Inicio / Romance / Amor Amargo / 4. En busca de la verdad.
4. En busca de la verdad.

Apenas Paola llegó a casa que en ese momento estaba vacía la golpeó la realidad, apenas encendió el teléfono encontró más de 20 llamadas perdidas e incontables mensajes en su mayoría de su esposo. 

“Debo anticiparme a los resultados, ¿cómo voy a enfrentar esta realidad?, ¿como una víctima? O ¿Como una mujer fuerte?, ¿Vengarme o dejarlo las manos del destino?, sufrir aguantado en silencio o separándome?”

Sin querer tomar una decisión apresurada ni seguir atormentandose, intentó realizar sus tareas diarias como siempre y evadió las preguntas de sus hijos cuando fue por ellos al colegio, pero el ambiente de normalidad cambiaría al momento de la cena.

—Buenas noches familia hoy hice un esfuerzo y he llegado temprano para comer juntos.

“Justo tenía que ser hoy que desearía que llegara como siempre cuando ya yo estoy durmiendo”, pensó Paola mientras sus hijos saludaban a su padre con emoción.

—¿Y tu mi querida esposa desaparecida?, ¿No saludas a tu esposo?

Ella se acercó a regañadientes y lo abrazó sin permitirle que la besara, el pensar que podía deber venir de ver a su amante se producía repulsión.

—Hola mi amor, lo siento salir así esta mañana sin avisar me sentía mal y no quería preocuparte.

—¿Fuiste al médico?— , preguntó Santiago dudoso.

—Si solo son malestares normales de las mujeres todos los meses, pero que con el estrés y cansancio por la fiesta se agudizó.

—Entonces solo queda mimarte estos días.

—No me hace falta nada más que descansar y estaré bien.

—Que bueno que no sea grave porque la verdad esta mañana fue muy difícil para mí, incluso llegué tarde al trabajo.

—Siento que la pasaras tan mal.

—Te perdono, total, en 10 años juntos nunca has fallado 

“Que descaro, el señor me perdona imagínate, no sé cómo voy a disimular por dos días mi descontento, pero debo ser firme” 

—Gracias mi amor, no volverá a pasar.

Luego, Santiago no paró de hablar prácticamente sin parar de todo lo ocurrido en su día y de los comentarios que le habían dejado de su fiesta de cumpleaños, en un monólogo interminable.

“Ahora lo veo tan egocéntrico, ¿Siempre sería así y yo no lo notaba?, es que ni siquiera está compartiendo realmente con los chicos y solo él él y él”.

Apenas terminaron de comer Santiago se levantó para responder a una llamada en su despacho, era algo que solía hacer pero que Paola siempre dio por hecho que se trataba de su trabajo ahora todo le causaba intriga.

Una vez terminó de recoger todo Paola se apresuró a ir a su habitación y prepararse para dormir, pero tal como sucedió la noche anterior, el tratar de disimular ante su esposo solo le producía insomnio.

“Debo ser fuerte dentro de poco no habrá forma de excusar sus mentiras’

Dos días más tarde

Mateo se sentía ansioso, había tratado de hablar con Paola durante dos días pero ella le había respondido sin detalles y evasivas.

—Hermano, desde que te reuniste con ella, ¿Cómo crees que está?, por teléfono se escuchaba tan triste, nunca en estos años la he notado tan afligida.

—Se que te preocupa pero ahora mismo está pasando por una situación difícil y es una etapa que debe asimilar tomar decisiones sin manipulaciones.

—Me dirás ¿De qué se trata tu trabajo con Paola?

—Soy un profesional, sabes que no debo revelar detalles privados de mis clientes.

—Entiendo pero esto no es un caso común de un cliente…

—Lo sé Mateo, eres mi hermano y sé cuánto la has amado en silencio por más de 10 años.

—No sé de qué hablas, yo…

—No hace falta que me lo cuentes, te conozco lo suficiente y tengo tanto tiempo observando como se te iluminan los ojos cuando la ves o hablas de ella, que no me cabe la menor duda.

—Solo deseo que ella sea feliz.

—Pero a costa de tu sacrificio, no te has casado ni formado familia no se porque la dejaste ir en primer lugar pero creo que debes prepararte.

—¿A qué te refieres?

—No te diré más Mateo, hoy voy a entregarle los resultados preliminares a Paola y si vuelves a ser un tonto te juro que te golpeare.

—De acuerdo esperaré a qué ella me cuente lo que ocurre pero ya me lo imagino y no perderé el tiempo como la primera vez que me acerque.

Unas horas más tarde ya con el resultado en mano Paola se enfocó en cómo debía manejar la situación, así que llamó a Jenny y después de contarle los resultados preliminares de las investigación preguntó:

—¿Te puedo pedir un favor amiga?

—Claro por supuesto amiga.

—Necesito que los chicos pasen la noche en tu casa.

—Entiendo, es lo mejor si vas a confrontar a tu esposo para que ellos no puedan escuchar nada. 

—No quiero que se enteren de esa forma brusca o en medio de una discusión y no sé cómo va a reaccionar Santiago.

—Cuenta conmigo, les haré noche de películas para que se animen.

—Los recogeré en el colegio, les preparé un maletín con algunas cosas y los llevaré a tu apartamento, les diré que voy a tener una noche romántica con papá para que no sospechen.

—Bien, los espero.

Luego de dejar a los chicos preparó la comida favorita de Santiago, adornó la mesa y colocó además de flores unas velas encendidas para crear mucho más ambiente, se vistió y peinó elegante para luego enviarle un mensaje.

—Me siento mucho mejor amor, te espero con ansias.

Quince minutos más tarde se escuchó la puerta, —Hola hermosa, pero que grata sorpresa— , le dijo al oído mientras la abrazaba desde atrás.

—Que bueno que pudiste venir tan rápido.

—Has estado algo rara conmigo, no podía dejar pasar la oportunidad de complacerte. 

—La vamos a pasar muy bien está noche.

—Estoy seguro que así será, pero si quieres nos saltamos hasta el postre.

—Me esforcé mucho en preparar la cena así que primero comamos.

—Está bien, seguiré tus planes.

Paola sirvió ambos platos sin dejar de observar a su esposo que se notaba confiado y seguro de que todo había vuelto a la normalidad.

—Espero lo disfrutes muchísimo.

—Todo lo que viene de tus manos es una exquisitez

—Gracias.

Cómo siempre sucedía mientras comían, Santiago tomó la palabra para contar sus anécdotas del día pero está vez en vez de encontrar una esposa que le admiraba, Paola pensaba “está será la última”.

—¿Te apetece postre?— , preguntó Paola levantándose para ir a la cocina.

—Ven, siéntate conmigo— , la tomó del brazo y la atrajo hasta sus piernas para besarla pero de pronto algo llamó la atención, —¿Y este sobre?

—Tengo una sorpresa muy especial para ti aquí dentro ¿Quieres abrirlo? 

—Si, por supuesto,ahora tengo mucha más curiosidad.

—Bien, espero que te haga feliz.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP