Capítulo 1233
Clara fingió estar asustada: —¿Qué pretendes hacer? Te salvé la vida, déjame ir, todavía necesito encontrar medicinas...

Ezequiel la levantó sobre su hombro como si llevara un saco, sin el menor indicio de compasión.

También colocó su mochila sobre su espalda: —No te dejaré ir hasta que cure mi cabeza, olvídate de eso.

La comisura de los labios de Clara se curvó lentamente mientras hacía un gesto de éxito hacia el bosque cercano, donde se encontraba Memoria.

Ella mostró intencionalmente sus habilidades médicas para que Ezequiel pensara que era útil, así podría buscar el anillo mientras lo curaba en secreto.

Quizás también podría descubrir más secretos sobre su abuelo y Diego.

Las figuras en la distancia se acercaban cada vez más: —Jefe, ¿estás bien?

—Jefe, ¿es esta una prisionera del enemigo? ¿Por qué es una mujer?

—¿Deberíamos enterrarla viva?

—O alimentarla a los tiburones.

Mira, De tal palo tal astilla. Cada uno era cruel.

Y Ezequiel, con el torso desnudo, no parece nada el líder de
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