— Se han cumplido los setenta días señor Camaripano y en verdad que su hijo, aunque demuestra una leve mejoría hay que tenerlo aislado por sus impulsos de agresividad, se ha dado a la tarea de controlar su ira por momentos para acercarse a quien no le gusta y cuando está cerca atacarlo de forma muy ceñida, aquí atacó a tres pacientes hiriéndolos de gravedad, no lo remito a un manicomio por su insistencia y su excelente remuneración debajo de cuerda. —
— Gracias, muy buen medico es usted, inteligente y tenga un incentivo más para que firme la orden de alta de mi hijo. —
— Aquí está, pero tenga muy en cuenta como le dije que hasta ustedes tienen que cuidarse y tener muy en cuenta la procedencia y accionar del paciente ya que quiere es hacer daño y todo lo hace a su frio calculo. —
Responde el padre de Ruben dándole un abrazo de agradecimiento y disimuladamente le entrega un sobre. — De nuevo agradecido y despreocúpese que mi hijo es bueno. —
Al llegar a la mansión cubierta de fuentes y