En el transcurso de esa nueva semana que empieza a dar los pasos en el tiempo todos hacen sus vidas al ritmo y manera que ellos deciden, José y Yulia se ven cada día, el repara con consistencia su coche y descubre que el sistema de frenos ha sido manipulado para que fallara en el accidente que ya sucedió, continúan con la planificación y organización de su boda que será en dos semanas y sus familiares e Isis los apoyan con ideas y sugerencias, mientras que Debora sigue desaparecida y sus familiares y las autoridades tratan de encontrarla, Ruben se prepara para una competencia que le ha llegado su día y es favorito para llevarse el trofeo y el premio millonario que ofrecen los piques fangueros y su nueva novia que la tiene como quiere lo acompaña y tiene que soportar su carácter feroz, peligroso y muy esotérico.

— ¡Ese es mi hijo, estoy contento y orgulloso, lo tiene todo, se lo he dado todo, es mejor que los demás y ganará, lo sé, siempre gana es igual a mí un ganador, un Camaripano!