Pasan veinticuatro horas luego de la operación y Rubén sigue en exhaustiva observación cuando de pronto comienza a despertarse y les dice a las enfermeras y doctores lo siguiente.

— Me duele la cabeza. ¿Dónde estoy? — De manera muy apacible el equipo médico me explica y tratan de calmarme, tengo un fuerte dolor de cabeza y lo que luego se me viene a la mente es Yulia y ese mecánico, pienso en todo lo que ha pasado y de forma lenta pido ver a mis padres y el médico sale a hablar con él y a buscarlo.

— Señor Arnaldo tenemos buenas noticias su hijo Rubén va respondiendo muy bien, tanto así que se acaba de despertar y está pidiendo ver a sus padres en especial a usted. Tenga en cuenta que debe tratar de mantener la calma y no dejar que las emociones influyan en que él se agite, trate de ser complaciente y hágale entender por las buenas que él debe poner de su parte para que mejore y se siga recuperando. —

— Lo haré con gusto, gracias, con permiso. —

— Hola Papa ¿Qué paso, en donde