Punto de vista de Manuel:
No podía creerlo. Miguel y Florida estaban besándose. Estaban sentados en una mesa de un café, tomados de la mano, y Miguel le había dado un beso en los labios. Yo estaba sentado en otra mesa, a unos metros de ellos, y no podía apartar la vista.
Me sentí traicionado. Florida era muy importante para mi, y yo la amaba. Miguel era solo un admirador suyo, alguien que había aparecido de la nada y que ahora estaba tratando de robarla de mí.
No podía creer que ella lo dejara besarla. ¿Cómo podía hacer eso? ¿Cómo podía traicionarme así?
Me levanté de la mesa y me dirigí hacia ellos. Tenía que hablar con Florida, tenía que saber qué estaba pasando.
—Florida, ¿qué estás haciendo?
—Manuel, ¿qué pasa?
—¿Cómo puedes besar a Miguel?
—Manuel, tu y yo, ya no somo nada...
—Manuel, tranquilo, todo está bien, dijo Miguel
—No está bien. ¿Cómo puedes besar a otro hombre cuando me tienes a mi?
—No tengo novio.
—Sí, tienes un sentimiento. Yo soy tu novio.
—Ya no.
—¿Qué dices?
—Term