Después de descubrir que mi novio estaba coqueteando con una estudiante del último año de la Universidad, quería confrontarlo por eso. Pero tuve un accidente de auto, y recibí un golpe en la cabeza que me causó una amnesia temporal. Mi novio corrió al hospital, pero señaló a mi compañero de cuarto, que siempre parecía estar muy serio, y dijo que él era mi verdadero novio, intentando así deshacerse de mí. Sin saber nada, tomé la mano del muchacho guapo, y lo miré con admiración. —Así que tú eres mi novio. Después, cuando recuperé la memoria, me quedé con el joven guapo, quería cortar cualquier vínculo con mi novio, pero él no pudo soportarlo.
Leer másCuando llegué al lago, Julio seguía sentado allí, aunque ya no estaba bebiendo.—¡Julio!Lo llamé, y él volteó hacia donde estaba yo. —Elisa.Me miró, con sus ojos llenos de embriaguez y la mirada algo perdida. —¿Eres tú?—¿Por qué carajos tomaste tanto? — Me senté a su lado, apartando las botellas que estaban vacías. —Ya no tomes más. Julio afirmó, pero luego comenzó a beber otra vez, y me miró fijamente, un poco asombrado. Su voz sonaba más asustada de lo normal. —Sin beber, duele.No pude evitar preguntar: —¿Por qué te duele?Julio bajó la mirada, tomó mi mano y la colocó sobre su pecho. —Aquí me duele. —Tú ya no me quieres. Sentí un nudo en la garganta, como si una espina se clavara en mi corazón. —¿Quién dijo que ya no te quiero? Por lo borracho que estaba, Julio hablaba más de lo normal. —Porque a ti te gusta Bruno. —Desde el primer año de la universidad, yo ya te gustaba, pero tú siempre estuviste con Bruno, nunca me miraste a mí ni una sola vez. —Esta oportuni
—El número que usted marcó no está disponible, por favor intente más tarde…No sé cuántas veces lo intenté, pero el celular de Julio seguía sin contestarme ni una sola llamada. Me agaché en la cama y me quedé mirando la pantalla apagada del celular.Los recuerdos de las últimas dos semanas con Julio seguían rondando mi cabeza, y me sentía muy confundida. Pensar que me había enamorado de él solo por esos malentendidos me resultaba muy irónico, y sonaba un poco descabellado. Pero esos recuerdos eran demasiado intensos. El abrazo espontáneo en el pasillo del hospital, el calor de sus labios cuando me besó. Y sobre todo, esa mirada que me daba Julio, siempre tranquila, pero cargada de cariño. No podía fingir que todo eso no había pasado.Intenté recordar si alguna vez habíamos tenido más encuentros antes de todo esto. Pero mi memoria no es del todo buena, a veces ni siquiera recuerdo lo que comí ayer. Así que intentar recordar cosas de Julio del pasado era casi imposible. Sin emb
Bruno, molesto, se pasó la mano por el cabello y explicó con mucha impaciencia. —Ese día tenía cosas que hacer, no podía acompañarte, así que lo dije. ¿Quién iba a pensar que lo recordarías tan bien?—Y además te la pasaste tanto tiempo con ese Julio. — Apretó los puños con mucha fuerza, mostrando mucha frustración.—Aléjate de él. Si no fuera por esto, nunca me habría dado cuenta de lo mucho que le gustas.Mientras lo escuchaba hablando solo, no pude evitar soltar una risa muy burlona.—¿No crees que yo lo recordaría tan bien?—Yo no lo creo.Lo miré fijamente mientras sacaba mi celular y reproducía un video que había descargado del correo durante la comida.A medida que el video avanzaba, Bruno se fue sorprendiendo poco a poco. Cuando terminó, me miró con una sonrisa forzada y torpe.—Amor, ¿quién te mandó ese video?—No lo creas, estaba borracho, hablé sin pensar.Guardé mi celular y lo miré, completamente tranquila.—Bruno, ¿sabes? Ese día, cuando recibí este video, fue que corrí
—¡Claro! ¿No decías en la infancia que te querías casar con Bruno? Ya llevan tres años juntos y su relación ha sido estable. Ya que están por graduarse, tu papá y yo decidimos comprarles la casa para evitar que después suba mucho el precio.—¡Aguántate un poco! — Estaba completamente confundida. ¿Que desde pequeña decía que quería casarme con Bruno?Estaba a punto de negar todo cuando un brazo se cruzó sobre mis hombros y me empujo repentinamente hacia un lado.Giré la cabeza y vi los ojos profundos de Bruno, con una sonrisa muy calculadora.—Ya entendí, tíos. No se preocupen, iremos a casa cuando llegue el momento. No se angustien por Elisa, al fin y al cabo…— Su mirada se oscureció: —Soy su novio, es mi deber cuidarla.Me quedé ahí, completamente inmóvil, mis pupilas temblaban.De repente, todo encajó: las palabras de mis padres, las reacciones de mis compañeros, la actitud extraña de Bruno, y la reacción rara de Julio.Todo se volvió brillante por un instante.Un dolor agudo recorr
Después de ese día, me di cuenta de que Julio estaba actuando muy raro, como si le faltara seguridad. Así que volví a mencionarle lo de mudarnos juntos.Al principio, Julio no quería, pero como yo insistí tanto, al final desistio.Entonces, muy emocionada, empecé a buscar apartamentos con Julio.—Julio, el apartamento que vimos hace rato tiene buena luz, pero está en un piso muy alto.—El de ayer estaba en la planta baja, más conveniente, pero la renta está algo cara.Me sentí un poco preocupada, porque tanto Julio como yo éramos estudiantes y había muchas cosas que considerar.—En realidad…— Julio apretó los labios y me miró: —Tengo un apartamento cerca de la escuela.Abrí los ojos de par en par: —¿Qué dices?—Cuando entré a la universidad, mis papás me compraron un apartamento cerca de la universidad.Me quedé asombrada por un momento, y luego, con un tono triste y en broma, exclamé: —¡Por qué no me dijiste! Pues no necesitábamos perder tanto tiempo.Julio se rio suavemente: —No impo
Estaba muy molesta. No sabía por qué, pero de inmediato tuve una mala impresión de esa persona.Aun así, le respondí de manera educada con un: —Hola.La jovencita me miró y sonrió: —Bruno dijo que tuviste un accidente de auto, ¿estás bien?Viendo que solo estaba preocupada por mí, dejé a un lado mi incomodidad y sonreí: —Estoy bien, solo que tengo un poco de pérdida de memoria. El doctor dijo que pronto se me va a pasar.Bruno soltó una risita, mientras ponía el brazo sobre el hombro de la joven de forma muy cercana, pero sus ojos no dejaban de mirarme.—¿Para qué le cuentas tanto? — le dijo a la joven.—Ah, por cierto, Elisa, tus padres me dijeron que quieren que vayamos a casa juntos este fin de semana.Se puso frente a mí, con una expresión arrogante.—Pero lo siento, este fin de semana voy a ir con la compañera a una exposición, así que no puedo ir contigo.La joven, a quien Bruno llamó compañera, me miró con una sonrisa, como si lo lamentara.—Perdón, Elisa, le robé el tiempo que
Último capítulo