Ellos dejaron la mansión Morales, y regresaron a su nuevo hogar. La mudanza los tuvo concentrado toda la tarde. Las cosas fueron dejadas en donde Alejandro o Sofía les iban indicando a los trabajadores. El baño ya tenía las cosas de Sofía, el closet estaba siendo invadido con ropa de mujer, y la habitación que Alejandro le había dado, sería remodelada y estaría lista para usarse, el viernes.
Alejandro no podía estar más que emocionado y cautivado por su nueva compañera. Aunque al inicio tuvo nervios por los padres de Sofía, esperaba que sintieran la sinceridad, en cuanto al amor que sentía por ella.
Ya no había vuelta atrás ni como alargar la situación. La noche cayó ante sus ojos y la oscuridad dio paso a todo lo que estaba por venir. El trayecto hacia el restaurante privado se sintió lento. Las calles de Madrid no sabía que podían ser interminables. Sofía estaba impecable en un vestido negro de cóctel que ella había elegido para esa noche, pero su compostura era frágil para el mom