidamente; no se dio cuenta cuando entró a la habitación y menos cuando se vestía.
—¿Llevas mucho tiempo allí?
—Lo suficiente para darme cuenta de que ni siquiera te fijas en mí —dijo él furioso.
Ysabelle suspiró profundamente.
—Lo siento, amor, es que ella no dejaba de hablarme y no quería ser grosera.
—Tendremos que aprender a hacerlo —dijo con sequedad—. Últimamente nos están molestando demasiado, diría yo.
—Tienes toda la razón —comentó ella acercándose a él, dándole un beso en los labios—. Me imagino que debes de tener un plan para mí —dijo sentándose en su rega