La confesión de Thomas dejó sin palabras a Lorraine. Al ver que ella estaba impresionada, el atrevido hombre continuó manifestando sus sentimientos.
—Sé que suelo ser muy posesivo muchas veces, pero quiero que estés segura de que no te forzaré a hacer algo que tú no quieres —después de esto, le dio un dulce beso en la frente y volvió a decir—. Que tengas dulces sueños.
Esto último hizo que la joven reaccionara y respondiera débilmente.
—Igualmente, que descanses.
Después de esto, Lorraine se acurrucó en el pecho de Thomas e inmediatamente cayó rendida de sueño. En tanto, este se sentía nervioso por tenerla tan cerca, aunque lo que