—ASS—
Después de conversar con mi mamá y sentir que lo que estoy haciendo es lo mejor y lo correcto decido reunirme con mi jefa para informarle de mi viaje a Nueva York. Vamos en la camioneta que me entregó la agencia a Valarch Publishing y ahora, ya siento el maldito malestar en mi estómago. Con mis audífonos a full voy escuchando Cheap thrills de Sia tratando de calmar mis nervios, mientras me como unas papitas y tomo mi limonada.
El vehículo se detiene y sé que voy directo a mi condena…
—Llegamos Alma—Jex, me abre la puerta y salgo con el ánimo por los suelos, la verdad sigo pensando que es la mejor idea volver, pero… esa es la duda ¿Cuál es el pero? ¿Volverlo a ver y saber que rehízo su vida y es feliz? o ¿por qué yo aún no he podido superarlo y sigo estancada? ¿pero por qué el dolor que siento no es tan intenso como pensé que sería? ¿será que al final ya lo superé? ¡diablos! es que de verdad soy una loca en potencia. Debería estar contenta por él y por que haya encontrado a su destino, eso es lo que hacemos al superar una ruptura ¿no? seguir adelante y disfrutar de lo que la vida nos ha dado, he sido tan tonta al ensimismarme y autoflagelarme por todo lo que pasó que no me di cuenta de esto, hasta ahora...
—Ash, soy una necia.
—Ya estás hablando sola, nuevamente...
—Ay Jex, mi vida es una m****a de principio a fin.
—Ay Alma, yo creo entonces que es la mejor m****a que has vivido. Tienes éxito, reconocimiento, dinero y a cientos de hombres y mujeres que mueren por ti.
—Eres un sol mi querido Jex. Como siempre, ves el vaso medio lleno.
—Obvio, mira Alma. Sea lo que sea que esté pasando, aquí me tienes, nos conocemos hace muchos años y, ya ves, me vine a vivir contigo dejando todo en la gran manzana, pero ¿sabes algo?
—¿Qué cosa?
—Que no me arrepiento absolutamente de nada.
Y sí, ese era Jex, mi guardaespaldas y amigo personal, cuando decidí aceptar esta vida errante, él fue el primero en decir “te acompaño“ y de eso ya son cuatro añitos. Él dejó todo al igual que yo, en Nueva York, y, aunque sé que ese era su trabajo, lo agradezco, me ha cuidado y acompañado junto a Dana, formando mi pequeña familia.
—Vamos, mi guardaespaldas favorito, es hora de enfrentar al ”demonio”.
—Jajaja, tu jefa no es tan mala, es una agente experimentada y sabe lo que es mejor para ti.
—Salvo cuando la mano de los Scott Soré interviene y no me mires con esa cara, ya me enteré de que mis papás movieron sus influencias para que no volviera y dios, lo agradezco, pero ya esto es suficiente. Lo hablé con mamá y ella está de acuerdo, así que ahora sólo me falta convencer a la “jefa”. — Valeria o simplemente Valarch, era una jefa de temer, la mujer donde ponía el ojo nacía un éxito, pero eso conllevaba sacrificio, días de insomnio y mucho autocontrol. Cuando me tomó bajo el alero de su empresa, me trato desde inútil hasta niña mimada y ... Tenía razón, era eso y mucho más, jamás había lavado un plato en mi vida y debo decir que en una época la pasamos mal, pero aún así mamá hacía todas las cosas para que nosotras con Val, no nos preocupáramos más que de estudiar, pero eso cambió al tomar el empleo en la compañía de teatro. Tuve que hacer de todo, desde lavar la ropa y separarla por colores hasta limpiar los baños, por eso cuando Valeria llegó a mí vida, fue el bofetón que necesitaba para abrir los ojos y dejar de pensar como una pendeja quinceañera y asumir que ya tenía veinte años. Es por esto que tenía miedo de hablar con ella, pues ya daba por sentado que me reprendería y me diría que era una pendeja tonta e ilusionada con el amor y que el único y verdadero amor debía ser mi carrera actoral.
—Pues, dóblate un pie o algo así se dice ¿No?
—Loco, es “rómpete una pierna “, pero en este caso es lo mismo.— Jex se carcajea y me ayudó a entrar al edificio. Tomó mis bolsos y mis libretos y entramos en el ascensor. Marqué el sexto piso, donde se encuentran las oficinas de mi agencia. Mientras escuchamos la musiquita en la caja metálica, voy pensando los argumentos que le daré a mi “jefa” para viajar y el mejor es que tomaremos un breve descanso previo al nuevo estreno, también la participación en la gala del MET y todo lo que conlleva la exposición de mi hermosa persona en este evento para aumentar la promoción de la película. Suena el ding y se abren las puertas de par en par, salimos con Jex, para encontrarnos con el revuelo típico de esta oficina. Teléfonos sonando, gente corriendo de un lado a otro y la “jefa” gritando como posesa.
—¡Les he dicho que eliminen todas las publicaciones en los portales! — grita molesta y ya sé por dónde van sus gritos, deben ser las publicaciones de mi supuesto romance con Newtt—. Por fin apareció por quién doblan las campanas.— me mira directo a los ojos y veo que tiene unas tremendas bolsas, o sea, está igual que yo, pero por diferentes motivos.
— Hola jefecita.
— Entra a mi oficina. Tenemos que hablar—lo dice seria y eso me pone la piel de gallina brrr. Hasta siento que me voy a desmayar.
— Suerte, Alma. — me dice al oído Jex.
— Creo que necesito a todos los santos de cabeza en este momento amigo.
— Voy a por ellos.
— ¡ASS!
— ¡Ya voy, jefecita!— Entro en la oficina de mi queridísima jefa y me preparo para el regaño.
—¿Cómo m****a no me informaste que estabas saliendo con Newton, ASS?
—Jefa, ¿será porque no lo estamos haciendo? Eso que dicen los portales no es cierto, ellos está tergiversando los hechos, con Newtt no tenemos nada de nada. De verdad.
—Pues eso no se ve en las fotos.
—Déjame explicarte.
—Te escucho. Necesito una buena explicación para no matarte.
—La salida a la playa con Newtt es absolutamente cierta, pero fue después de terminar las últimas escenas de la película y, en cierta forma, fue para celebrar que habíamos terminado de grabar. Sólo eso, las fotos no muestran nada más que a dos amigos disfrutando de un día de playa.
—Pero niña, tú sabes cuál es el perfil que le hemos dado a tu carrera y esto no es lo mejor que digamos.
—¿Y qué? ¿Ahora no puedo disfrutar de un día en la playa con un amigo?
—Pues no, aunque…—se queda pensando y eso no me gusta para nada.
—No, no y no, jefa. Que ni se te ocurra…
—Un romance en ciernes no es malo en estos momentos.
—Jefa ¿no me escuchaste?
—Por el contrario, te estoy escuchando, fuerte y claro, pero también debemos abrir un poco el horizonte y dejar fluir las ideas—toma su teléfono y llama a no sé quién—paren lo que están haciendo, dejaremos fluir el chisme.
—¡JEFA!
—Nada de jefa, ASS. Ahora, lo dejaremos pasar y veremos cómo se dan las cosas.
—¡No! Jefa, pretendo ir a la gala del MET este fin de semana y no quiero aparecer comprometida con nadie.—mierda se me salió de forma distinta a lo que esperaba.
—Tarde señorita, pero me parece perfecto que vayas, ya es hora de que pienses en unos proyectos que tengo y que creo que te van a gustar —abre un cajón de su escritorio y me pasa dos guiones—. Estos dos proyectos son bastante buenos y te impulsarán en tu carrera.
— ¿Y ambos son en Nueva York?
— Ajá.
— ¿No te preocupa que mis papás se molesten?
— Nope, ya hablé con tu madre y ella me dio el visto bueno.
— Que fácil se hace ahora ¿No? — bufo molesta.
— Mira Alma, eres una de mis estrellas favoritas y confío en tu buen criterio, creo que esto le dará el impulso que le falta a tu carrera y le agradezco a tus padres que por fin me liberaran de esa maldita cláusula que me hicieron firmar.
— ¿Qué cláusula?
— Nada, eso ya no importa, ve a casa y prepara tus maletas, yo hablaré con el agente de Newtt para calmar las aguas y cerrar todo, en paz.
Menuda suerte la mía, yo preparándome para hacer mi actuación magistral y ya mi mamá, como siempre, había decidido por mí y ordenado mi vida.
— Está bien, ¿Cuándo parto?
— Mañana mismo, el jueves tienes la audición del primer guión, así que te pido que te prepares como la diosa que eres.
— ¡Dios! eso es pasado mañana.
— Lo sé, pero también sé que lo harás estupendo. Demuéstrame que eres digna de mi confianza y de mi agencia.
M****a, ahora al estrés de volver a casa tengo que sumarle dos guiones para presentarme en Nueva York.
¿Podría haber algo peor?