4. Una noche increíble

Durante el camino no he podido decir absolutamente nada, pero él tampoco me ha dado ningún indicio que quiera entablar algún tipo de conversación conmigo, sé claramente que todo esto está completamente mal, pero me es imposible no sentir estas ganas que me queman por querer estar entre sus brazos. Tomare todo esto como una simple aventura, disfrutare del momento y después pasare de página.

Una vez que entramos a su departamento, continuo en silencio mientras miro a mi alrededor el lugar donde él vive —¿Quieres una copa de vino? — Me ofrece ya con una botella de un vino blanco que tiene muy buena pinta y dos copas en su mano. Si hay una cosa que me encanta es el vino, así que no dudo ni un segundo en aceptarle la oferta. Él abre la botella, sirve el vino en las copas y me pasa una a mí. —Brindo por una noche inolvidable. — Me dice mientras estira su brazo con la copa en su mano para que yo choque mi copa con la suya.

—Brindo por que la pasemos increíble. — Propongo chocando mi copa con la suya. Cada uno toma un sorbo del vino y no me equivoque, es exquisito.

Su mirada se clava en la mía mientras toma vino y otra vez esos ojos color mar haciéndome sentir miles de sensaciones en mi interior. Me es imposible apartar mi mirada de la suya, hasta que veo que él deja su copa en la pequeña mesita que hay en la sala y se acerca a mí. Cuidadosamente toma mi copa y la coloca al lado de la suya y una vez que lo hace se acerca a mí, con su dedo pulgar acaricia mi mejilla mientras sus otros cuatro dedos se ubican en mi barbilla. —Eres preciosa. — Me dice con esa voz que alter mis sentidos, Bautista coloca su otra mano sobre mi espalda a la altura de mi cintura y me atrae hacia su cuerpo hasta que no queda más espacio entre él y yo. Nuestras miradas se analizan entre sí y sin decir ni una sola palabra comienza a besarme de manera desesperada.

La urgencia de sus labios hace que los míos también sientan las mismas ganas de besarlo de la misma forma, y de esta manera nuestras lenguas comienzan a hacerse cómplice una de la otra. No nos estamos guardando absolutamente nada, somos puro deseo. Esa misma urgencia se transporta a nuestras manos y ellas empiezan a deshacerse de las prendas del otro rápidamente, parece que no lo hacemos lo suficientemente rápido porque nos ayudamos uno al otro. Mi vestido termina en el suelo, minutos después, su pantalón, cinturón y camisa están junto a mi vestido y así solo nos quedamos en ropa interior uno frente al otro. —Vaya que eres desquiciadamente sexy— me dice agitado mientras besa mi cuello y baja hacia mis pechos deshaciéndose de mi sujetador. La manera tan apasionada en la que besa mi cuerpo y deja pequeños mordiscos en el camino me hacen gemir y arquear mi espalda en respuesta, y al escucharme él sonríe sobre mi piel. Este hombre sabe muy bien como enloquecer a una mujer… su boca experta viaja por mi cuerpo sin pedir permiso alguno y haciéndome sentir placer absoluto.

Después de haberme recorrido completamente vuelve a mis labios y esta vez soy yo quien abandona su boca para recorrerlo. De alguna manera hemos terminado en su cuarto y al ver la cama detrás de él lo empujo para que caiga de espaldas.  —Mmmmm... creo que esto me gustara...— Me dice con una sonrisa más que provocativa en su rostro.

Tomo sus palabras como un reto y me ubico encima de él para comenzar a besarlo en el cuello mientras mis manos quitan su bóxer. —Veremos que tanto te gustara esto— le respondo provocativamente mientras empiezo a recorrer ese cuerpo tan perfecto y con bastantes horas de gimnasio con mi boca. Escucharlo gemir de placer hace que me esmere más en volverlo loco y así lo hago.

—Ya, ya... por favor...— Dice casi suplicándome y de esta manera subo nuevamente hacia sus labios para así volvemos a besarnos como si no hubiera mañana. Lo veo estirar su brazo hasta la mesita de noche y abrir el cajón para sacar un envoltorio de allí. Lo abre con sus dientes y se lo coloca sin apartar su mirada de la mía... «Es tan, pero tan sexy...» —Ahora sí. — Me dice provocativamente y vuelve a besarme mientras que con sus manos aparta mis piernas y de un solo movimiento me empieza a hacer suya. Esto definitivamente no es hacer el amor, estamos simplemente teniendo sexo, pero vaya que si lo hace de una manera que hará que jamás me olvide de él. Nos movemos juntos sin parar y faltos de aire ya que su boca y la mía no quieren separarse. Mis manos están aferradas a su espalda mientras nos giramos para que esta vez yo quede debajo suyo. Él se mueve cada vez con más y más ganas haciéndome gritar, es increíblemente bueno...

—No te detengas— Le pido incoherentemente, y él me sonríe y muerde mi labio inferior enloqueciéndome aún más.

—No te preocupes que no quiero detenerme. — Advierte y nos seguimos moviendo juntos hasta que nuestros cuerpos no resisten más placer y terminamos a la vez. —Esto ha sido increíble...— Confiesa mientras se acomoda en la cama con su respiración todavía hecha un desorden total.

—Lo ha sido...— Admito agitada. 



Nos quedamos en absoluto silencio sin saber muy bien que decir, y yo solo puedo cubrirme con la sabana y mirar al techo pensando en lo que ha sucedido aquí. «He caído en su red, pero vaya red...» Algo que dije que nunca haría se ha vuelto una realidad. he sido la chica de una noche de un tipo que apenas conozco. Es inevitable que una lagrima se deslice por mi rostro y me reusó a sentirme culpable por esto…

rápidamente la seco y miro a mi lado. «No lo puedo creer... se ha quedado dormido.» Si antes me sentía mal ahora estoy mucho peor, puede que no quiera sentirme culpable por esto, pero ha valido tan poco para él que se ha quedado dormido y no puedo evitar sentirme un objeto más de su vida.

Sabía muy bien que esto sucedería, no sé porque me siento así. Seco el resto de las lágrimas que han escapado de mis ojos y me levanto de la cama queriendo terminar con esto de una vez por todas. Busco mi ropa interior y vestido en el suelo y me cambio rápidamente. Una vez que termino de vestirme voy a la sala, busco un papel y un bolígrafo y le escribo una nota “Fue una noche increíble, realmente la pase muy bien. Abril”, una vez que termino, dejo la nota al lado de las copas de vino y cuidadosamente abro la puerta para salir no solo de su casa, pero también de su vida.

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