Mundo de ficçãoIniciar sessãoTras haber sobrevivido a los maltratos físicos y psicológicos que sufrió por parte de su pareja; el Quarterback de la preparatoria High Rivermoonth, Kayla Walker intentará llevar una vida normal en Manhattan, en dónde no tarda en conocer a Dexter McCall; un chico que parece ser un príncipe azul, atento, sincero y cariñoso, provocando que ella comience a fijarse en él de manera muy interesada. Pronto Kayla se dará cuenta de que en realidad, eso solo puede ser una fachada. Ya que esconde un oscuro secreto, uno que incluso hará de su vida tranquila, un verdadero infierno. Y aunque quiera deshacerse de él... No será nada fácil. Solo hay una persona que podrá ayudarla a escapar, un monstruo de su pasado. Mi nombre es Dexter, y nadie toca, mira o desea lo que es mío... Y ella, me pertenece. Mi nombre es Darren, ella ya no me pertenece, la lastimé, y ahora... me toca salvarla de un monstruo igual que yo.
Ler maisCHICAGO, HOSPITAL PRIVADOHERMITHON, 5:00amALGUNAS HORAS DESPUÉS Las voces inconexas que los rodeaban alrededor, no lograban que tanto Yohaly como Malcom pudieran conservar un minuto más la calma, habían pasado horas y horas sin despegarse del hospital privado al que su familia acudía, apenas dormían y mucho menos probaban alimento, las náuseas de saber que estaban perdiendo a Darren, les hacía temblar. —Estará bien, es un luchador —asintió Malcom para él mismo—. No nos dejará, pero mejor aún, no la dejará a ella. Malcom comenzó a morderse las unas de las manos, hasta que Yohaly, con todo el poco tacto del mundo, le dio un codazo e
Los ojos de Darren se permitieron viajar por todo el cuerpo de Kayla, y tensó la mandíbula con tanta fuerza que pensó por un momento que se lastimaría, al ver el cuerpo cubierto de sangre de Kayla, el miedo y el horror en sus pupilas, sintió que su corazón se fracturaba al darse cuenta de que no había podido evitarle esa clase de dolor, y ver que el brillo que habitaba en sus ojos se había desvanecido como bruma otoñal. —No debiste haberla tocado —rugió Darren con voz masculina y gélida. Entonces algo se accionó y para sorpresa suya, alguien le apuntaba a la cabeza. —Sabes, esto se pondrá divertido, Darren —una sonrisa que rozaba lo descarado y la ironía de la vida, se dibujó en los labios de Dexter—. ¿O me equivoco, Mickey?
El silencio que rodeaba la celda en la que se encontraba Kayla nuevamente, era tan ensordecedor, que le fue imposible olvidar el hecho de que Dexter se encontraba dentro con ella, escondido entre las sombras en una de las esquinas, esperando el momento exacto. —Estás muy callada Kayla —susurró con voz demasiado gélida—. ¿Acaso debo pensar que estás buscando una manera para escapar? Kayla reprimió el impulso de abalanzarse contra él, en especial porque era consciente de que tenía un arma apuntándole, no era idiota, y no iba a permitirse morir sin antes primero haber salvado a Darren y a sus primos. —No —respondió tajante. —¿Piensas correr a sus brazos en cuanto lo veas entrar por esa puerta? —No.&nb
Un balde de agua fría cayó sobre el rostro de Darren, provocando que se incorporara de un salto con el corazón agitado. La cabeza le daba vueltas y una incontrolable sensación de vomitar hizo que soltara ligeras arcadas. —Vaya, hasta que despertaste, sin huevos. La voz cantarina y casi melódica de su prima Yohaly, lo atrajo más a la realidad. —¿Qué ha ocurrido? —su voz era ronca y apenas audible. Silencio, es lo que siguió, poco a poco estabilizó su respiración y su visión se hizo clara. Con ojos curiosos localizó a Yohaly con el rostro iluminado por una sonrisa bufona, mientras que al fondo, recargado sobre el marco de la puerta, cruzado de brazos y con una actitud de mierda, estaba Malcom, frunciendo los labios y con un ojo completamen
Sin decir más, Darren se acercó a ella, rodeando con su boca uno de sus pezones, provocando que ella soltara un fuerte y estruendoso gemido lleno de placer, acto seguido Darren le cubrió la boca con una mano. —Tranquila, o llamarás la atención de todos y nos interrumpirán, cosa que me hará golpearlos porque me muero por metértela profundo, Kay —murmuró Darren mientras metía su pierna entre las de ella.Kayla asintió, y Darren comenzó a darle besos acariciadores justo debajo de la oreja, luego por su cuello, succionando su piel, marcándola y dejándole un enorme chupete del que era imposible no sentirse orgulloso, él apretó las caderas contra las de ella y se estremeció observando al hombre en el que se había convertido. —Darren... &nb
CASA DE LAS MUÑECAS, TRES DÍAS DESPUÉS. Habían pasado exactamente tres días en los que después de sufrir un desmayo repentino, Kayla había mantenido un pacto de silencio, no hablaba con nadie, ni siquiera con Yohaly, pese a los intentos que esta hacía por hacer que de su garganta brotaran las palabras. Por decisión de Darren y de Malcom, mañana por la noche se marcharían a un escondite del que solo Malcom tenía la ubicación, por seguridad, ni Darren sabía la localización exacta. Lo único que le parecía real eran las palabras que Darren le había dicho, y que se relacionaban de manera relevante con lo que estaba escrito en aquella nota. Y ahora, sentada en una de las esquinas de la azotea, anclando sus ojos sobre los paseantes nocturnos, su cabeza estal
Último capítulo