Punto de vista de Catalina.
Mientras estaba sentada en mi salón, hablando por teléfono con Adrián, oí el tono severo de Vera al interrogarlo.
Me dolió el corazón al oír cómo la voz de Adrián se alejaba, me dijo que me volvería a llamar y colgó.
Sabía que Adrián había estado luchando con las exigencias de su padre y el peso de la alianza.
Al escuchar el breve intercambio entre ellos, sentí una punzada de compasión por él. Estaba claro que esta semana en Mauricio iba a ser difícil para él.
La fachada que Vera estaba manteniendo y la presión manipuladora de ambas familias... era demasiado para una sola persona.
No pude evitar preguntarme por qué Adrián tenía que soportar semejante lío.
Se merecía mucho más que verse envuelto en este despiadado juego de alianzas familiares y expectativas.
Mis pensamientos se volvieron más sombríos al imaginar lo que probablemente estaba pasando en ese momento, lidiando con la presión implacable de Vera y el peso de las expectativas de